Bajarí
Foto: Irene Fernández Bajarí
Foto: Irene Fernández

Los 50 mejores restaurantes de Barcelona

Los chefs más en forma de la ciudad al frente de cocinas de todos los estilos y para todos los bolsillos

Ricard Martín
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OTOÑO DE 2024: Hace años que se habla del regreso de la tradición catalana: ¡pero empieza a pasar de verdad! ¡Macarrones y capipotas viven un estado de esplendor como inesperados platos de moda! Y esto se refleja con la entrada de la Fonda de Pirenaicas en el número 44 (¡qué fideos a la cazuela!) y de Casa Güell, directo al 9: Jordi Lloberol es un artista del sofrito. ¿Macarrones? Incluso en Aüc, un gastrobar de tapa creativa exquisita, cocinan de tres tipos. Y también celebramos que se mire un poco más hacia el Mediterráneo que hacia el sudeste asiático: Bajarí, un espléndido resumen creativo del arco mediterráneo a precios populares, toma el relevo de Koh en el número 13, y Margarit y Mula Bar juegan con la amplitud culinaria del Mediterráneo a base de mucha técnica y personalidad partiendo de una base griega. Y el bar de vinos Glug hace lo mismo desde una perspectiva italiana y vanguardista. Volvemos a los sabores de casa, este otoño: al sofrito de tomate, al aceite de oliva, al tomillo y romero.

Bienvenidos a la lista de los 50 mejores restaurantes de Barcelona, ​​donde encontraréis las direcciones más deliciosas de la ciudad, los mejores lugares donde comer escogidos con cuidado, empirismo y precisión (que hemos ido, ¡vaya!). Esta es una de las mejores ciudades del mundo para comer y beber. La oferta es variada, de calidad, monumental: desde el pequeño bar de tapas de toda la vida, pasando por los restaurantes con estrellas Michelin, la mejor cocina italiana y también sitios donde comer bueno y muy barato.

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Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market tiene como objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. En Barcelona se encuentra en la terraza-mirador del Maremagnum, en un espacio de 5.250 metros cuadrados que acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares. Entre las cocinas escogidas hay chefs tan celebrados de nuestra gastronomía como Fran López (Villa Retiro), Jordi Artal (Cinc Sentits) y Lena Maria Grané y Ricky Smith (BaLó), por ejemplo. El apartado de bebidas es igualmente espectacular, como demuestra la participación de Paradiso, una de las mejores coctelerías del mundo que en este espacio dispone además de una de las mejores terrazas de Barcelona.

Los 50 mejores restaurantes

  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Cinc Sentits cambió de ubicación, de Aribau a Entença 60, para crecer y para poder adaptarse mejor al ritmo de degustación del cliente sin disgusto. El local es una gozada: 400 m² divididos en tres salas, con una capacidad de 40 comensales, la misma que en el anterior. La inversión y el esfuerzo han tenido premio: en diciembre del 2020 ganaron a su segunda estrella Michelin, siendo un negocio familiar, sin inversores.

¿Qué pido? El chef Jordi Artal deja al cliente con la miel en los labios, con platos donde manda una tensión de contrastes que dispara el sabor, con mares y montañas delicados y atrevidos, como un calamar con garbanzos, picada, tinta y algas y un emplatado que es poesía. Cataluña 'gastro' vista desde la tradición familiar de un chef muy atípico, que fue ejecutivo en Silicon Valley hasta las crisis de las punto.com, cuando regresó aquí porque echaba de menos la cocina de la tierra y emprendió esta aventura con su hermana y su madre.

  • Cocina creativa
  • Les Corts
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Baló no hace referencia al fútbol: es una contracción de Barcelona y Londres, ciudades natales de Lena Maria Grané y Ricky Smith. Son chefs de las cosechas de 1997 y 1996, respectivamente y su estilo –se conocieron en Londres, trabajando en Galvin La Chapelle– remite al nombre: cocina mediterránea con toques atlánticos. Se hicieron con la monumental La Vaqueria, con esos salones enormes y oscuros, ahora llenos de luz y de un diseño clásico y confortable.

¿Y qué se come? El dúo de chefs hacen una cocina de creatividad tranquila, que se recuerda por el sabor y la profundidad de platos, como por ejemplo, un cordero enrollado relleno de albaricoque, yogur casero y 'crombitos', lleno de contrastes umami y de grasa golosa. No hay carta, sólo dos menús degustación y uno mediodía. Podéis optar por el Menú Baló o la degustación; este último, una demostración de intenciones en doce pasos de un restaurante gastronómico que no se casa con ninguna tradición concreta, pero que busca la emoción en cada plato: habas y jamón con queso azul y una sopa fría de guisantes y menta. Hacen un despliegue de técnica y clasicismo que emociona al paladar por la combinación de sabores atrevidos y al mismo tiempo remite a la tradición europea.

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  • Cocina creativa
  • El Poblenou
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Después de compartir cocina con la rosticería familiar, Artur Martínez la comparte “con un hotel de 400 habitaciones”, ríe. Porque la aventura del Capritx de Terrassa, la estrella Michelin más pequeña de Europa (12 comensales) que quiso trasladarse a Barcelona, ​​acabó resolviéndose en la apertura del Aürt en el Hilton Diagonal Mar en el 2017. En contraposición de las Michelin donde todo es espectáculo, movimiento y un ejército de camareros –a veces sobreactuando–, aquí hay 17 plazas para cenar en una mesa alta, donde toda la cocina termina delante del cliente y te cuentan y te razonan los platos. Intimidad y calma frente al impacto y la pirotecnia en uno de los mejores restaurantes de Barcelona con mayúsculas.

¿Y cuál es el estilo? Martínez se adhiere a la etiqueta de creación propia exotismo de proximidad y de 'japoterráneo': "se trata de sorprender al comensal con las cosas que tenemos aquí". Como 'japoterráneo', un platazo como el curry verde mediterráneo, donde la leche de coco del sudeste asiático se sustituye por leche de chufa, y el verde se gana por hierbas de casa como la hierbaluisa y la albahaca. El terrassense también está a favor del producto de alta calidad pero sencillo, y de aprovecharlo todo. En lugar de privilegiar el caviar y el atún bluefin, vemos un tartar de sepia integral con pan chino hecho de las patas de la misma sepia, y un tartar de la carne con mantequilla punteado por un concentrado del bazo de la sepia fermentada. Elaboración compleja para un plato de aprovechamiento total y que enfoca el sabor primario del cefalópodo con la potencia de un rayo láser. Comer aquí es muy serio y al mismo tiempo muy divertido. Y si lo comparamos con los McDonalds de millonarios –no pondré ejemplos– no es caro por lo que comes y cómo lo comes: aquí viene gente a la que le interesa comer y aprender cosas sobre la comida de la tierra que pisa.

