Bajarí significa "Barcelona en caló. Y no hacemos cocina gitana. Pero hacemos como ellos, que son el pueblo más europeo porque viajan y asimilan cosas a su cultura. Cogemos platos que nos gustan de todo el arco mediterráneo y los pasamos al nuestro estilo", explica el propietario del restaurante, el fotoperiodista Kike del Olmo. En septiembre del 2024 cerró Koh –exquisita cocina de autor con guiños a Asia y Latinoamérica– para reabrir como Bajarí, algo que le permitió bajar el precio medio en un 40 %. "Queremos trabajar cara al barrio y eso incluía reducir el precio". Tickets populares de verdad, aplicados a platos con producto saludable en un restaurante muy amigo del vegetariano (todos los entrantes lo son).
Pero no sufráis, que sigue el espectacular tàndem creativo Marta Roselló – Daniel Benitorace, con el añadido de la griega Gerogia Zafeiropoulou, cocineros jóvenes y cargados de talento que con enunciados como berenjena, romesco y escarola se inventan platillos llenos de precisión y complejidad que son para chuparse los dedos. Como, por ejemplo, una polenta al estilo patatas bravas con tzatziki, o unas croquetas de falafel con cremoso de remolacha. Todos los entrantes –pensados para compartir– son vegetarianos, y entre los principales hay tres platos de proteína animal de la buena (¡carrillera de cerdo guisada a la ratafía!) y también veganos de traca, como una brocheta de champiñones Portobello asados, servida con crema de tofu, garbanzos asados y pan de pita que es pura lujuria vegana. Abren de lunes a viernes de 9 a 19 h, con una carta de desayunos, almuerzos y meriendas cargada de pasteles dulces y salados hechos en su cocina.