Casa Tabacos
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Los 50 mejores bares de Madrid

Tabernas míticas, algunas coctelerías, templos de la cerveza (artesana), el vino (natural) y el vermut, sitios de moda, barras escondidas...

Gorka Elorrieta
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En Madrid siempre hay ganas de salir y de salir a cualquier hora. Para tomarse unas cañas o conocer esa nueva coctelería que te han chivado, ese bar de vinos del que muchos hablan... Nuestro listado de los 50 (se nos quedan ya muy cortos) mejores bares de Madrid cuenta con representantes para todos los gustos. Algún icono tabernario de la ciudad, varias coctelerías, lugares con cerveza artesana (o no), wine bars, barras modernas... No están todos los que son, pero sí son todos los que están. 

RECOMENDADO: Los 50 mejores restaurantes de Madrid

  • Castellana
  • precio 2 de 4

Tú decides qué quieres colocar junto a este adjetivo calificativo que desde hace unos meses no deja de escucharse en los mentideros de la escena gastro madrileña gracias al atrevimiento de un inquieto empresario vasco y a un avispado yerno que no puede estar más entregado a la causa. A nosotros se nos ocurren múltiples opciones para colocar a continuación de El Buen: producto, picoteo, recetario castizo, ambiente, servicio, ticket medio,… La aventura de los vizcaínos Ángel Zalduegui y Borja Conde (llegados a la capital desde el mismísimo Durango) está suponiendo un soplo de aire fresco para los habituales de una zona en la que siempre ha habido buenos restaurantes pero donde se echaba en falta una tasca con una cocina honesta sin grandes pretensiones. Y eso es justo lo que ofrecen en esta casa donde lo vasco, cómo no, está muy presente. Ahí están ingredientes como la piparra o platillos como el talo, además de postres tan de la tierra como el pastel vasco, para muchos el mejor de Madrid, o sus txakolís, la mejor pareja de baile posible para esa barra de pintxos en la que no faltan diferentes tipos de gildas.

  • Taberna
  • Conde Duque
  • precio 2 de 4

Los amantes del taberneo y lo castizo están de enhorabuena porque, desde hace un mes, tienen una nueva casa de comidas en Madrid a la que acudir recurrentemente. Ya sea para disfrutar de un picoteo informal, acompañado de un vermut Zecchini o de la cerveza artesanal que vienen elaborando desde hace 10 años, o para una comida más relajada –con vinos por copas asequibles– en su coqueto comedor. En ambos casos vas a tener la sensación de haber triunfado, al salir, porque aquí las cuentas no suelen superar los 25 o 30 euros.

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  • Bares de vinos

En apenas unos pocos metros cuadrados la barra, un espacio de degustación de dimensiones ajustadas y la cocina (fuera del alcance de la vista) forman un espacio cuadrado: entre la barra principal, de madera, y la contrabarra, en baldosas blancas, Amanda descorcha botellas, sirve las copas e introduce al cliente a los vinos propuestos. Al otro lado, todo madera y ladrillo visto, otra barra paralela y una diminuta mesa alta anclada en la pared ofrecen unos sitios adicionales para los clientes. En baldas altas, aquí y allá, se reúnen decenas de botellas que aguardan su ocasión de salir a la palestra. En este interior llegan a sentarse unas 7 u 8 personas, siendo un total de 9 o 10 las que admite el local si parte de ellos toman su vino de pie. Si se llena, cosa que puede suceder fácilmente, el espacio puede resultar ciertamente ajustado. Es precisamente el reducido espacio lo que hace que haya poca intimidad y que la experiencia derive, fácilmente, en la socialización y la charla con el resto de los clientes del local.

La primera gota que cae en el alambique es la más simbólica de toda la destilación del whisky. A esa gota sagrada es a la que Ezequiel Riesgo propone venerar en su bar de la calle Sandoval. Un local de 300 metros cuadrados entregados al destilado más bebido donde conocedores e iniciados encuentran su lugar. Una coctelería informal especializada en whisky y ese lugar de encuentro para acercarse sin complejos a una cata o a un trozo de carne acompañado de una copita de escocés.

