La Graciosa
Foto: Irene FernandezLa Graciosa
Foto: Irene Fernandez

Los mejores bares y restaurantes del barrio de Gràcia

Los mejores lugares para cenar o comer en la Vila de Gràcia: desde tapas a menús, con opciones de restaurantes románticos y para cenar en grupo

Ricard Martín
Colaborador: Mireia Font
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Para picar unas tapas, tomar el aperitivo, una copita de vino natural o comer como es debido; para cenar por cuatro duros o con manteles finos; cocina tradicional o creativa... En Gràcia se come mucho y muy bien. Es uno de los barrios de Barcelona con mayor oferta gastronómica, también de restaurantes de cocina foránea. ¿Vais al Verdi a ver una peli y buscáis un lugar para cenar después? ¿Queréis tomar un bocado antes o después de ver una obra de teatro en el Lliure? Aquí tenéis una selección de los mejores bares y restaurantes de la villa de Gràcia para asegurar el tiro a la hora de coger el tenedor y el cuchillo.

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Time Out Market Barcelona
  • Time Out Market
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene por objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocinas de una ciudad bajo un mismo techo. Ya presente en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Puerto y Ciudad del Cabo, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum, con vistas espectaculares al mar y la ciudad. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, alberga una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre.

Los mejores bares y restaurantes del barrio de Gràcia

  • Cocina creativa
  • El Coll

El chef Fabio Gambirasi y Roser Asensio hacen una cocina honesta y mágica con los mejores productos frescos, ecológicos, silvestres y salvajes de la tierra y del mar. Su gastronomía intenta ser fiel a los sabores originarios y crea una armonía gustativa de lo más sorprendente. ¿Y cómo se concreta todo esto que le explicamos? En un menú de degustación con los diez platillos más icónicos del Agreste por 100 euros. Si deseáis tirar de carta, también podréis, eh; fregola sarda con bogavante; bacalao confitado con tripa y col kale; medallón de pies de cerdo, relleno de mollejas de ternera, fondo de carne, col lombarda adobada, mostaza y polvo de hinojo. Un imperdible.

  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia

El cocinero Carlos Pérez de Rozas tiene un equipo a prueba de bombas, y el ya no tan joven Berbena no es una promesa sino una firme realidad. Parte de la más esmerada artesanía de proximidad para elaborar unos platos que sorprenden y enamoran basándose estrictamente en los productos de la temporada. Todo se hace en el momento y delante de las narices; una apuesta clara por los básicos, con pan de masa madre hecho en casa, una exigente selección de vinos y quesos y un café de especialidad. Anarquía deliciosa: hacen y deshacen la carta cuando quieren, y lo mismo ocurre con los horarios.

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  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia

Aleia, en la primera planta del hotel Casa Fuster –un hotel cinco estrellas gran lujo–, es un proyecto gastronómico muy ambicioso y a cuatro manos entre el chef argentino Paulo Airaudo (que ya corta el bacalao en el restaurante Amelia, en San Sebastián) y el andaluz Rafa de Bedoya. La unión de las raíces italianas de Airaudo con el toque de Jerez de Bedoya se unen para crear un estilo del todo personal, que acaba de cristalizar con las influencias asiáticas. La degustación son once pasos con una estudiadísima puesta en escena y que termina con un intenso crescendo de sabores de temporada. Ha logrado la primera estrella Michelin en un tiempo récord.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4

Tras el éxito sideral del 'reboot' de Mantequerías Pirenaicas como taberna gastronómica del 'upper', y convertida en punto de peregrinación mundial gracias a las tortillas, Miguel Puchol en junio de 2024 reabrió un restaurante de cocina catalana sección neofonda (sin menú, todo a la carta). La Fonda de Pirenaicas se constituye como punto de mojar pan de primera magnitud, con una oferta muy similar a la de la casa madre pero decantada más hacia el platillo catalán y la cocina popular. Aquí la cosa va de tapas muy cuidadas –¡qué buena la croqueta de pato Pekín y la ensaladilla rusa!–, guisos y platillos hechos con una enorme solvencia y toques gourmets. De platos destacamos los fideos a la cazuela, equipados con un guiso de lagarto ibérico magnífico, o los macarrones gratinados que también llevan pecorino entre la pasta fina.

