Más que cocina gallega contemporánea, Arume es un restaurante de gallegos que han viajado por todo el mapamundi. Lo que hacen –coger productos de la cocina gallega y el Atlántico y modernizarlos– es fácil de decir. Pero lo difícil es rehacer platos que de tan locales son universales, como por ejemplo un cebiche de corvina salvaje con leche de tigre, granada y emulsión de aguacate, y las vieiras con crema de maíz.
¿Cómo es comer en Arume?
Comer aquí es una experiencia íntima: dos salones abigarrados en una casa del siglo XIX en el Raval, que traza un hilo de continuidad con grandes casas de comidas ya perdidas del barrio, como Can Lluís o Casa Leopoldo. También podéis confiar en los arroces de la carta, otra de sus especialidades: el arroz con pato, espuma de ajo asado y pimientos del Padrón es una visión personal y llena de sabor del tema, que combina la melosidad con un punto de grano clavado. Y por supuesto, os podéis lanzar a ciegas a cualquier plato de pulpo. La carta no es muy extensa, pero cada plato da diana. El comedor es puro Raval: el interiorismo es obra del propietario de la cercana coctelería Nevermore, antiguo escaparatista y diseñador de Vinçon, que consigue un elegancia sobria a base de retales diversos.
Por cierto, el restaurante es en la casa en la que nació en 1939 un hijo de gallegos universal, el escritor Manuel Vázquez Montalbán, de quien no tenemos ninguna duda de que gozaría de lo lindo con esta visión del galleguismo ravalero de toma pan y moja. Una placa puesta en honor de Manuel Vázquez Montalbán en el año 2004 recuerda que uno de lo sgrandes de la literatura española del siglo XX nació en una de las calles más humildes de Barcelona, a un tiro de piedra de la plaza del Padró.