  • Japonesa
  • El Poble-sec
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Donde antes estaba el Pakta de Albert Adrià, templo de la cocina nikkei con una estrella Michelin, ahora hay una izakaya mediterránea o una bodega tradicional con visión asiática, según se mire. Lo llevan Jaume Marambio y Vicky Maccarone. Él cocinó en el St. Rémy, Saüc, Gaudir y Tickets, y ella fue jefe de sala en Hoja Santa y Niño Viejo. Aquí fusionan la gastronomía mediterránea con la nipona.

¿Cómo? Con mucho tacto y originalidad. ¿Ejemplos? Montadito de calamar y tocino ibérico, gyozas de tres butifarras y habitas, guiso de guisantes con chipirones y katsuobushi y, de postre, chucho de helado de soja y caramelo. Predominan los platos que juntan el fuego lento a la catalana con lo nipón. En frío, no os perdáis los portentosos nigiris. 

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  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Cerrado ElBulli, sus antiguos jefes de cocina, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, ofrecen a Disfrutar una cocina de matriz bulliniana, tecnoemocional pura. Aquí viviréis una bacanal de los sentidos ejecutada a una velocidad perfecta.

¿Y qué se come? Son platos de una imaginación y precisión tremenda, como por ejemplo los ya famosos macarrones a la carbonara, hechos con gelatina de jamón. Disfrutar es el heredero directo del espíritu bulliniano, tanto en cuanto a la imaginación y excelencia como por el juguetón sentido del humor que destilan sus creaciones. Dejad de lado el síntoma del menú que me ha de cambiar la vida: aquí se viene a disfrutar y a jugar.

  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Me hace sentir viejo decir que Alkimia es un clásico, pero es cierto: Jordi Vilà y tres o cuatro más definieron, hacia el año 2000, por donde iría la alta cocina moderna de Barcelona. Por encima de todo, Vilà ha conseguido la meta de hacer creación sin desligarse del camino de la cocina catalana 100% ciento reconocible. Sobre la Fábrica Moritz despliega sus mejores armas: producto, tradición y creatividad.

¿Qué comeré? Sigue la línea de cocina catalana de espíritu moderno y urbano marca de la casa: "Es la cocina que siento y que domino, y tiene suficiente base y solidez para seguir trabajándola y evolucionar sin caer en según qué ambigüedades", afirma. Llena de imaginación y contrastes fuertes, con platos que no se olvidan. Como por ejemplo, una col caramelizada, con queso y rábano picante, o por la parte más carnívora un pichón de sangre con acelga, 'toffee' de zanahoria y nueces.

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  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Reabierto en agosto de 2022, Albert Adrià redefinió su proyecto más personal por tercera vez. Enigma ha pasado de lo que llamaba dice 'fun dining' –maridaje de platillos creativos y coctelería con tardeo y baile – a la fórmula tradicional de lo que uno espera de un factótum de ElBulli: un menú degustación de 25 pasos por algo más de 200 euros, que irá cambiando a medida que lo hagan las estaciones.

¿Y qué se come? Vanguardia creativa extrema con la sutileza y el sentido del humor marca de la casa, en el restaurante heredero directo de elBulli. Aquí encontraréis proezas alegóricas como una terrina de gelatina de consomé de perdiz, rellena de erizos de mar en escabeche, acompañada por una ensalada césar en la que la escarola también lleva una vinagreta de erizo de mar. También disfrutaréis de juegos suculentos, como un bistec tártaro de wagyu que, mientras se acaba de montar en la mesa, se convierte en una sobrasada instantánea por la adición del mallorquín pimiento Tap de Cortí.

  • Marisco
  • La Barceloneta
  • precio 4 de 4

¿De qué va? El chef Paco Pérez logró dos Michelin por la Enoteca –un peso pesado en Barcelona por méritos propios– y también vio cómo su Miramar de Llançà ha recibido la segunda estrella Michelin (¡ahora también tiene una en Berlín!).

¿Por qué debo ir? Poca gente transporta el sabor del mar a la alta cocina como él hace: este exquisito cocinero, lacónico en palabras, habla con la imaginación y el tiempo del mar. La elevación que ha hecho de las 'espardenyes' merecen un capítulo en la cocina de vanguardia catalana, y sus arroces hacen sentar juntos y contentos a la clientela bulliniana ya los fundamentalistas del corpus de la cocina catalana. Este año ha cumplido 15 años de vida y alta cocina en el Hotel Arts, todo un hito.

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  • Catalana
  • El Poblenou
  • precio 2 de 4

¿De qué va? Casa Güell está en el corazón del Poblenou antiguo y obrero, un restaurante de cocina catalana situado en los bajos del histórico edificio Gurugú, escenario de revueltas y manifestaciones contra la leva de la guerra de Marruecos (durante décadas, fue sede del no menos histórico bar La Parada, donde estaba la parada de taxis del barrio). Y en verano del 2024 lo reabrió Jordi Lloberol, un loco de la cocina catalana, con más de 30 años de carrera entre Ibiza –en restaurantes de payés, nada de clubs– y el País Vasco y que lleva la pasión por el fuego lento, el producto y el sofrito al extremo.

¿Qué se come? Su especialidad son los platos de cuchara y mojar pan, como un capipota principesco con piñones o unos garbanzos con pavía de bacalao (rebozado) en los que cantan los ángeles, con los garbanzos al dente. Hace él mimso incluso los fondos más complejos –como la demi-glace– y cada mañana prepara los canelones del día, con foie. Con la cocina abierta, verás a Lloberol con todas las cazuelas en marcha. No es barato de derribo, pero tampoco es caro, si tenemos en cuenta la elaboración, el producto y el cuidado que pone.

  • Catalana
  • El Putget i Farró

¿De qué va? ¿Recordáis el mítico y fundacional Inopia de la calle Tamarit? Fue aquel gastrobar precursor dirigido por Albert Adrià y Joan Martínez que enamoró a los barceloneses con sus tapas e hizo que John y Karen de Wyoming estuvieran dispuestos a atravesar un océano para devorarlas. Pues, quince años después, en el 2024, Joan abrió Aüc en El Putxet.

¿Y qué se come? La carta tiene tres tipos de macarrones, cinco tapas clásicas, cuatro ensaladas y bocadillos, seis opciones de fuego lento y tres postres. Clavan platos aparentemente sencillos como unas patatas gallegas fritas con salsa brava y alioli o unos calamares a la romana que casi se deshacen en la boca, tiernísimos y de rebozado fino. La delicadeza continúa con la berenjena ahumada con dashi y aromatizada con menta y se consolida con la merluza en salsa verde, cuya textura nos recuerda a la de las cocochas. No es un bar de tapas más, sino un punto y aparte en esta disciplina a cargo del coinventor del gastrobar. 

