El suntuoso palacete del Eixample que alojó Rilke y Beltxenea ahora es JOK. El acrónimo del periodista Joan Maria Pou, el empresario Oriol Badia y Kim Díaz como asesor (Bar Mut) es "un proyecto de factoría cultural con conciertos, presentaciones de libros, charlas, monólogos... que queremos financiar con un buen restaurante y una buena coctelería", explica Pou. "Si dependes de los clics o la financiación pública, tienes unos límites. Y queremos decidir qué hacemos y qué no hacemos", prosigue.
Elegancia burguesa, cero bling-bling (no es estilo Neymar): JOK tiene un muy afinado restaurante de cocina catalana con la chef Olga Starnari a la cabeza y donde se nota la mano de Díaz: la fórmula de mediodía es un menú desordenado – elige dos platos entre diez– con agua, postre y café por 30 euros. Mainard Aparisi dirige la sala con toda la elegancia del mundo (el 'bartender' Adrián Batlle os preparará un trago a medida).
Éxitos catalanes con algún acento afrancesado (¡Sternari viene de Joël Robuchon!) producto top y mucha temporada. La fideuá es sustanciosa, con la potencia de un buen fumet, aligerada con dados de merluza fresca, y los canelones son todo lo que puedes pedir a un canelón (trufado). También podéis pedir unas gambas con chocolate espléndidas. La coctelería funciona del mediodía a las tres y media de la madrugada, "con la posibilidad de hacer un pica-pica fuera de horas de alta calidad", dice Pou. Y siempre te preguntarán si desea empezar con un cóctel (el 'bartender' Adrián Batlle os preparará un trago a medida). Aspirante a dandi sagarriano, agarra un cóctel y una buena cogorza, y pasea el copazo por los salones aterciopelados.