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  • Bares de vinos
  • Chueca
  • precio 2 de 4

El imprescindible bar de los hermanos Villalón, referente en la calle Reina del buen comer y beber desde hace siete años, experimenta un cambio vital a la zamorana. Se aprecia una reforma estética pero sobre todo de modelo al cerrar los fines de semana y abrir de lunes a viernes a partir de las cinco y media de la tarde. Un riesgo para adaptarse a los nuevos tiempos de la hostelería. Una Angelita gastronómica y emocionalmente evolucionada. Hay algo que no cambia: la identidad. Mario y David siguen siendo fieles a los orígenes familiares, donde la huerta propia en el pueblecito de Litos marca la producción. También siguen siendo virtuosos de la hospitalidad y hacen contrapeso el uno del otro, David con los vinos y Mario con los cócteles. 

  • Bares de tapas
  • Barrio de las Letras
  • precio 2 de 4

Un tabanco andaluz en pleno barrio de las Letras en el que sentirás la identidad andaluza desde el momento en que cruces la puerta. Paredes pintadas en verde y blanco (en un buen guiño a la bandera autonómica de Andalucía), y suelo y muebles de madera, con zona de mesas altas en la sala que ocupa el primer espacio tras cruzar su puerta y mesas bajas después, en la continuación del local que se alarga hacia el fondo y que termina en un pasillo estrecho que corre paralelo a la cocina.

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  • Bares de tapas

Emblemático. En una palabra. Aunque acabe de abrir. Ya lo es y lo va a seguir siendo, estamos convencidos, porque qué gusto cuando las cosas se hacen bien. La recompensa (y la garantía) es que está abarrotado, al menos en las comidas de entre semana, cuando lo visitamos, dada su estratégica situación en el área de negocios del barrio de Salamanca. Tampoco lo dudábamos. El sello de Hevia, ese grandísimo restaurante con solera, tan en línea con los tiempos a pesar de sus más de 50 años, y que a menudo olvidamos en favor de las aperturas de moda, es ya una promesa de que no va a fallar.

  • Bares de vinos
  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

Tres cartas se despliegan sobre la mesa acompañadas de un aperitivo de olivas, cortesía de la casa. Una de ellas, dedicada al vino por copas, otra a la oferta de vino por botellas y una tercera (la más breve de las tres) a las opciones de picoteo que pueden acompañar los tragos. En la primera de ellas, opciones variadísimas por copa: burbujas, blancos, naranjas, rosados y claretes, tintos y "otros", en una categoría que agrupa media docena de bebidas de diferentes categorías, entre las que se incluye la kombucha. Por botellas, misma clasificación a excepción de la categoría "otros", que se suprime. Predominan referencias de tinto, con Francia y España como principales protagonistas de las referencias listadas, acompañados de un elenco internacional variado. 

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  • Coctelerías

El concepto, de los creadores de la coctelería Ciriaco Brown y al que se han sumado parte de los miembros de Grupo Confitería en Barcelona (propietarios también de Paradiso, mejor bar del mundo según The 50 Best Bars 2022 o de la también reconocida Dr. Stravinsky) es disruptor y original en su franja horaria nocturna, en la que hasta ahora la norma en espacios de este tipo es un ambiente de discoteca en el que las bebidas, en realidad, están poco cuidadas –y se limitan a copas– y la música tiende a ser comercial. 