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Mireia Font
Editora
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  • Italiana
  • El Poble-sec

¿De qué va? No es lo mismo decir "hoy hemos cenado en un italiano" que "hoy hemos cenado en un veneciano". ¡Todavía hay categorías! Cuando, en el Poble Sec, abrió el Xemei, este inciso se hizo imprescindible. Los gemelos –chemey, en dialecto veneciano– Stefano y Max Colombo llevaron a Barcelona una cocina transalpina que superaba de una vez por todas los macarrones a la boloñesa y las pizzas quattro stagioni.

¿Por qué debo ir? Pasan los años, pero los Colombo se mantienen fieles a un concepto de sobriedad y excelencia que les mantiene como icono de comida. Ante aludes de modas y supuestos nuevos conceptos, ellos ejercen una cocina de altísimo producto y mano fina que no quiere ser nada menos de lo que es. El servicio amable sin ser pelota, el pequeño comedor elegante y vintage... El carisma derrama por todas partes. La satisfacción es total frente a platos como el surtido de pescado veneciano de primero (bacalao mantecato, sardinas en 'saor', boquerones marinados, confit de caballa) y unos espaguetis al mero de sepia o 'bigoli' en salsa veneciana (pasta fresca con anchoas y cebolla dulce) que activan todos los circuitos del placer.

  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4

¿De qué va? La embajada de Martín Berasategui en el hotel Monument de Barcelona se ha convertido en uno de los restaurantes imprescindibles de Barcelona, Cataluña y España, donde el chef ofrece lo mejorcito de su creatividad.

¿Por qué hay que ir? Es el primer restaurante de Barcelona que ostenta las tres estrellas Michelin. Aparte de Berasategui, el responsable del día a día es el chef italiano Paolo Casagrande, capaz de añadir a la arrolladora personalidad de su jefe una marca personal de altísima elegancia y creatividad, presente en platos como el milhojas de manzana, foie gras y anguila, y donde la estética artística que te noquea jamás pasa por delante de una combinación de sabores genial.

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  • Mediterránea
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4

¿De qué va? En septiembre de 2024 cerró Koh en Poblenou –exquisita cocina de autor con guiños a Asia y Latinoamérica– para reabrir como Bajarí, algo que le permitió bajar el precio medio en un 40 %. "Queremos trabajar cara al barrio y eso incluía reducir el precio", dice el propietario, el fotoperiodista Kike del Olmo. Tickets populares de verdad, aplicados a platos con producto saludable en un restaurante muy amigo del vegetariano (todos los entrantes lo son).

¿Y cómo se come? ¡Igual de bien! Sigue el espectacular equipo creativo, Marta Roselló – Daniel Benitorace, con el añadido de la griega Gerogia Zafeiropoulou, cocineras jóvenes y cargadas de talento que se inventan platillos llenos de precisión y complejidad que son para chuparse los dedos. Como por ejemplo, una polenta al estilo de patatas bravas con tzatziki, o unas croquetas de falafel con cremoso de remolacha. Entre los principales hay tres platos de proteína animal de la buena (¡carrillera de cerdo guisada a la ratafía!). Y también veganos de traca, como una brocheta de champiñones Portobello asados, servida con crema de tofu, garbanzos asados ​​y pan de pita, pura lujuria vegana.

  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Mae es un restaurante de altos vuelos dirigido por el chef catalán Germán Espinosa (ex Fonda España), el chef colombiano Diego Mondragón (ex Bodega de Can Roca, Àbac y Fonda Espanya) y la restauradora costarriqueña Mariella Rodríguez. Practica el 'glocalismo' gastronómico, esa sinergia entre el globalismo y el localismo con la que se puede crear un plato nuevo. Una suerte de sincretismo culinario, como dicen ellos. Mae tiene un pie aquí y otro en la América Latina de la guayaba, el lulo –una fruta que parece un tomate, pero tiene un delicado aroma cítrico–, el tomate de árbol y el ají amarillo.

¿Puedes concretar más, por favor? Es una cocina virtuosa y llena de técnica: dos menús de degustación y uno ejecutivo a precios nada astronómicos y llenos de infusionados, cocciones largas a baja temperatura, curaciones, guisos suflados, aires y criofiltrados. Ejemplos; tomate del Maresme con almendras y ají amarillo; espuma de coliflor, changurro y gelée de mejillón con hierbas frescas; corbina curada en alga kombu con infusión de lulo y rábano, y carré de cordero y tupinambo.

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  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Han tenido que pasar cien años, pero la bodega La Palma tiene un nuevo restaurante: La Palma de Bellafila, nacido en junio del 2024 y está donde estuvo el emblemático restaurante Pla. Judit Giménez y Albert Rial son una pareja de restauradores del Gòtic que han abierto un restaurante en el Gòtic y para los barceloneses. En La Palma de Bellafila las intenciones son mucho más ambiciosas, de gran restaurante: la carta corre a cargo del chef Jordi Parramon, que hace años renunció a Michelin por la docencia y plantea una actualización de la cocina catalana aligerada, evitando tópicos de ciertos platos, pero sin desmerecerlos en su nueva versión.

¿Y cómo se come esto? Hay platos tradicionales convertidos en snacks, que puedes picar con la mano. Alerta: ¡snacks de oreja! Buenísimos. Oreja hervida, confitada y después rebozada, que se engancha con el deleite manual quien come patatas fritas. La carta está muy meditada: no hay nada obvio, pero tampoco nada que traicione el espíritu del plato, como unas pelotillas, mar y montaña, protegidas bajo una cigala y un fino tocino. O unas sardinas marinadas con uva –una alusión a la 'coca de recapte'– que acaban mordiendo la raspa del pescado, un bocado delicioso: dulce, ahumado y crujiente. Y esto incluye el postre: ¡pedid la evolución del pijama!

  • Bares de vinos
  • El Raval
  • precio 3 de 4

¿De qué va? La creatividad de Matteo Bertozzi, chef y propietario de My Fucking Restaurant, es considerable y seria. Assalto, abierto a principios del 2024, tenía que ser un bar de vinos con algunos platitos. Pero su facilidad para subvertir recetas, explorar fermentaciones y jugar con las capas de sabores ha hecho variar el concepto original al de casi una barra de autor. Y no sólo a la hora de cocinar. La carta de vinos es única y singular: cuenta con unas 200 referencias que se nutren de subastas de bodegas y colecciones privadas. ¡Botellas que seguramente no podrá probar en ningún otro lugar que no sea este!

¿Y la comida? ¿Está al nivel de la carta de vino? La cocina no quiere repetir ni perpetuar recetas comunes. Más bien, reinterpretan la tradición. Pero lo más disruptivo llega con unos platos de temporada que, como la corvina rebozada en maíz y chutney de cilantro, cambian de sabor a medida que se mastican. Kimchis, garums y raiforts se utilizan así para dormir, refrescar o activar las papilas, obligando al comensal a detenerse, interpretar lo que come y bebe y cuestionarlo. Un asalto en toda regla.

