Tras arrasar con los dos primeros Lluritus, el grupo de restauración con raíces en Gràcia –especializado en marisquerías informales y que no te dejan la Visa temblando– dio un paso adelante en 2024 con Lluritu 3. Su primera incursión fuera de Gràcia es más restaurante que los otros Lluritus, pero mantiene la esencia desenfadada, con un ambiente acogedor que lo aleja del aspecto intimidante de la marisquería decimonónica: barra de mármol, mesas altas, un segundo piso más íntimo y una terraza fantástica en el paseo. En realidad, Lluritu 3 es un pedazo de restaurante.
Aquí encontrarás marisco con poca intervención, por supuesto –ostras, anchoas, almejas, gambas–, pero la personalidad brilla en platos de cocina con espíritu de mar y montaña, es decir, con influencias de la cocina del Empordà, tanto fríos como calientes. En los fríos destacan una coliflor y gamba –crema de coliflor y manzana, con gamba blanca curada, tartar de gamba, espárragos y brotes de guisante– que es una sinfonía de huerta y pesca, o un salpicón de marisco delicioso que reivindica un plato a menudo maltratado. En los calientes: un ravioli de pies de cerdo y gambas, con salsa de gamba y foie, o unas mollejas con cococha de bacalao que harían sentir orgulloso a Santi Santamaria. La oferta no termina aquí: los arroces son sensacionales (especialmente el de mar y montaña con marisco y oreja, una redefinición del 'arròs brut' del Empordà, ni seco ni caldoso). En realidad, Lluritu 3 es un pedazo de restaurante.