  • Bares de vinos

Vinos naturales enfrente de Saddle, a la vuelta de Colón y el paseo de la Castellana. Julieta Pasella y Nico Marchand se dedicaban a sus cosas, ella opositaba y él tatuaba. Pero Julieta hacía fines de semana en Cruda: aún sin contar con formación, ambos han bebido mucho y siempre han estado en contacto con el mundillo naturis. En junio de 2022 Julieta deja Cruda, en julio la oposición se tuerce, en septiembre se casa y de su boda sobran 30 botellas y algunos quesos. Empiezan a pensar en montar un negocio y en octubre, casi de la noche a la mañana y en uno de los primeros espacios que vieron disponibles, abren La Alquimia. El nombre lo heredan del local anterior, un bar de funcionarios. Por las mañanas hacían todo lo que se hace para montar un negocio y por las tardes atendían. El primer mes solo a familia y amigos. Para salir del paso, juntaban en una tabla el queso que les sobró de la boda con un poco de salchichón. Al vino natural le añaden un poco de picoteo para empapar. Cosas fáciles, no tienen salida de humo, como latas, embutidos y vinagres. “Nos quedan muchas cosas por hacer”, confiesa Julieta. “El logo hasta enero no lo tuvimos”. Un dragoncito rojo que dibujó su hermana, Jimena. “Estamos muy contentos, ha sido un conocimiento progresivo y muy bonito”.

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  • Centro
  • precio 2 de 4

La actitud inconformista de Cristina y Yajaira, agitadoras de la noche y activistas del vinagrismo, las llevó a buscar local por la zona del Conde Duque para una Gildería 2. En pleno proceso, surge esta oportunidad: el mítico rincón de San Mateo, 6, estaba disponible. Ningún negocio había funcionado ahí últimamente, pero ellas no creen en gafes y podría servir a la causa, aunque ésta tuviera que adaptarse a un nuevo formato perfecto para desarrollar su actividad musical con dj's. De esta manera, junto a Dani Montañez (fundador de Macera) en la operativa, y a Paco Cruz en la gestión, las gilderas mayores del foro estrenan proyecto. Con Yajaira en la programación sonora y Cristina en labores de imagen y relaciones públicas.   

En lo alto de la calle Valverde, en el barrio de Malasaña, se encuentra la filial madrileña de Casa Brava, en una versión de local hermano del concepto Casa Brava en Rosario (Argentina). La versión capitalina ocupa un espacio restaurado y tras una doble puerta de entrada mantiene la imponente barra de madera y el mueble bar (de película, con reloj incluido) que ya formaban parte del negocio anterior

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Un diminuto bar de cócteles familiar en un viejo antro flamenco puede ser mucho más que un bar. Al menos, Mucho Bar es uno que no resta. Daniel Flores y Grace Hoyle se han contentado con la mínima expresión de un local del barrio de Las Letras para conseguir dar forma a un bar apetecible. Del poco al mucho. Esta pareja, él mexicano y ella peruana, vivió años en Lima y en Ciudad de México. De ahí que en Mucho Bar se beba sobre todo tequila, mezcal y pisco.

  • Comer

Guisos del día y algún que otro fuera de carta... pero la gente llena a diario esta recién estrenada barra (y las pocas mesas bajas que se distribuyen en su comedor a pie de calle) por su tapeo de altura. Platos, bocados y recetas de toda la vida pero ejecutadas con precisión. Sabrosas. Una tradición cuidada por la selección de producto y por la buena mano en los fogones. El proyecto más personal de Jorge Velasco y Joaquín Serrano, asesores del éxito de Mamaquilla, entre otros locales, es una de las direcciones culinarias que más está triunfando últimamente. Se puede sí pero es complicado encontrar hueco. 

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  • Coctelerías
  • Malasaña
  • precio 2 de 4

Entre Fuencarral y la plaza de San Ildefonso, lo que fue el antiguo Lozano, dirección recordada por quienes se anticipaban a la resaca devorando hamburguesas, acoge hoy a supervivientes de la Malasaña perdida, despistados gritones, iniciados y conocedores del cóctel que en el fondo sólo buscan beberse una cerveza en un bar de los de antes. Unas mesitas bajas a la entrada y una barra de madera muy protagonista con algunos taburetes. No es raro ver acodado a uno de los mejores clientes del bar en compañía de su guacamayo, una escena casi de ciencia ficción. Un pasillo largo conduce hasta una sala más íntima y espaciosa con un rincón botellero lleno de cristalería y etiquetas valiosas. Bajo la luz tenue de garito sin trampa ni cartón, Runju parece un rocker de peli desclasificada, con su moño, sus enormes gafas y su Harley pastando en la acera. "Nací en una ciudad pequeña en el noroeste de China, no muy desarrollada y aislada, con arquitectura colonial sin reformar y una estética muy especial. Cuando era niño no veía muchas cosas modernas sino originales, entre Shanghái y mi ciudad hay cincuenta años de diferencia".