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  • Cocina creativa
  • Gràcia
  • precio 2 de 4

¿De qué va? "Lo llamo cocina de autor porque me invento platos, mezclo cosas y pongo de mi cosecha, no por pretensión", explica el palentino Jonatan Izquierdo, que con su socia y pareja, Laura Humanes, abrieron Oníric en enero del 2024, donde estuvo la primera Panxa del Bisbe: ese restaurante delicioso con ojos de buey y una barra de piedra maciza. Vienen de la alta cocina y su intención es retar al comensal con vanguardia y provocación. Pero que pueda permitírselas: el menú degustación y el menú de mediodía van a precios muy contenidos.

¿Ejemplos? Un intenso tartar de corazón de vaca con mayonesa de kimchi, con yema de huevo curado en soja que rayan al momento, que aporta sal y melosidad, o un calçot juguetón con ricota, entre el confit goloso y el sabor austero de un praliné de avena. Creatividad de la buena: con sustancia y los pies en la tierra, que encontraréis a raudales en el mencionado menú degustación, como por ejemplo en unos calamares con pepino, sobre brotes de soja, cacahuetes y salsa césar. Aquí hay mucho trabajo: menú de mediodía, degustación y carta no repiten platos.

  • El Poblenou
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Esta gastrotaberna de Poblenou que apuesta por el buen producto y lo transforma en tapas sencillas, pero bien resueltas, ya es todo un clásico. Olvidaos de turistas y de la palabreja 'foodies' (¡ecs!) que instagramean quién sabe qué. Aquí hay una clientela de proximidad que reserva cuando quiere hacer fiesta mayor –a precios razonables– con una cocina catalana sólida, personal y para chuparse los dedos, en formato informal: una pizarra, barra y mesas altas. Imagen informal, pero cocina muy seria.

¿Cómo por ejemplo? Una cocina catalana sólida, personal y para chuparse los dedos, que se manifiesta en platos como una flor de calabacín rellena de ricotta o unos buñuelos de anguila y tupinambo celestiales y mullidos. Maestros de la fritura, el guiso y de la alegría porcina. Y algún mar y montaña que hace la boca agua, como el de vieiras con crema de tupinambo y panceta curada.

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  • Catalana
  • Sant Gervasi - La Bonanova

¿De qué va? Buena cocina, pocos formalismos y precios contenidos. Así podría resumirse la esencia de Incorrecte, abierto en Sant Gervasi en el 2024 y que se ha propuesto animar un poco el panorama de esta zona por encima de General Mitre. El chef Marcel Pons regresa a la ciudad después de dirigir la cocina del hotel Mastines del Penedès. Y rebosa entusiasmo pero también sensatez. Está al frente de un restaurante con alma de barrio –de barrio de la zona alta– y sin renunciar a una cocina que apunta alto y a la creatividad, tiene claro que el cliente es aquel que vuelve y que no siempre quiere sorpresas en un menú degustación.

¿Y qué tiene de incorrecto este sitio? Por suerte, esto tan sudado del 'canallismo' es sólo una amenaza que no llega a cumplirse, y la incorrección se centra en darle un punto personal a platos del recetario más tradicional, con el mar y la montaña como un hilo conductor de muchos. Por ejemplo, el canelón de pollo y cigala en versión Incorrecte ya es un hit de la casa y al probarlo es fácil de entender. Y las tripas de bacalao con cabeza y pata y caldo de garbanzos justificarían subir a la zona alta de la ciudad. Los mejores según un conocido escritor y periodista político que suele frecuentar el sitio, me cuentan.

  • Mediterránea
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera

¿De qué va? 'Las señoritas de Aviñón' (1907) de Picasso quizás sí que eran señoritas, pero no de Aviñón ciudad, sino de la calle Aviñón, en el corazón del barrio Gótico. El cuadro que cambió el arte del siglo XX representa a unas chicas de un burdel de la calle Avinyó, 44. Y desde finales del 2023 que vuelve a ser un local de pública concurrencia: lo ocupa el restaurante Xeixa, con la chef valenciana Sara Valles en cabeza. El inmueble es una maravilla (y la hiperactiva jefe de sala Meritxell Pujol os hará una visita guiada encantada): estáis en la Casa Joan Gabriel, un palacete de finales del s. XVIII que tiene entrada por Avinyó y Carabassa.

¿Y la cocina? Pues no desmerece en absoluto. Aquí practican una cocina de nuestro Mediterráneo hecha con una filosofía de producto km0 y estacionalidad radical. Por un lado, Valls toma recetas que ahora nos suenan casi exóticas y las pasa por su tamiz gastronómico. Por ejemplo, unos calamares a la 'bruta' (a la sucia), guisados con butifarra negra y sobrasada, un clásico balear. Por otro lado, tienen un horno de brasa con el que hacen maravillas con carnes y pescados –que antes pasan por cámara de maduración– como una brutal lubina a la brasa. Alta cocina sencilla, pero excelente.

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¿De qué va? En 2011 el restaurante de Jo Mestres y Pere Carrió se adscribió a la filosofía slow food, y después de años ofreciendo un menú de mediodía excelente, ahora solo funcionan con carta por la noche, y con un menú de mediodía gastronómico. Y han profundizado en una sostenibilidad real, que pasa por trabajar con ganaderos que siguen prácticas ejemplares para la conservación del medio rural y con campesinos ecológicos locales.

¿Para pedir? Cualquier plato, bien sea de menú o a la carta. Pere Carrió trata toda la materia prima con exquisitez, pero por encima reivindica el valor gastronómico de cada hortaliza, su singularidad y potencial (tiene reputación mundial como restaurante que pone el verde en el centro de la oferta). La gamba de Palamós no se echa de menos ante filigranas vegetales como los hatillos de zanahoria con setas, garbanzos, encurtidos y romesco picante, y los carnívoros estarán satisfechos con una oferta no muy extensa, pero selecta y con mano de gran cocinero. La proteína animal está mucho más presente en la oferta de mediodía que en la de noche, por cierto.

  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Sin efectismos superfluos y toneladas de trabajo, el Gresca de Rafa Peña se ha convertido en uno de los restaurantes imprescindibles para entender la evolución de la cocina en Barcelona en los últimos años: aquella que junta el plato suculento y reconocible con la máxima creatividad y se desentiende de modas. El Gresca ya no es un pequeño bar con equipo mínimo: Peña se ha multiplicado en asesorías y proyectos, pero siempre desde una visión personal desatada de los grandes grupos hoteleros.

¿Y qué se come? Platos de sabor directo extraordinarios, y de combinaciones que te hacen aliñar el paladar nada más oírlas, siempre con un pie en la tradición catalana más visceral pero también afrancesada. Como el bacalao con tripa y setas. O los 'nems' de lengua y oreja. ¡O unos lechones de ternera con níscalos que nos hacen la boca agua!

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  • Marisco
  • El Poble-sec
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Tras la pandemia, Rías de Galicia reabrió como Rías/Kru. Antes subías las escaleras del Rías de Galicia –un restaurante abierto en 1986, marisquería familiar de referencia de Barcelona– y te encontrabas otro restaurante, el Espai Kru, donde el que dominaba en un 80% de la carta porciones excelsas de producto marino crudo y marinado con elaboraciones de alta cocina moderna. Los hermanos Iglesias han optado por unificar la carta en ambos espacios.