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  • Catalana
  • Gràcia
  • precio 2 de 4

Éste es el proyecto personal del maestro del chup-chup y asesor vagabundo que es Josep Maria Massó, que después de muchos lustros trabajando para otros vuelve a tener casa propia. El cocinero que abrió el Bar Cañete ha puesto todo el corazón y estilo en un negocio que ha abierto en asociación con el cocinero (joven, de 1993) Àlex López Lamiel, que ha pasado por Cañete, Àbac o Nandu Jubany. Aquí tienen un pie más en el mercado y la casa de comidas catalana que en la taberna castiza. También encontraréis aires clásicos de alta cocina con un giro informal: los raviolis de liebre tienen una demi-glacé y una potencia de cocina de caza impersionantes. Éste es un lugar para disfrutar de tapas de las buenas a precios contenidos y también para compartir principales. En el primer apartado, ese sabroso 'mollete' de 'pringà' que fue la mecha de la moda del mollete en Barcelona, ​​o una ensaladilla rusa impecable. ¿Compartir principales? Sí, hablamos de platos de cuchara que son tan buenos que vale la pena compartir para poder comentarlos: su capipota con calabacín y piñones debería ponerse en una vitrina, de lo meloso y adictivo que es.

  • Bares de tapas
  • Camp d'en Grassot i Gràcia Nova
  • precio 2 de 4

En ocasiones los tópicos funcionan. "El bar al que a nosotros nos gustaría ir" es una definición algo sudada de muchos negocios, pero es eso exactamente lo que han conseguido en Fino Bar. Ubicado en la parte más alta de Gràcia, por encima de la Plaza Rovira, lejos del ajetreo y donde todavía queda barrio, lo definen como un bar moderno con alma de tienda de comestibles. Un local sin cocina donde, y he aquí otro tópico, han convertido en virtud esta carencia. La propuesta va más allá de las conservas y embutidos y apuesta por dar un toque propio a una excelente selección de producto. El responsable de la carta es Alberto Ibáñez, uno de los seis socios de esta aventura, y con experiencia en cocinas de renombre como Lomo Alto o Àbac.

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  • Marisco
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4

Alexis Peñalver de La Pubilla y Extra Bar también tiene una barra de pescado en el Mercat de la Llibertat. Aquí dispone de un equipamiento de cocina mínimo -plancha, dos fuegos y un horno- y de un producto máximo; pescado y marisco de las paradas del mismo mercado, por supuesto. Los platos son de base catalana con un giro moderno. Además de gambas o almejas a la plancha, podéis pedir unas vieiras a la plancha con fumet de pescado de roca y salicornia, o unas magníficas sardinas a la plancha rellenas con la potente picada clásica catalana, con ajo, perejil, pan tostado y almendra. La proximidad de La Pubilla permite que puedan jugar con guisos y 'fumets' que aplican en platos como un estofado de sepia exprés. Y las raciones son abundantes y a precios razonables.

  • Gràcia

Pablo Lagrange (argentino, ex-Noma, Mugaritz, Tickets), Lucía Aguilar (peruana, ex-Enigma, GoXo, Boragón de Santiago de Chile) y Ricardo Mateo tienen un pequeño local en Gràcia dedicado al choripán, un bocadillo de chorizo ​​criollo y chimichurri muy apreciado en América Latina. Todo lo hacen ellos desde cero: el embutido lo elaboran con cerdo Duroc y un poco de ternera, cocinado en el horno de brasa Pira. El pan es de tipo francés, con buena miga para contener la grasa de la carne y el aceite de las salsas. El chimichurri se hace con hierbas frescas, vinagre y aceite de calidad, y la salsa criolla con chiles chipotle y habanero lactofermentados. Todo por 8,5 euros. Además del choripán, ofrecen 'sanguchito de vacío' con pan de chapata, kebab vegano (gírgolas, seitan, lechuga, salsa de cacahuetes y 'anticuchera') y 'pastrón' (pecho de ternera ahumada, mayonesa de wasabi, queso y verduritas encurtidas con pan bollo). De postre, tienen un espectacular dulce de leche ahumado. Para beber, sirven cerveza artesana argentina de Juguetes Perdidos y un excelente vino tinto D.O. Terra Alta.

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  • Japonesa
  • Gràcia

El antiguo Fan Shoronpo ha resurgido, tras cerrar, gracias al cariño que le tenían sus clientes habituales. Lo ha hecho en un nuevo local, también en Gràcia, que vuelve a mostrar la maestría en los fogones del chef Keita Tanaka. La carta es corta y trabajada, apostando siempre por la pasta casera y los fantásticos 'shoronpos' que dan nombre al establecimiento. Estos rollitos al vapor se sirven a la manera tradicional, rellenos de carne de cerdo picada y verduras, pero también se versionan con ingredientes top como la trufa y el foie. Entrantes como el 'karagee' –pollo rebozado con mayonesa de kimchi– y los fideos de ramen en salsa de miso casero o al estilo Shoyu, sin caldo, pueden salvar lo peor de los días. Auténtico comfort-food asiático.