  • Bares de vinos
  • Lavapiés
  • precio 1 de 4

Un vibrante punto de encuentro para todo aficionado al producto elaborado desde el respeto y con cariño, para feligreses de esa santa trilogía que forman el vino natural, la cerveza artesana y los quesos de autor. Vendrán ponencias y presentaciones pero, de momento, hay mucho por catar. Javier Vázquez, inquieto y curioso por naturaleza, responsable desde hace más de tres lustros de todo un referente en Lavapiés, se lió la manta a la cabeza y se hizo con el amplísimo local al otro lado del tabique

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Trafalgar es un bar. Uno de toda la vida pero el más joven de todos. En realidad, pura tendencia: horario y oferta flexibles, espacio bonito para socializar, picoteo rico, burbujas por copas, uvas regionales, cócteles reconocibles, mezcal… Irresistible, vamos. Todo esto cabe en un luminoso local del entorno de Olavide. Su idea sale de David Yllera y Nacho Aparicio, socios de Mamá Campo y con algún corner de comida sana en el aeropuerto, además de una empresa de catering. Querían más, concretamente buscaban su bar. De los mejores bares de copas de Madrid.

Gildas, boquerones al estilo madrileño, mejillones en escabeche ahumado, ensaladilla rusa, steak tartar, trilogía de anchoas... Nada nuevo bajo el sol pero ellos han dado con la tecla, con el equilibrio preciso entre el bar de siempre y lo contemporáneo, con la personalidad y el servicio que se ajusta a los tiempos. Cuidadas (y divertidas en algunas raciones) presentaciones, pero la misma querida barra metálica de toda la vida en la que acodarse. Buena parte de lo que verás escrito en sus paredes sale de su propia fábrica de conservas en Boadilla del Monte. 

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  • Bares de tapas

Si algo cambia para bien en los nuevos aires latineros será en parte por dos jóvenes con personalidad y ganas como Lalo Zarcero y Pablo Sánchez. Tras coincidir en Fismuler, probaron en 2020 con Marmitón, pura alma de bistró (uno de verdad), y sedujeron; prueban ahora con Barmitón y deberían correr la misma suerte sin salir del barrio. Donde antes operaba la hamburguesería Mad Café, en Cava Alta, ahora empieza a dar sus primeros pasos este nuevo bar total.

  • Beber

Es una de nuestras coctelerías favoritas de Madrid y acaba de situarse en el puesto número 15 de la prestigiosa lista The World's 50 Best Bars 2022, tras escalar desde el 24 en el que estaba el año pasado. Un ascenso que vuelve a reconocer un año más el trabajo del barman argentino Diego Cabrera y su equipo y a situar a Salmon Guru (Echegaray, 21) entre las mejores barras del mundo. Su última puesta en escena ha desplegado un amplio abanico de posibilidades para disfrutar del arte de la coctelería con una treintena de cócteles, 27 inéditos y 3 hitazos rescatados de cartas anteriores (en la votación ganaron Tónico Sprenger, Old school funny y Sex apple).

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  • Bares de tapas

Nada está improvisado en esta versión sofisticada de nuestro idiosincrático bar de tapas. El ya exitoso local, autoproclamado bar boutique, es pequeño y cada detalle –y hay muchos entre el servicio y la iluminación– cuenta. Mira al pasado (cuando eran nobles todos los materiales en esta categoría de local) con un pie en el presente, gracias a puntazos como su línea de bocatas brioche.