¿Y qué se come? En Rías/Kru puedes pedir unas cocochas al pil-pil impresionantes (sedosas, sutiles... ¿mejores que las vascas?) y también nuevas elaboraciones como un tartar de atún picante donde el juego del caviar de aceite de oliva y el aceite de guindilla picante propulsa un producto de por sí magnífico. Lleva la cocina el chef Robert Gelonch, veterano bulliniano que tuvo su restaurante homónimo, especialista en otorgar 'punch' creativo al producto desnudo. Kru: un restaurante personalísimo con poco fuego y mucha Asia, con maravillas como un ngiri de ternera wagyu con foie, o navajas con crema de parmesano y salsa Café de París.

  • Japonesa
  • Sants
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Yoshi Suto es un joven chef japonés que, después de pasar por cocinas de tres continentes, aterrizó en España para trabajar en restaurantes de prestigio como Azurmendi, Quique Dacosta, Enigma y Disfrutar. En 2019, convirtió un bar Manolo de Sants en un pequeño templo gastronómico (dieciséis comensales repartidos equitativamente entre la barra y las mesas) para ofrecer un menú de degustación hecho con delicadeza, originalidad, ingredientes top, una sólida base japonesa y capas de 'freestyle'. Ya cuenta con su primera estrella Michelin.

¿Algunos ejemplos? La gyoza de merluza y gamba con citronela y aire de coco o el foie-gras marinado con miso y caramelizado con azúcar moreno. Y también una secuencia de 'nigiris' que recordaréis durante mucho tiempo. La carne aquí también es un asunto muy serio: probad el 'nigiri' de wagyu grado A5, quizás la mejor carne cruda que probaréis en vuestra vida.

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  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4
Xerta
Xerta

¿De qué va? El restaurante Xerta, en el hotel Ohla, abandera la entrada en la alta cocina barcelonesa del gran desconocido de la gastronomía catalana: el producto del delta del Ebro. El chef Fran López, que a los 25 años consiguió la Michelin en Villa Retiro (Xerta), ofrece platos en los que combina el poder crudo del mar con la creación gastronómica.

¿Y qué se come? La carta es corta, muy enfocada hacia el menú degustación, y al mediodía hay una calidad-precio espectacular, de martes a viernes: aperitivos, un entrante, un segundo de carne o pescado, postres, vino, café y petits fours. Ahora bien, es en el menú de mar adentro de López donde se capta la verdadera dimensión de su cocina: con platos como las cocochas y angulas: un plato con un aroma espectacular.

  • Vegetariana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Xavier Pellicer cerró el restaurante Celerí, dedicado a la verdura –con opción a complementar los platos con proteína animal– justo después de ganar la Michelin. Lo reabrió una breve temporada después en Provença, 310. Cambió para seguir igual, más y mejor: más espacio, y una brasa de encina y fuego de wok.

¿Y qué se come? Pues redefiniciones y cruces de clásicos de cocina catalana aligerada y con un toque de genio que te transporta a la infancia. Un plato como sus judías verdes con patatas, que ya ha tenido varias encarnaciones, pero siempre maravilla, es un 'must' de la creatividad vegetal en la cocina moderna. 

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  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 3 de 4
Hisop
Hisop

¿De qué va? El chef Oriol Ivern presenta en Hisop una cocina que os será familiar en cuanto a la raíz, pero muy creativa por la puesta en escena y la combinación de sabores. En definitiva, natural como lo es el chef y su equipo, sin querer decir más que lo que te encontrarás en el plato. Y la verdad es que lo hacen de maravilla tanto en la sala como en los fogones. Tienen una estrella Michelin, quizás la más discreta de la ciudad y dicen que la más económica (el menú degustación vale 85€, 110€ con maridaje). Pero no menos merecida que el resto, todo lo contrario. 

¿Y qué se come? Cocina catalana contemporánea, como la definen ellos, basada en el producto bien tratado y su estacionalidad. La suya es la constatación de que se puede hacer alta cocina creativa sin poner a la mesa el producto más caro imaginable. Y esto queda claro en creaciones como la caballa con tupinambos (aquí sí, con un poco de caviar). ¡Éxtasis! Conviértete en hisopista.

  • El Poble-sec

¿De qué va? Stefano Balis (griego, ex Bardot, Rilke, Informal) y Jordi Fenoll (elxà, ex Dos Pebrots) capitanean Margarit, un restaurante de base griega que juega con la amplitud culinaria del Mediterráneo y los platos de la carta de raíz tradicional helénica que se ejecutan con capas personales, giros imaginativos y mucha técnica. Los puntos en común que encuentran los dos chefs entre sus extremos del Mediterráneo surgen de forma orgánica.

¿Por ejemplo? Dos que valen mucho la pena: la 'tarama' -una prima lejana de la brandada de bacalao que los chicos elaboran con huevos de bacalao en salmuera, miga de pan y zumo de limón, y que acompañan con daditos de remolacha y polvo de pan de algarroba. Y la 'hava': un primo lejano del hummus hecho con guisantes amarillos, y acompañado de bacoreta en salazón, tomate seco y hojas de alcaparras. El cordero a la palestina con yogur y hierbas nos deja directamente sin palabras. Lo marinan con naranja, lo hierven a baja temperatura y es pura mantequilla cárnica.

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  • Cocina creativa
  • El Raval
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Bajo la óptica de la alta cocina, interpretan recetas antiguas (¡pero muy antiguas! De Egipto o el Imperio Romano, por ejemplo) y captan la técnica y la mezcla de los productos originales para después presentarlos en forma de tapa. Albert Raurich, propietario, lideró este espacio, pero ahora ha cedido protagonismo a Takeshi Somekawa y Adri de Pablo, jefe de cocina y sala de Dos Palillos, del también exBulli.

¿Y qué se come? Mantienen la idea original del Dos Pebrots. Transportan técnicas e ingredientes pasados en la actualidad y nos hacen descubrir todo un mundo que, de hecho, forma parte de nuestro legado culinario. Una reivindicación de la historia de la gastronomía, de nuestro recetario, con platos como un arroz con garum de sepia (uno de los sabores que definían la comida en la antigua Roma), o una careta de cochinillo en homenaje a Apicius, autor de 'Recoquinaria', el primer recetario del Mediterráneo.

  • Cocina creativa
  • Les Corts

¿De qué va? Que los hermanos Torres se hayan convertido en ultramediáticos no quiere decir que hayan abandonado ni por un segundo la filosofía que enamoró mucha gente –incluyendo a los inspectores de la Guía Michelin– con aquel primer Dos Cielos.

