Restaurant Torre de Alta Mar (Barceloneta)
Scott ChasserotRestaurant Torre de Alta Mar (Barceloneta)
Scott Chasserot

Los mejores restaurantes románticos de Barcelona

Restaurantes románticos para impresionar a nuevas conquistas y conquistar a parejas poco impresionables

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Si estáis preparando una primera cita, un aniversario, una velada especial, si celebraís San Valentín o Sant Jordi, o si sólo os gusta cenar en pareja en un ambiente romántico, los locales de esta lista os harán quedar como Dios. Rematad la cita con un buen cóctel o en una terraza con vistas y Cupido se encargará del resto.

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Time Out Market Barcelona
  • Time Out Market
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene el objetivo de celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo, y ya está presente en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, entre otros. En Barcelona lo encontraréis en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum, con vistas espectaculares al mar y la ciudad, y ofrece una visión panorámica de los mejores restaurantes y gastronomía de Barcelona bajo un mismo techo.

El espacio, de 5.250 metros cuadrados, alberga una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre. Uno de los bares corre a cargo de Paradiso, una de las mejores coctelerías del mundo. Para una cita informal, optad por las mesas comunales. Si es formal y no queréis compartir mesa, id a Casa Amàlia. Aunque el Market sea un espacio enorme y vibrante, es muy fácil encontrar un rincón romántico y disfrutar de la mejor comida de la ciudad.

Los mejores restaurantes románticos de Barcelona

  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4
¿Sois de los que os gusta susurrar cosas bonitas a vuestra pareja sin que la mesa de al lado se entere? UMA es el sitio que estáis buscando; la distancia entre mesas es de las más grandes de la ciudad. Calculad: nueve distribuidas en 250 m². Con un Sol Repsol, el restaurante del chef Iker Erauzkin es de los más especiales de Barcelona. Apuesta radicalmente por la temporada. Él es vasco pero lleva media vida aquí, aunque ni un origen ni otro predominen en el plato. Cocina la temporada sin acentos, con platos sabrosos que cuidan mucho la presentación y que recordaréis tiempo después de haber comido. El continente, una sala moderna con tanto espacio que cualquier empresario de la restauración se tiraría del pelo.
  • El Poble-sec

Stefano Balis (griego, ex Bardot, Rilke, Informal) y Jordi Fenoll (ilicitano, ex Dos Pebrots) capitanean Margarit, un restaurante de base griega que juega con la amplitud culinaria del Mediterráneo y se ejecuta con capas personales, giros imaginativos y mucha técnica. Un par de ejemplos; la 'tarama' una prima lejana de la brandada de bacalao que los chicos elaboran con huevos de bacalao en salmuera, miga de pan y zumo de limón, y acompañan con daditos de remolacha y polvo de pan de algarroba y la 'fava' un primo lejano del hummus hecho con guisantes amarillos, y acompañado de bacoreta en salazón, tomate seco y hojas de alcaparras. El cordero palestino con yogur y hierbas nos deja directamente sin palabras. La carta de vinos es interesante con mucha presencia de naturales griegos. El local y el trato invitan a enamorarse.

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  • Cocina creativa
  • La Nova Esquerra de l'Eixample

Josey Attieh es libanés y Pachi Rodríguez es boliviano pero creció en Venezuela. Coinciden en la escuela de hostelería de Sant Pol de Mar y realizan las prácticas en Moments. Surge química entre ellos, nunca mejor dicho porque Pachi es un químico reconvertido en chef, y abren un restaurante de nombre francés (alma). Aquí hacen cocina mediterránea con alma francófona. La carta está dividida en bocados (crepe de mar y tártar de venado), carne (pato de bellota madurado, remolacha, acelgas y jus), pescado ('hamachi' en salsa 'vierge'), arroz (del delta del Ebro y tártar de gamba roja de Palamós), quesos y postres. Pocas opciones, y clavadas. El menú experiencia (75 euros) es muy recomendable. Ideal para una primera cita.

  • Cocina creativa
  • La Nova Esquerra de l'Eixample
  • precio 3 de 4

Junto al Hospital Clínic, el chef alemán Björn Küssner (ex Freustil de Binz, Attica de Melbourne y Oji Seichi de Toronto) y Mireia Bigorra, su socia, abrieron el Bar Noe a mitad de 2023. Cocina autobiográfica y libre avivada con inteligencia, creatividad y una chispa de travesura. La carta es breve (snacks, platillos y raciones medias) con propuestas sugerentes como las setas shimeji con mostaza, la viría y ruibarbo o la presa ibérica con kale. Tanto el local como el ambiente y el trato son cálidos e íntimos.