  • Bares de vinos
  • Gràcia

Esta trattoria contemporánea se ha convertido en uno de los grandes referentes de vinos naturales en Gràcia. Entrar es aprender mucho sobre esta bebida, gracias a una selección bien viajera que recorre diferentes geografías en busca de los mejores vinos libres. También aman las verduras estacionales y ecológicas, los agricultores y productores con proyectos que inspiren y los ingredientes naturales y sostenibles, como demuestra el hecho de que detallen, en cada receta, de dónde procede cada uno de los productos. En la carta, destacan platos pictóricos italo-catalanes que cambian regularmente, como las gambas rojas con espuma de yogur, el bikini de mejilla con queso Fontina DOP y el bistec tartar con carne de Cal Tomàs y guindilla de Puig Bolets.

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  • Gràcia
  • precio 2 de 4

Durante 30 años Quim Marquès fue referencia a la Barceloneta con el Suquet de l'Almirant, pero cerró el 2018. Y en otoño del 2023 regresó a Gràcia, su barrio de toda la vida, con la apertura de Santa Magdalena, un restaurante de cocina catalana y barcelonesa al cien por cien. Con precios contenidos y estética de bar de barrio (de hecho lo era), Marqués practica una cocina de chup-chup y producto de temporada y de proximidad. ¿Algunos platos? Un fricandó clásico hecho con setas 'moixernons', unos macarrones del cardenal también buenísimos, con el sofrito y la bechamel bien delimitados, capipota con chanfaina, morro de bacalao con tomate...

  • Bares de vinos
  • Gràcia

El equipo del Bemba Smash Burger de Gràcia se ha lanzado a la aventura de los vinos naturales. En la misma calle donde se encuentra la hamburguesería encontraréis el Pimpla. El nombre del local no engaña; es toda una invitación a beber hasta que la conciencia y el bolsillo digan 'basta'. Aplican la misma fórmula que los demás bares de la ciudad dedicados a la cultura vinícola sin sulfitos; quieren que disfrutéis de la bebida, sí, pero que también comáis algo. Para llenar el buche tenéis platillos para compartir como un maravilloso y sorprendente pan con mantequilla de miso, un efectivo 'vitello tonatto' con alcaparras, un delicado 'tiradito' de corbina con ponzu y algas o un original carpaccio de calabacín, menta y queso semicurado de vaca.

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  • Cocina creativa
  • Gràcia
  • precio 2 de 4

“Le llamo cocina de autor porque me invento platos, mezclo cosas y pongo de mi cosecha, no por pretensión”, dice el palentino Jonatan Izquierdo, quien con su socia y pareja, Laura Humanes, abrieron Onírico en enero del 2024, donde estuvo el primer La Panxa del Bisbe, ese local delicioso con ojos de buey. Vienen de la alta cocina y quieren tentar al cliente con vanguardia y provocación, pero que se lo pueda permitir: menú degustación a 38 euros y menú e mediodía a 18 euros. ¿Ejemplos? Un intenso tartar de corazón de vaca con mayonesa de kimchi, con yema de huevo curado en soja que te tachan al momento, o un 'calçot' juguetón, entre la melosidad de confit y ricota y el sabor austero de una praliné de avena. Creatividad de la buena: con sustancia y los pies en el suelo.

  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia
  • precio 3 de 4

En Insolent han creado uno de los platos más interesantes de la era moderna: el mini 'xuxo' relleno de estofado de cuello de cordero con mayonesa de ras el hanout. Un bocado sorprendente que hay que probar a toda costa, que demuestra la irreverencia y el juego detrás del proyecto ideado por Julià Castelló (de la pastelería Can Castelló), Miquel Garcia (Celler de Can Roca), Pedro Huerta y Javier Custodio. Ubicado en el hotel La Casa del Sol, el restaurante ofrece desayunos, almuerzos y cenas y esconde una fantástica terraza en el ático. En la carta, hechizan con tartares de remolacha, canelones de cigalas y albóndigas de cerdo y calamar con salsa 'chili crab'. ¿De postre? Un 'xuxo', pero a la brasa, con canela, cardamomo, manzana caramelizada y helado de queso cremoso.