¿Y qué comeré? Cocina 'de recuerdos', que dicen los gemelos, que parte de las recetas familiares y se elabora con productos de temporada, del huerto, y técnicas contemporáneas. Su criatura en Barcelona es un local imponente donde manda la alta cocina, y que demuestra esta pasión de los chefs con el huerto y el jardín. ¿Un ejemplo? La ensalada de 60 verduras de cultivo natural sobre gelatina de albahaca.

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  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4

¿De qué va? El hotel Palace pueso toda la carne (o más bien todo el pescado) en el asador de su restaurante: el chef Rafa Zafra, bulliniano de pro, comanda Amar. Zafra pasa de cocinar para una sala diminuta –el exquisito Estimar, en el Born– a tener el timón de un paquebote de lujo. Con el mismo equipo que Estimar, Zafra sigue apostando por el mejor producto del mar, pero con todos los recursos del hotel.

¿Y qué se come? Encontraremos desde crudos y marinados de altísima gama (ese homenaje a elBulli de sus amores, el carpaccio de cigalas), hasta platos cuchara cargada de cocina, como por ejemplo unas judías de Santa Pau con piparra y morrito de atún. Además de lujo, aquí hay mucha emoción, que toma desde la cocina catalana de altos vuelos hasta un apartado de clásicos burgueses en homenaje al antiguo Ritz.

  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? El suntuoso palacete del Eixample que alojó a Rilke ahora es JOK. El acrónimo del periodista Joan Maria Pou, el empresario Oriol Badia y Kim Díaz como asesor (Bar Mut) es “un proyecto de factoría cultural con conciertos, presentaciones de libros, charlas, monólogos... que queremos financiar con un buen restaurante y una buena coctelería”, explica Pou. Elegancia burguesa, cero bling-bling.

¿Y qué se come? Cocina catalana afinada y moderna con la chef Olga Sternari a la cabeza y donde se nota la mano de Díaz. Éxitos catalanes con algún acento afrancesado (Sternari viene de Joël Robuchon!) producto top y mucha temporada. La fideuá es sustanciosa, con la potencia de un buen fumet, aligerada con dados de merluza fresca, y los canelones son todo lo que puedes pedir a un canelón (trufado). También encontrará platos de autor derivados del corpus culinario catalán, como unas gambas con chocolate. La coctelería funciona del mediodía a las tres y media de la madrugada.

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  • A la brasa
  • Esquerra de l’Eixample

¿De qué va? Este restaurante especializado en brasas es toda una experiencia sensorial y gastronómica. Dan prioridad al producto de alta calidad, pero siempre con la brasa como común denominador: ahumados, soasados, braseados, flameados... Aquí encontrarás gastronomías de muchos rincones del mundo, todas besadas y enriquecidas por el fuego y el humo. Darvaza es un volcán del Turkmenistán.

¿Y qué pido? Delicias para todos los paladares, con éxitos como el tataki de magret de pato ahumado sobre madera de encina y salsa 'hoisin', o alcachofa de El Prat confitada a la brasa con consomé de ibérico de bellota, que aúnan sutilidad y sabores rotundos. Tienen un par de lujos lujuriosos comestibles que no olvidas: una croqueta de chuletón madurada de buey y un arroz seco de costilla de Black Angus, fiesta de la grasa con un punto de cocción del arroz milimétrico.

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  • Mexicana
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 2 de 4

¿De qué va? El chef Antonio Sáez –quien con Berasategui ganó las dos primeras Michelin del Lasarte– ha abierto una taquería con un amigo suyo de Puebla, Raul Salcido. Y el sitio es tan minimalista –parece la sala de espera de la mutua, aunque admiten reservas– como la cocina es espectacular. Tienen una máquina de donde salen las tortillas delante de tus narices. "Somos de los dos o tres de Barcelona que las hacemos. Son de maíz azul, que tiene un sabor neutro que permita apreciar la receta", explica Sáez ('xuba' quiere decir maíz en zapoteca).

¿Y qué pido? Puede ser conservador o explorador. Han dispuesto una carta con tacos mexicanos tradicionales –¡qué buenos al pastor!– y un apartado de receta propia, hedonista y de producto máximo que es para quitarse el sombrero. El de solomillo rossini –ternera, foie a la plancha, salsa de trufa y aligerado con una pizca de kale– es magnífico, como lo son también el de mejillas de cerdo guisadas con mole.

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  • Cocina creativa
  • El Raval
  • precio 2 de 4

¿De qué va? Más que cocina gallega contemporánea, Arume es un restaurante de gallegos que han viajado por todo el mapamundi. Lo que hacen –coger productos de la cocina gallega y el Atlántico y modernizarlos– es fácil de decir. Pero lo difícil es rehacer platos que de tan locales son universales, como por ejemplo un cebiche de corvina salvaje con leche de tigre, granada y emulsión de aguacate, y las vieiras con crema de maíz.

¿Esto no es de modernillos? ¡No! Podéis confiar en los arroces de la carta, una de sus especialidades: el arroz con pato, espuma de ajo asado y pimientos del Padrón es una visión personal y llena de sabor del tema, que combina la melosidad con un punto de grano clavado. La carta no es muy extensa, pero cada plato da diana. Por cierto, el restaurante ocupa la casa donde nació un hijo de gallegos, el universal Vázquez Montalbán, de quien no tenemos ninguna duda de que gozaría de lo lindo con esta visión del galleguismo ravalero de toma pan y moja.

  • Cocina creativa
  • Sant Antoni

¿De qué va? Vuelve el espectáculo donde estuvo Tickets. El establecimiento que inauguró el Paral·lel como meca de la alta cocina moderna de Barcelona, vuelve a funcionar bajo la dirección de los hermanos Iglesias y un personal de cocina vinculado al ecosistema Michelin que se creó. La espectacular disposición del restaurante no ha cambiado, y ver a treinta profesionales de alta gama en acción sigue siendo un show como pocos hay en la ciudad. 

¿Y qué se come? Lo dirige el chef Oliver Peña, un bulliniano de pro –su anterior trabajo fue como chef ejecutivo de Enigma, y ha pasado por 41º o Hacienda Benazuza– que ejerce una cocina que es mucho más efectiva que efectista, con una exhibición de técnica y creatividad donde se percibe un crecimiento orgánico y ganas de aflojar los corsés de la alta cocina a base de disfrutar. Cuando catas maravillas como el flautín de ternera, las notas sobran: una barrita de pan hueca, cubierta por un solomillo de ternera, donde el añadido de grasa de vaca da la sensación de comer un chuletón a la brasa en un snack. O unas sardinas rebozadas con salsa tártara y jamón ibérico que te transportan a la mejor hora de la merienda de tu vida.

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  • China
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

¿De qué va? ¿Qué es un 'dumpling' –o una 'gyoza' o un 'bao' o un ravioli...– sino una versión distinta del mismo? Aquel arquetipo universal de pieza de masa rellena (dice empanadilla o farcellet o shaomai) que a menudo se come con la mano y te tragas de un solo mordisco de placer. En Dr. Zhang, un pequeño restaurante con espíritu de barrio, se han especializado en el 'farcellet' chino (aunque ellas no lo sean).