  • Coctelerías
  • Centro
  • precio 2 de 4

En el número 18 de la calle de los Libreros, sin rótulo ni más indicación que la propia dirección, una doble puerta (la segunda de ellas, con timbre) esconde la entrada a Satán, la coctelería que rinde un homenaje al local del mismo nombre que el pintor cubano Mario Carreño abrió en 1934 en la capital. Aquella coctelería permaneció abierta durante toda la guerra civil y también gran parte de la dictadura franquista.

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  • Coctelerías

Las manos de Sips ya están en Madrid. Pocas veces la apertura de un bar genera tanta expectación, pero así están las cosas en la nueva era dorada del cóctel. El recién nombrado tercer mejor bar del mundo por los 50 Best Bars 2022, tras apenas dieciséis meses de vida, protagoniza un crossover de puente aéreo. Marc Álvarez y Simone Caporale trasladan su Sips de Barcelona a la barra del hotel Urban de Madrid. Glass by Sips es una realidad que ya puede beberse… ¿con las manos?

  • Bares de vinos

Primera visita, segunda casa. Tal es el magnetismo que despierta este bar, reencarnación definitiva y al detalle del clandestino que brotaba de noche al fondo de Acid Bakehouse. Aforo de 42 personas sentadas sobre tres pilares: vino natural, cocina estilosa y banda sonora que cae como un traje a medida. Más de 200 referencias por botella (15 por copa a diario) con 70% de etiquetas internacionales, platos que cambian cada mes (pocos ingredientes, exquisita ejecución, toques italianos) y perlas pinchadas en vinilo (después del verano llegarán las sesiones regulares de gente invitada). Materiales nobles, cueva abovedada, ambiente plácido… 

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  • Madrid

Alberto Fernández dejó la barra de Saddle en todo lo alto para atreverse con algo más suyo en el barrio de Chueca. La personalidad creativa (y artística) de Alberto arranca en Momus con una primera carta, Colour’s Feel, que se vale de mapas de color para identificar los sabores de cada cóctel. Y el propio Alberto los dibuja, como el logo del bar. Amarillos cítricos, rojos amargos, grises ahumados… Salpicaduras a pincel, nombre del trago, formato de copa y lista de ingredientes, sin especificar cantidades ni procesos. “Volver a ver las cosas con los ojos de un niño”, dice. Simplificar lo complejo en 16 cócteles (entre 10 y 12 euros), cuatro de ellos abiertos a versión sin alcohol, pero con la misma apariencia para que nadie se sienta excluido.

  • Beber

Península, la conocida cervecera instalada en Alcobendas, acaba de levantar la persiana de su primer taproom en el centro de Madrid, muy cerca de la Puerta del Sol. Un sueño hecho realidad tras algo más de cuatro años de trayectoria. 14 grifos de cerveza artesana (y muchas muchas latas) lideran la oferta de su nuevo espacio. 

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  • Coctelerías

Es la penúltima gran apuesta del grupo Larrumba, un bar en plena Milla de Oro que se acuerda del acta y el año que puso fin a la Ley Seca. Un bar por encima de todo (uno de los mejores bares de Madrid, de hecho), donde no solo se agita la coctelera sino que admite beberse una cerveza, un agua con gas, un cubata o picar un plato de jamón. Que además tiene noche. Donde suena Rick James o Chuck Berry a un paso de la Puerta de Alcalá. En la parte de arriba de este local esquinero el cóctel es dominante para degustar en mesas bajas frente a las cristaleras. La cueva del piso inferior es terreno de copas para continuar la fiesta los fines de semana. Esa moqueta como de club formal se termina escaleras abajo junto a la impactante pared botellero y allí se da paso a un privado más una sala abovedada de ladrillo donde el dj marca el ritmo.

  • Bares de vinos

Los responsables de la coctelería La Santoría (Lope de Vega, 30) abrieron un nuevo y familiar patio de recreo (“cuando vimos el local, no teníamos ni idea de qué íbamos a hacer ni cómo. Empezamos a darle forma en la segunda visita. Lo cogimos y en dos semanas lo preparamos todo para abrir”). Ahora son tres socios. Se ha sumado Antonella que regenta este work in progress centrado en vinos naturales españoles y alguna sidra francesa. “No queríamos un lugar de entendidos sino algo para todos. Buscamos divertirnos, pasar un buen rato”.