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  • A la brasa
  • Vila de Gràcia
  • precio 3 de 4

"Es una brasería sin pretensiones", pero con un giro gastronómico importante. Lo cuentan Rafa Panatieri y Jorge Sastre Bravo, dueños de este restaurante donde las brasas son las protagonistas. "Giro gastronómico" lo añadimos nosotros, después de haber podido probar la propuesta de este restaurante de los chefs creadores de Sartoria Panatieri, una de las mejores pizzerías de Europa. En Brabo la cosa va de fuego y producto. La carta es breve, con 15 platos. Todo gira en torno a una parrilla a la vista en un local con capacidad para unas 40 personas y una zona en la parte superior que puede albergar hasta 16 comensales. Elaboraciones sencillas, acompañamientos trabajados y unos entrantes (carabaza en tres texturas, tártaro de cerdo ahumado, paté de campaña casero…) que rivalizan en interés con los platos principales.

  • Gràcia
  • precio 3 de 4

La Viblioteca abrió en el 2008 en un local pequeñito de Gràcia. La acogida fue y sigue siendo brutal, así que encontrar sitio a veces puede ser una misión casi imposible. Aquí encontraréis una amplia selección de más de 150 referencias de vinos nacionales, cuidadosamente seleccionados, y también una carta de vinos por copa que cambia mensualmente. No hay fogones, pero eso la oferta gastronómica se centra en la otra gran pasión de la jefa, los quesos. En la carta hay unos sesenta, todos elaborados con leche cruda y por pequeños productores nacionales y europeos; mayoritariamente de Francia, Italia y Suiza. Para redondear la oferta, foie gras, ensaladas, tartares y un espléndido bikini de trufa. Decoración blanca y de líneas puras, música jazz bien elegida. Ideal para ir con la pareja o en 'petit comité'. Es necesario reservar sí o sí.

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  • Bodegas
  • Gràcia

Es una de las bodegas de barrio míticas en Gràcia, de las pocas que había antes del alud tabernero que llegó a la zona. Ya nos parece bien. Hacer el vermut, echarse una cerveza o tomar una copita de vino en locales con gracia debería ser asignatura obligatoria cada semana. Quimet mantiene la identidad de sus orígenes, aunque ahora ya no es tan solo un local de venta de vinos, sino un bar donde tomar buenos embutidos, quesos y platillos como pulpo con patata, ensaladilla casera, etc. También se atreven con platos de mayor presencia: carrilleras, unos huevos revueltos o un pulpo a la brasa. 

  • Bares de tapas
  • Camp d'en Grassot i Gràcia Nova
  • precio 2 de 4

Cuando el restaurador Kim Díaz se pone (Bar Mut, Muticlub, Entrepanes Díaz), se pone, se pone: la Bodega Solera es la interpretación que él hace de la taberna gaditana cruzada con el bar de vinos a la francesa. Cerveza bien tirada y una carta de vinos con unas 650 referencias, entre los naturales, los de toda la vida y los de jerez. ¿Comer? Mucho y bien. ¡Tienen un cortador de jamón con titulación! Delicias del sur como montaditos de 'regañá' con ensaladilla rusa y anchoa, con una ensalada de tomate de Barbastro y un canónico y catalanísimo fricandó. No os perdáis el caíllo, montadito de guiso que sólo hacen en Caravaca de la Cruz y aquí. Y atención con el bar dentro del bar dedicado a Lola Flores.

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  • Cocina Internacional
  • Gràcia

Con el primer bocado, ya sabes que La Brillantina es un lugar interesante. Santiago Macías, chef colombiano, y su pareja, Vanesa Zorzoli, pastelera argentina, tuvieron diez años un restaurante en Buenos Aires. Ahora, en Gracia, La Brillantina es una propuesta informal que derrama talento y reflexión, con una carta que resume la cocina popular de Latinoamérica: desde unos espléndidos tacos de tortilla de yuca con pollo hasta un encocado, cazuela de pez y marisco del Caribe colombiano. No os perdáis los cócteles de autor. Han abierto un segundo local en Putxet dedicado a los bocadillos de autor, Bar Fàbula.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
Bar Casi
Bar Casi

Xavi Montes es un tabernero vocacional, de esos que son mucho más amables que graciosos. Y en el Bar Casi, con una fachada de bareto de carajillo guerrillero, es donde despliega todo su encanto natural. En la parte empinada y desierta de Gràcia, el Casi abrió en 1978 (ver la licencia con la mirada de orgullo de su padre enmarcada en un rinconcito). Cuando pasas por un barrio desierto y ves un bar de gente, algo dan; desayunos de tenedor, surtido de tortillas y bocadillos. ¡Atención! Ya no ofrecen su apreciado menú de mediodía y abren sólo de 8 a 13 h.