¿Y cuáles pido? Pues cualquiera, porque son buenísimos. Y puedes ver cómo te llevan, de la cocina a la mesa, piezas tan variadas y poco ortodoxas como los rellenos de pato o los fritos con curry. En otoño, sus gyozas de setas variadas son un bocado delicado y con un sabor de bosque en alta definición.

  • Cocina creativa
  • El Raval
  • precio 3 de 4
Dos Palillos
Dos Palillos

¿De qué va? Albert Raurich –bulliniano de pro– demuestra que existe hermandad entre las tapas asiáticas y españolas, y un nivel de excelencia de producto y creatividad que le ha valido su primera estrella Michelin.

¿Por qué tengo que ir? Dos Palillos es una perfecta fusión entre bar Manolo y barra asiática de alta cocina, un lugar que no tiene mesas y donde, si no tienen tiempo, no te van sirviendo el vino. Reflexión: parte de la estrella Michelin siempre premia el servicio, y que ellos la tengan todavía pone en más valor sus fenomenales tapas asiáticas. Son platos que se han convertido en una plaza para comer icónica, como las cocochas al pil-pil japonés, la costilla de cerdo de cal Rovira al estilo cantonés. Y no olvidéis que aquí dentro está el mejor bar de sake de España

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  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 4 de 4

¿De qué va? Mont Bar es un bar esquinero, en el Eixample Izquierdo. Formalmente, en Barcelona no se puede ser más bar que esto. Su propietario, Ivan Castro, con un background familiar de hostelería en el Valle de Arán, consiguió que fuera una de las barras más codiciadas por los codos de buena comer de la ciudad. Elocuente como él solo, en un tuit define el alma del lugar: "Comes platos de alta cocina y técnica en un bar de 30 m², con buena musiquita de fondo. Y si quieres salir a fumar, sales, y si quieres gritar, gritas. Esto es lo que le gusta a la gente".

¿Qué se come? Cocina creativa de altos vuelos –con inspiración y riesgo, a cargo del chef Fran Agudo, ex jefe de cocina de Tickets. Aparte de utilizar un producto fabuloso, ellos se complican mucho –y subrayad mucho– la vida con las recetas. La carta son unos 25 pasos que pueden mirarse descontextualizados, o configurar con ellos un menú degustación alucinante. Platos con enunciados de aparente sencillez –bistec tártaro con salsa café París, pichón, col y patata– son de una inspiración y originalidad que te desarman, dignos de un gran restaurante. Y de hecho esto es lo que es el Mont Bar.

  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas –trío de ex jefes de cocina de ElBulli y propietarios de Disfrutar– se han asociado con Nil Dulcet, quien fue el primer jefe de cocina del restaurante biestrellado del Eixample, para abrir el hermano urbano del Compartir Cadaqués. No es una traslación a Barcelona, ​​sino el mismo estilo culinario con una oferta distinta. 

¿Y qué comeré? La cocina es una exhibición de técnica y complejidad, con el mediterráneo en la cabeza: platos de inspiración popular –como la ensalada de remolacha y sorbete de ajoblanco– o con alguna mirada a Àsia; un 'shabu sabu' de salmón con sopa de miso certifican que este es un nuevo camino (y no os perdáis las maravillas que hacen con humilde pescado, como sardinas y caballa).

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  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Reconozcamos el carácter visionario de Carles Abellán; antes de que hubiera la explosión de lo que llamaron 'gastrobares', Abellán abrió esta barra de tapas y platos de desayuno de cuchillo y tenedor que ha creado imperio y escuela: los hay en Barcelona y en Singapur. Él lo define así: "un homenaje al bareto de toda la vida, a las tapas clásicas de nuestro país, a nuestras elaboraciones caseras y a nuestra identidad. Lo que nos identifica ante el mundo".

¿Y qué se come? Un repertorio de tapa barcelonesa y española que apunta a todo lo que se ha generalizado después: croquetas, bravas, huevos estrellados, tortillas brutales, rusa, bikinis, molletes, todo con sello de inventiva y calidad del Abellán y en la mejor de sus versiones. Por ejemplo, medio mundo ha imitado su bikini trufado con mozzarella de búfala y jamón ibérico. Ojo también al apartado de platillos de producto máximo y pescado de lonja.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4

¿De qué va? Tras el éxito sideral del 'reboot' de Mantequerías Pirenaicas como taberna gastronómica del 'upper', y convertida en punto de peregrinación mundial gracias a sus tortillas, Miguel Puchol ha abierto la Fonda de Pirenaicas: un restaurante de cocina catalana popular con aires de restaurante de carne a la brasa (es donde estuvo la Llesca de Gracia).

¿Y qué se come? Platillo catalán hecho con mucha solvencia y toque gourmet. Al frente de la cocina se encuentra Alberto Soriano, que durante nueve años fue el responsable de la de Mantequerías. Y la verdad es que es bien reconocible su espíritu hedonista, presente en platos que tienen pequeños giros de guion respecto a los de la cocina de la abuela y que aumentan su suculencia. Véanse unos fideos en la cazuela, equipados con un guiso de lagarto ibérico magnífico, o unos macarrones gratinados que también llevan pecorino entre la pasta fina. Y nos quitamos el sombrero ante un arroz cremoso con parmesano y calabaza, que cruje con el contraste del guanciale, carita de cerdo tostadita. Las raciones son grandes y a precios muy razonables. ¡De toma pan y moja!

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  • Vegetariana
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Rasoterra es más que un restaurante vegetariano: es uno de los lugares más emblemáticos en la revolución verde en las mesas de Barcelona, desde que abrieron en 2013. Si tenemos en cuenta que uno de los socios del restaurante, Daniele Rossi, también es presidente de la asociación Slow Food de Barcelona y que tienen un huerto propio, entenderemos la magnitud y el rigor del Rasoterra en materia de cocina km 0.

¿Qué se come? La carta, a cargo de la chef Adriana Carcelén, es siempre de rigurosa temporada. El restaurante, que era ovolactiovegetariano con un fuerte toque creativo, se ha convertido en un restaurante del todo vegano y ha incrementado el voltaje gastronómico de sus elaboraciones. Podemos encontrar desde una ensalada de tomates de variedades recuperadas, exuberante –cuando sea temporada, claro– hasta un alucinante plato de raíces de verduras asadas (cebolla, boniato, remolacha, puerro) que flotan sobre un hummus de legumbres y perfumado con un aceite de albahaca hecho por sí mismos, todo un poema de sabores de la tierra sutil pero meditado. Los platos de pasta, al dente, son excelentes (recordad que son italianos).

