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Parece que Melo's vuelve. Y con él, claro, sus legendarias y contundentes zapatillas (pan gallego, lacón y queso de tetilla) y una parte de la historia del barrio y de las pequeñas historias de cada una de las personas que pasaron por allí ("mi primera cita con mi pareja era en Melo's hace 7 años en mi primera semana en Madrid", confiesa un cliente). Aún faltan unas semanas para su reapertura pero los nuevos propietarios ya han empezado a mover ficha. Y lo primero ha sido un pequeño rebranding de las míticas letras de toda la vida para la comunicación en redes. ("respetando la tradición, adaptándonos a los nuevos tiempos. Letras más regulares y equilibradas en conjunto. Misma relación de tamaños y pesos. Formas más simplificadas y terminaciones más redondeadas Mismo interletrado entre los caracteres. Apóstrofe con más peso y en sintonía con las formas").
Pero el sincero y firme objetivo es no cambiar un ápice, mantener la esencia de lo que fue. "He sido cliente del Melo's desde que tengo uso de razón (vivía con mis padres en la misma calle) soy el más fiel admirador de Encarni y Ramón y el primer interesado en que no muera lo que ellos hacían", cuenta en Instagram uno de los nuevos responsables del bar. Eso sí, aunque van a continuar con los mismos proveedores, los anteriores dueños no han soltado la receta exacta de sus cremosas croquetas ("nos la han dado a intuir, Encarna era un ser de otro planeta y tardaremos en estar a esa altura"). Habrá que ir a probarlas, por supuesto. O asomarse para llevárselas a casa, porque la gran novedad será que estrenarán un servicio take away.
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