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  • Bares de vinos

Desde su puesto en el Mercado de San Fernando hasta esta esquina de Arganzuela fue bajando una legión de vinos naturales. Se unieron quesos, embutidos y laterío y se sumarán decenas de cervezas artesanales y mucha sidra extranjera. No os habéis equivocado si, sentados en su terraza, veis el rótulo de El Norteño sobre la puerta. “Lo abrimos como estaba y funcionamos de incógnito. 

  • Coctelerías
  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

Hace poco más de una década Gintas y Dovi, una encantadora pareja de lituanos, aterrizaron en Lavapiés sin hablar apenas castellano. Hasta el momento en que abrieron su propio espacio en lo que fue un taproom de La Virgen, pasaron (muchas veces trabajando juntos) por Sudestada, Punto MX, Arallo Taberna... “Entonces estábamos conociendo el barrio y, mira, ahora es el barrio quien tiene que conocernos a nosotros”. Sirven cerveza artesana, vinos, pocos pero especiales, y unos cócteles sensacionales.

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  • Bares de vinos

"Hay que decir a la gente que es tiempo de beber de todo, que tenemos una variedad y una calidad alucinantes. Prueben y disfruten", lanza Dani, uno de los siete jóvenes e ilusionados sumilleres que componen el equipo de sala y de cuyos conocimientos y experiencias se retroalimentan cada día en esta gran apuesta por impulsar la cultura del vino. 

  • Bares de vinos
  • Chueca
  • precio 2 de 4

Propaganda: ‘acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores’. Y si lo dice la RAE, el nombre de este local no podía estar más acertado, pues eso es precisamente de lo que se trata: Mattia Pierantoni, su dueño, es propietario de una distribuidora de vinos internacionales, y qué mejor manera para darlos a conocer a pie de calle que montar una bodega bonita, con una estética de derribo chic (muy de tendencia) y una carta con cositas para picar.

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  • Coctelerías

Un año le llevó a Shivank Singh definir el concepto. Este indio apasionado por la mixología, que viene de Deloitte y Amazon, dejó el trabajo para dedicarse al bar que regenta junto a sus socios Eric Raventós y Nina Cid, ésta última responsable de la identidad visual, tanto del mencionado logo como de las ilustraciones de la carta. Shivank no escatimó: Ansón y Bonet para el diseño del proyecto integral, Alejandra Pombo en el interiorismo, y 1862 Dry Bar a cargo de los cócteles. La primera pista es la de una entrada que juega al despiste. La fachada de acceso se parte en dos: un expositor como de joyería buena y una puerta más industrial que más adelante será franqueada tras introducir un código. Habrá que esperar para comprobar si el modelo speakeasy funciona. Mientras tanto, el telón tras la vitrina se descorre de vez en cuando para provocar la curiosidad de quien pasa por delante. Una vez dentro, el sonido hi-fi y la lujosa estética setentera –estamos algo cansados de la nostalgia por los años veinte– ejerce su efecto envolvente. Barra con cinco taburetes, mesas bajas con sofás y butacas, un reservado al fondo. Dorados y tapizados, espejos y formas sinuosas, luces indirectas…

  • Coctelerías

Aquel rincón de culto que era Candi es ya Marrufo, una pequeña coctelería liderada por un oaxaqueño que se dedica desde hace diez años a la importación de mezcal (empresa Enmezcalarte y marca Picaflor), lo que le llevó a las barras. La puesta en marcha de Carlos Luis Marrufo como barman se da entre autodidacta y aprendiz en coctelerías como Santamaría, Angelita (Only You Atocha) y Jazz Bar. Aprende la base y los rituales. “Fueron mi escuela”, reconoce. Pero Carlos quería su propio bar: Era como un sueño guajiro, algo que tienes en el horizonte pero del que no tienes claro el camino.

