Durante 30 años Quim Marquès fue referencia en la Barceloneta con el Suquet de l'Almirall, pero cerró el 2018. Y en otoño del 2023 regresó a Gràcia, su barrio de toda la vida, con la apertura de Santa Magdalena, un restaurante de cocina catalana y barcelonesa al cien por cien. Con precios contenidos y estética de bar de barrio (de hecho lo era), Marqués practica una cocina de fuego lento y producto de temporada y de proximidad. El eslogan de la casa es "cocina de barrio, porque queremos que sea un sitio amable, fácil y de cuchareo, y que esté bien de precio", dice Marquès. El ticket es de unos 25 euros, y reivindica "que hemos ido a muerte con el producto, cien por cien escogido, con verduras que nos las trae directamente el campesino".
¿Algunos platos? Un fricandó clásico hecho con tiralíneas (con moixernons y un toque final de anís delicioso, la ternera se derrite en la boca) o unos macarrones del cardenal también buenísimos, con el sofrito y la bechamel bien delimitados. Capipota con chanfaina, morro de bacalao con tomate... También verde: su hija, Paula, es nutricionista. La fórmula del menú de mediodía siempre incluye platos principales de la carta y la elección entre cuatro ensaladas de primero, y es todo un placer encontrarte cuatro ensaladas con fundamento para empezar, bien trabajados: qué buena la ensalada de lechuga trocadero con cherris amarillos e hinojo fresco, y te hace la boca agua otra de tomate de temporada escaldado con aceite de ajos. Ortorgan un espacio importante a los desayunos de tenedor y los bocadillos muy trabajados, que como quien dice son un plato entre rebanadas. La oferta de tapas y aperitivos, claro, está a la altura de alguien que pasó 30 años en la calle mayor de la Barceloneta.