  • Catalana
  • La Bordeta
  • precio 3 de 4

¿De qué va? La versión en restaurante del hermano vermutero y de tapas, el Tramendu Vermuting y primo de Tramendu El Caliu de la Brasa. Y lo que no es mejorable aquí es la pitanza, excelente: Marzo, un jefe de sala que trabajó en Roca Moo y Petit Comité, entre otros, tiene el apoyo en la cocina del chef Juanjo Rodríguez Thomas, un cocinero con el que coincidió en los mencionados templos de la cocina catalana. De los fogones salen recetas que rinden homenaje a la cocina catalana más potente y sabrosa, pero ejecutada con mano creativa y de alta cocina.

¿Y qué pido? Aquí tienen intenciones exploradoras de la comida catalana más telúrica, bien sea de mar o montaña; por ejemplo, rehabilitan aquella bomba primitiva que es la patata enmascarada (patata trinchada con butifarra negra y tocino), convirtiéndola en un trinchado de patata fino, con salsa del asado y huevo escalfado, o unos 'morralets a la brutesca' aligerados y delicados, llenos de matices mediterráneos. Y os perdáis su versión total del bacalao, por ejemplo.

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  • Bares de vinos
  • Esquerra de l’Eixample

¿De qué va? La italiana Beatrice Casella (ex Hisop) y el catalán Iván García (ex Direkte Boqueria y Aürt) dirigen un bar de vinos que por la calidad de la comida que despachan ya se puede considerar todo un señor restaurante. Dejemos a un lado las 200 botellas de vino natural o de intervención mínima y media docena de grifos con blancos, brisados, rosados, tintos y espumosos que cambian casi semanalmente, y centrémonos en la comida.

¿Y entonces? ¿Qué acompaña al vino? Platillos con acento italiano y mediterráneo, cargados de creatividad y complejidad. Y que son tan buenos y arriesgados como prometen. En la parte más confortable, ¡unas croquetas de macarrones gratinados! O una sopa de cebolla con queso comté. Por la parte aventurera, un curri de acelgas donde los tallos de la verdura desempeñan la función de espaguetis. Es obvio decir que os aconsejarán bien con el maridaje.

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Mireia Font
Editora
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

¿De qué va? El estilo propio del chef Jordi Esteve se fundamenta en la calidad y creatividad con la tradición de fondo, con un estilo hedonista y disfrutón, que se centra en el producto de temporada y rehúye las fusiones. Cocina catalana con imaginación y poder.

¿Por qué debes ir? Por una excelente carta y un menú degustación en el que Esteve demuestra una sensibilidad para la interpretación del paisaje en forma de platos sorprendentes, llenos de finura y de lo más suculentos. Ejemplos hay montones, pero no puedo olvidar el buey madurado, con verduritas y remolacha. ¡Y hacen menú de mediodía! A un precio asequible para comer en un restaurante recomendado por la guía Michelin, incluye dos tapitas, primero y segundo y postres.

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  • Bares de tapas
  • Sants

¿De qué va? Panos Koulentianos, propietario y alma del local, ofrece recetas griegas tradicionales, pero las ejecuta con el conocimiento técnico adquirido en los restaurantes en los que ha trabajado; Hytra de Atenas, Selene de Santorini, DiverXO de Madrid, entre otros.

¿Un ejemplo? El cordero 'patatato'; un plato de verbena típico de la isla de Amorgos. Allí se utiliza una sola olla para hornear el tubérculo y la carne a la vez. Aquí, él la hace a baja temperatura y la presenta desmigada. Ningún plato de la carta supera los catorce euros. Los vinos son los otros grandes protagonistas. Los selecciona la distribuidora Satyros Wine y todos están elaborados por pequeños productores catalanes, españoles e italianos, pero sobre todo griegos. ¿Dos motivos más para ir al Mula? La excelente música y la terracita, que es gloria bendita.

  • Vegetariana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

¿De qué va? Fat Veggies, del maestro de la brasa, Juan Martini, aplica la imaginación y el virtuosismo del fuego y el humo en el mundo vegetal. Pero con más elementos: podría haber hecho verduras a la brasa, vinagretas y echa millas, pero se han complicado la vida con una cocina vegetal compleja y sabrosa, con mucha influencia de Oriente Medio.

¿La verdura no es aburrida? ¡No! Los platos son abundantes y complejos. Por ejemplo, una coliflor hecha con tres puntos de cocción distintos, sobre un puré de coliflor –hecho del tronco de la verdura– con chocolate blanco; es crujiente, cremoso, delicioso, cambia tu percepción de una verdura aburrida. O una crema de pimientos con espárragos a la brasa, que se convierte en un estudio de la combinación del pimiento con el rábano, y que rebaño con un pan de patata violeta fermentada brutal. Los postres son de traca.

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  • Catalana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

¿De qué va? Candela Rama no hace nada nuevo, pero lo que hace lo hace extraordinariamente bien: es un restaurante de cocina de tapas y platillos –platillo desde el punto de vista del chup-chup– donde hacen todos los procesos de forma artesana y con estándares de alta cocina, y con el aporte de un imponente horno de brasa. El chef Ramón Panés se complica la vida, ¡hasta el punto de hacer sus propias butifarras!

¿Y por qué están aquí, si no hacen nada nuevo? ¿Nada nuevo? Bien, esto no es del todo cierto. Aquí encontrarás declinaciones de las tapas de toda la vida que nos encantan, como una ensaladilla rusa de toque cítrico con piparra, con un huevo frito (¡con puntilla!) que abraza la melosidad de la mayonesa, o una bomba estilo Candela que es un festival de butifarra negra fondant. De segundo, arroces con un punto de cocción perfectos y de sabores rotundos (como uno de costilla Angus intenso y suculento) y carnes a la brasa excelentes y también platos de sofrito, como por ejemplo un calamar a la brasa sobre un 'ajomorcilla' (pasta de butifarra negra) que es un delirio de mojar pan. Hedonismo de alta gama y precios que no pican demasiado.

  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

¿De qué va? La Cova Fumada en la calle Baluard es un fenómeno que supera el ámbito gastronómico. Este restaurante popular de la Barceloneta no ha salido de la propiedad de la familia de Solé desde el año 1944, cuando abrió. Hoy está al frente Josep María Solé, y hasta hace poco no era extraño ver a la abuela Palmira pelando ajos y patatas en la entrada. Aquí no hay reservas que valgan: la gente, locales y guiris, hace cola y codos a partir de las doce en sus míticos portales de madera, para pillar un sitio.

¿Qué hay que pedir, sí o sí? Nos encantan los garbanzos con calamares, el capipota, las sardinas, los buñuelos de bacalao... Ahí compartes mesa con desconocidos y hay buen ambiente, como en las mejores tabernas. No hay carta de vinos, solo chatos de vino a granel. No hay tirador de cerveza, solo quintos en botellín. Esta sencillez se ve superada por unas raciones de cocina catalana y pescado pesco a la plancha que, unidas a su pan tostado con allioli casero, te disparan la euforia, y cuando sales solo piensas en regresar. Que no muera nunca.

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