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  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

Solo por pedirte una ración de gambas (a la plancha) acompañada de un vermú (con seltz de grifo incluido) merece la pena. Y mucho. Tienen un saloncito tras la barra donde darse un atracón de notable producto fresco: ostras, percebes, cigalas… Los camareros apenas te conceden una mueca (no digamos una sonrisa), pero en eficiencia y diligencia no tienen rival.

  • Coctelerías

Eduardo insiste. "Somos un bar. Nos centramos en la coctelería clásica, pero también servimos cervezas y vino. Queremos que el cliente nos vea como un espacio polivalente". Lijaron con respeto la madera que cruje, tapizaron las viejas sillas altas y barnizaron la gran barra que recorre todo el espacio para no perder la herencia del local. 

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  • Comer

El Melo's, el que siempre ha sido considerado uno de los mejores bares de Madrid, se fue, pero volvió. Y con él, claro, sus legendarias y contundentes zapatillas (pan gallego, lacón y queso de tetilla) y una parte de la historia del barrio y de las pequeñas historias de cada una de las personas que pasaron por allí. 

  • Coctelerías
  • Centro
  • precio 2 de 4
Santos y Desamparados
Santos y Desamparados

Una esquela personalizada de aire gótico ilustra la portada de una carta, concisa y transparente. “Tenemos dos máximas: no copiar nada ni a nadie –ni estética, ni actitud, ni selección musical– y crear comunidad, una red de carne y hueso, que vengas y puedas charlar amistosamente con el barman o con otros clientes”, refuerza Alberto Villarroel, uno de los socios fundadores.  La coctelería, perfilada por luces bajas y detalles singulares (cuadros del tatuador Robert Hernandez, confesionario en hierro y madera de diseño exclusivo, vitrina con material de Bottesi...), exhibe un carácter tan único como innegociable.

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  • Centro
  • precio 1 de 4

Los kilos de bacalao que semanalmente salen de su cocina solo lo saben ellos. Pero la cifra debe ser contundente. Las tajadas, estupendamente rebozadas, no es que sean su especialidad, es que prácticamente son el plato único de esta tasca que mantiene viva la tradición tabernaria del centro de Madrid.

  • Cervecerías
  • Ríos Rosas
  • precio 1 de 4
El Doble
El Doble

Parada obligatoria en el recorrido de las cañas por Madrid. Se dice que aquí se tiran las mejores cañas, quizá por eso su fama se ha extendido por toda la ciudad y tanto el bar como los alrededores del mismo siempre están llenos de gente. Como bien indica su nombre, aquí lo que se llevan son las cañas dobles, que siempre van acompañadas de una rica tapa. 

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  • Cervecerías artesanas
  • Legazpi
  • precio 1 de 4
Bodega Salvaje
Bodega Salvaje

“¿Hay algo más natural que lo salvaje?”. Desde el otro lado de la barra, Miguel, camisa blanca y corbata negra, define la enseña de la casa, su trabajo y filosofía. Él es hoy el rostro de los hermanos Quintanar, responsables de esta generosa taberna y de una espléndida cerveza artesana, que estuvo en DiverXO y sigue estando en las bodegas de otros grandes nombres como Ruscalleda o Subijana.

  • Coctelerías
  • Malasaña
  • precio 2 de 4
1862 Dry Bar
1862 Dry Bar

Techos altos, una decoración austera y minimalista e infinitas botellas de cristal son la carta de presentación de esta coctelería de Malasaña, que para muchos es ya uno de los mejores bares de Madrid. Es toda una experiencia para el cliente, que se deja llevar por la recomendación del equipo del local liderado con gusto por Alberto Martínez. 1862 Dry Bar recupera el espíritu dandy de los hombres más elegantes gracias a la sofisticación y al clasicismo de sus cócteles.

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  • Retiro
  • precio 2 de 4
Laredo
Laredo

Retiro se ha convertido en uno de los grandes barrios gastronómicos de la capital por concentrar en él algunos de los mejores bares, tabernas y restaurantes de Madrid. Entre una gran oferta variada y de calidad (en la mayoría de los casos), Laredo se alza como un importante baluarte del producto de calidad, la buena cocina y la selección de vinos, que le posicionan como una de las mejores barras de Madrid.