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  • Catalana
  • Gràcia

Un bar de toda la vida donde se puede disfrutar de un desayuno de tenedor, tomarse el cafelito sentado discretamente con el periódico, o recargar las pilas con un menú potente. En Can Ros siempre hay calor. Comerás capipota, caracoles, croquetas, un bocadillo de albóndigas (¡sí, sí, de albóndigas!) O una tortilla de alcachofa mítica, de las que recordarás para siempre. La gracia es que puedes ir a cualquier hora, siempre tendrás una cosa u otra para comer y nunca te quedarás con hambre cuando salgas por la puerta.

  • Gràcia

Camila ocupa el maravilloso espacio de indeterminación de un buen bar de barrio: donde puedes tomar un café, comer un bocadillo o comer algo caliente, y donde tienes la certeza de que podrás hacerlo todo con solvencia. En contraposición con las cafeterías de especialidad que te quieren engañar con un 'flat white' carísimo, las propietarias son baristas experimentadas que apuestan por el café con leche. Y el producto de proximidad del barrio: aquí podrás disfrutar de tortillas de patatas jugosas y croissants de La Nena, teca de Les Tres a la Cuina, cerveza artesana de Garage Beer, vermut casero de La Marín... 

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  • Catalana
  • Gràcia

En el extrarradio de Gracia, hay una bodega centenaria que merece la pena visitar: tinas oscurecidas del humo de tantas vidas, los comedores con muebles de época y mesas de mármol, y la cocina al fondo, como manda la tradición. A los fogones, Manolo se saca de la manga combinaciones ganadoras como los mejillones saltados con berenjena, las 'anarkobravas' (patatas fritas con alioli de tinta de pulpo). Para el mediodía tienen un menú sencillo, y bueno y a buen precio, con pescado del día de segundo, que siempre es de agradecer.

  • Mediterránea
  • Gràcia

Si pensáis solo en la Barceloneta se pueden comer buenos arroces, estáis muy equivocados. El Envalira, un restaurante familiar abierto en 1972, existe para demostraros que hay vida más allá del barrio marinero. Su arroz a la milanesa tiene tantos adeptos que si se pusieran todos en fila llegarían a la frontera. Lo hacen con distintas carnes troceadas y el típico sofrito catalán. Al final, añaden un puñado de queso que se deshace con el calor. No falta la paella especial (con carne y pescado), la marinera (solo pescado) ni el arroz negro. De entrantes, navajas, gambitas, almejas, calamares, etc.

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  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia

Paco Benítez (Noma, Eggs) y Pedro Baño (Caelis, Lluçanès) son dos chefs que reabrieron la antigua fonda Cal Robert –27 años de vida– en el 2021. “Más que cansados ​​de la alta cocina, estábamos hartos de estar en proyectos ajenos y de grandes grupos. Vivimos en Gràcia, queremos sostenibilidad y trabajar de proximidad, comprar en el comercio del barrio”, explica Baño. Es una casa de comidas del siglo XXI, como ejemplifica su brutal revisión del capipota. Benítez es mexicano del DF y encuentra el punto de conexión de México con la picada catalana y el chup-chup, explícito en un concepto maravilloso como los pies de cerdo con mole.

Este establecimiento de 'street food' es conocido por sus deliciosos kebabs veganos. Con el objetivo de eliminar de una vez por todas los prejuicios hacia la cocina vegana, los de Good Shit han elaborado un menú de varios bocadillos, todos ellos elaborados con productos hechos sin crueldad animal. Escoge el preparado proteínico que crees que mejor encajará en tu durum: puede ser de Heura (en un panecillo de trigo) o de seitán (en una tortilla de trigo). Ellos afirman que es un kebab muy simple, pero con algo de conciencia.

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  • Bares de vinos
  • Gràcia

¿Cuántas veces hemos oído aquello de “hay que acercar el vino a los jóvenes”? Pues en un momento que la cerveza artesana cada vez se estiliza más, La Graciosa lo hace. No lo llaméis 'wine bar': esta es la casa de Debora (sarda, hija de viñas) y Gianluca (sumiller milanés, ex Bar Brutal). En unos bajos de Gracia, estos apasionados del vino natural manejan unas cincuenta referencias de pequeños productores, expuestas con el precio pintado en la botella, y centrados en la selección afinada más que en la extensión. 