  • Bares de vinos
  • Barrio de las Letras
  • precio 2 de 4
La Venencia
La Venencia

No se ha tocado ni un centímetro de este gloriosamente desgastado bar. Viejos carteles de Jerez, barricas detrás de su mostrador de madera y paredes que recuerdan el humo de décadas de tabaco. Solo sirve fino, manzanilla, palo cortado… junto con una breve pero excelente selección de tapas frías: queso, cecina, mojama… Con la primera ronda siempre unas excelentes olivas para acompañar. 

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  • Bares de tapas
  • Chamberí
  • precio 2 de 4
Fide
Fide

Si hay que tomarse una caña por la zona, este lugar es uno de los de paso obligado. Son unos sobresalientes defensores de la frase que tienen enmarcada en la pared: Una caña no es un vaso de cerveza, es la manera de tirarla. Y por ella acuden feligreses de todo el barrio, parroquianos de viejo y nuevo cuño. A partir de ahí se levanta un notable santuario de las conservas, el marisco cocido, las raciones de boquerones o de anchoas...

  • Taberna
  • Chamberí
  • precio 1 de 4
La Violeta
La Violeta

Sí, te gusta el vermú aunque ahora suene a hipster, a moda, a tendencia. Qué le vas a hacer. Te gusta desde hace años. Pues aprovecha la ola y vente a este bar que los tiene todos (o casi; cuenta con cerca de una treintena de referencias, entre ellos algo inédito, uno ecológico) y cuyos propietarios son ya la cuarta generación que está al otro lado de la barra. Remozada, sí; pero una taberna con solera.

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  • Cervecerías artesanas
  • La Latina
  • precio 1 de 4

David Ross y Patrick Tuck se conocieron hace una década como estudiantes de Erasmus. Siempre anhelaron volver a Madrid para crear algo personal. Después de muchas conversaciones, y de testar su propuesta en el mercado de Vallehermoso, pasaron a la acción. Hace dos meses abrieron La Osita, en un guiño a uno de los símbolos de la ciudad. Antes, en las instalaciones de sus amigos de Península, elaboraron su propia cerveza. “De momento tenemos dos, una table beer y una citrus cream ale. Estamos perfeccionando las recetas porque estas referencias serán nuestra imagen, el espíritu de Oso Brew Co. Queremos hacer cosas fáciles de beber pero con sabor, con un punto refrescante y con menos grados de lo que es habitual en tal o cual estilo. Buscamos aportar algo nuevo al mercado y esperamos tener ya seis estilos este año”.

  • Bares de vinos
  • Centro
  • precio 2 de 4

Diminuto, luminoso y amable local familiar, Bodegas Ricla, conquista con sus boquerones, su barato pero buen vino y su jerez, también disponibles por litros, servidos directamente de sus tinajas, y por supuesto, su clásico vermú de grifo. También vale la pena probar sus cecinas y su cabrales a la sidra.

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  • Conde Duque
  • precio 2 de 4

Es uno de los bares con más solera y tradición que ha sobrevivido a la ‘hipsterización’ de Conde Duque. Una barra de lo más castiza guarda sus famosas latas de conservas, famosas en medio Madrid, además de considerarse una de las mejores cervecerías de la ciudad por su arte a la hora de tirar las cañas. Es posible que os atienda el mismo dueño del bar, el sobrio Ángel Peinado.

  • Barrio de Salamanca
  • precio 2 de 4
El Cantábrico
El Cantábrico

Esta marisquería de origen gallego y con solera (más de 60 años de vida) se anima a la hora del aperitivo. La extensa barra, sus mesas altas como islas preciadas e incluso el pequeño comedor lucen llenos de clientes ávidos de una ración de percebes o cigalas cada fin de semana. Hay en las paredes un papel con las ofertas de cada día. Todo lo que uno le pide a esos locales que aspiran a colarse en los listados de los mejores bares de Madrid.

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