  • Mediterránea
  • Gràcia

Desde el año 2007, La Panxa del Bisbe enamora a los vecinos de Gracia y a los venidos de todos los barrios de Barcelona. Podríamos describirlo como un 'bistrot' donde puedes comer una cocina muy trabajada con producto de primera y a precios no excesivos. La Panxa ofrece buena materia prima, cocciones al punto y combinaciones con sentido. Algunos ejemplos: cordero de Rupit a baja temperatura con búlgur, pasas, piñones y yogur de oveja o lubina con apio de hoja e hinojo a la brasa y aceite de hierbas. 

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  • Bodegas
  • Gràcia

La Vermuteria del Tano pertenece a la categoría de bar de toda la vida con clientela del barrio. ¡Se ha ganado este pedestal, y es que ya abrió en 1927 como bodega! Tano se la quedó a finales de los años 90, y la ha mantenido como institución indiscutible. El vermut es Perucchi, y antes se vendía también a granel. Respecto a la comida, sirven latas de calidad. Entre el surtido de conservas ofrecen, por ejemplo, unas buenas banderillas de aceituna y anchoa, boquerones, berberechos, mejillones, sepia, alcachofas... El mármol, la puerta de hierro y un ambiente entre hipnótico y eufórico hacen un lugar imprescindible

  • Marisco
  • Vila de Gràcia

¡Ya tenemos tres de 'lluritus'! Aquella pequeña marisquería que abrió hace un buen puñado de años en la calle Torrent de les Flors, tiene otros dos hermanos. En Lluritu 2 caben, ojo, hasta un centenar de personas. La carta es la misma que en el Lluritu 1, pero ampliada: los propietarios, el actor Pau Roca y sus amigos Pol Puigventós y Gerard Belenes, lo definen como una marisquería desenfadada y no se están de hostias: minimalismo en el plato con cocciones precisas de plancha y brasa (nada de fogones) y producto top a un precio razonable: pulpo, 'sepionets', navajas, tellinas, cigalas, etc. Hace poco que han abierto Lluritu 3, en Passeig de Sant Joan 72.

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Gonzalo Álvarez, caraqueño de nacimiento, formado en Hofmann y con trece años como segundo chef de un restaurante español de Tokio con estrella Michelin, decidió volver a Barcelona con la maleta llena de técnicas y lecciones gastronómicas niponas. Sin miedo y en plena pandemia, abrió su restaurante en el local del antiguo Capet para ofrecer una carta muy personal donde ingredientes de temporada mediterráneos dialogan armónicamente con ingredientes japoneses. 

  • Cocina creativa
  • Gràcia

Uno de los primeros emblemas de la renovación gastronómica de esta ciudad. Los años pasan, pero la calidad y el buen gusto quedan. Una cocina sin trampas, heredera de los sabores de la cocina catalana tradicional pero revisada y puesta al día para ajustarla a los gustos actuales. Trufas, setas y espárragos son algunos de los productos que compran directamente a los productores. Toda la oferta de la carta es importante, pero destaca la buena cocción y la presentación de unos peces salvajes que provienen de los mejores proveedores.

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  • Mediterránea

Terra Mia es un pequeño restaurante sardo con una encantadora terraza escondido entre el Parc Güell y el del Guinardó. Si los 'linguine alle vongole e bottarga' de este restaurante sardo fueran una canción, sería 'Sapore di sale' de Gino Paoli. La pasta de sémola de trigo con almejas, huevos de lisa desecados, tomate y ajo nos hace sentir rayos de sol cegadores en los ojos, el salitre en los labios y el Mediterráneo en el paladar. Queremos vender nuestra 'nonna' a cambio de poder zambullirnos en la salsa que queda en el fondo del plato, pero nos conformamos mojando pan Guttiau; unas láminas finas y crujientes de sémola de trigo duro.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4

Si paseas por la calle Bonavista, habrás tropezado con un rinconcito de madera clara y una barra bajita y pequeñita, que invita a hacer parada y fonda. Es el Bar But, un lugar cálido y que te acoge con la puerta abierta: presidido por una barra en la que te encuentras al cocinero elaborando los platos justo enfrente de ti. Abierto de comida a cena, la cocina gira alrededor de las cocciones a baja temperatura, la raw food y tiene una pequeña carta de baos. Son platillos pensados para compartir y que apuestan por el producto. Y buena selección de vinos naturales, todos a copas.

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