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  • El Poble-sec

Lo fácil sería decir que hacen cocina de fusión. Pero en este caso es más válido decir que se trata de la recolección de gustos aprendidos en tierras lejanas, convertidos en platos que gustarán al más exigente de los paladares, y que se amistancen con la cocina mediterránea con una naturalidad donde todo encaja en el primer mordisco. Producto de alta calidad, tratado con grandes ideas, mejor mano y el hecho directo de la cocina callejera asiática. El local es un puñetazo, donde no es extraño que acabes tú con tu cita, en el escenario ideal para dar el golpe definitivo.

  • Italiana
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4

Abierto en 2024, el emplazamiento es una delicia: está en aquella plazoleta sin nombre que queda amparada justo por debajo del no menos delicioso Parque del Turó de Monterols. Alejado del fundamentalismo de la autenticidad, Enriquetto es un homenaje a la cocina italiana en clave internacional, cogiendo platos que han hecho fortuna en todo el mundo y añadiendo su toque y una catalanización de producto. Se come muy bien. La carta es corta, pero la pedirías toda, y los estándares de calidad son muy altos: ealboran su pasta fresca, incluso las focaccias, y podéis esperar alguna sorpresa creativa (como la deconstrucción de un tiramisú con carquiñoles!). Llevéis a quien llevéis aquí, quedaréis como unos señores.

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  • Japonesa
  • El Putget i Farró
  • precio 3 de 4

El Sensato es de los maestros de sushi Ryuta y Aya Sato, de trayectoria inmaculada (Nomo, Aiueno, Sato y Tanaka). Una barra minimalista de sushi con ocho sillas por servicio y vuelta catalana; lista de espera de tres meses y omakase. Oma, ¿qué? Los chefs observan a los comensales y deciden qué les servirán. Es decir, un único menú degustación compuesto por varios platos y una sucesión de prendas de sushi, que varían según el calendario de ingredientes y la disponibilidad del mercado. Ostras ahumadas, sopa de almejas, gunkan de atún con huevo curado de codorniz, sushi flameado, escaldado y marinado... Los postres no se quedan atrás; helado de miso con crujiente. Aquí, intimidad y exquisitez a raudales.

  • Bares de tapas
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

Una taberna chic con buena cocina y una carta que cambia constantemente. Un bar gourmet o un restaurante de categoría. Clasifíquelo como queráis pero lo cierto es que el Bar Mut ha conseguido hacerse un nombre y con mucho fundamento. Lo mejor es que preguntéis por los platos del día y os dejéis sorprender por alguna de las creaciones que preparan con producto fino, fino, fino. Ofrecen siempre pescado y marisco fresco de primera (casi todo salvaje) aunque algunos de sus platos más demandados son los arroces, el Tbone a la brasa y la croqueta. En la liga de las mejores de la ciudad. La carta de vinos es un punto fuerte: déjaos aconsejar por el sumiller si vais perdidos. ¿Una cita aquí? ¡Éxito asegurado!

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  • Mediterránea
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Después de varias encarnaciones, el restaurante del hotel Casa Bonay (meca del lujo asequible y cool en Barcelona) ha adoptado la identidad de Bodega Bonay. En cabeza está el chef Giacomo Hassan –ex jefe de partida del Disfrutar–, que ha transformado el espacio en un templo dedicado a los vinos naturales y tiene un repertorio de platos de bodega a su manera con maridajes de infinitas posibilidades. Equipado con brasa japonesa y producto de proximidad, Hassan monta y desmonta clásicos mediterráneos, muchos de ellos italianos (la pasta, como los buenísimos cavatelli con estofado de cordero, es extraordinaria), con mano virtuosa. Dos cientos cincuenta referencias de vino, la mayoría de enólogos poco conocidos que apuesten por prácticas orgánicas innovadores.

  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

El Contraband del hotel Wittmore es como una cajita de música para enamorados. Nunca imaginaríais que en esta esquina discreta del barrio Gòtic se esconde un hotel boutique –coqueto y de lujo elegante– con un restaurante que privilegia las mesas íntimas, la madera oscura y el terciopelo. Y que está construido alrededor de un patio interior con el muro vegetal más alto de Barcelona: 19 metros de verde exuberante, donde podréis comer si acompaña el tiempo. Al frente del restaurante se encuentra Alain Guiard, un chef que se mueve con una comodidad talentosa entre la cocina creativa y la del confort casero. Dos ejemplos; salmón marinado y saosado con soja y yuzu, y filete Chateaubriand cocido en arcilla. Las raciones son abundantes, ya sabéis que una barriga satisfecha está mejor dispuesta a la lujuria. Y, por cierto, el hotel favorece su visión del poliamor. Si se presenta un número impar a cenar, os invitarán a un cóctel. Y si la cosa se anima y os quedáis a dormir, todas las habitaciones están conectadas por una puerta.

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  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4
El hotel Palace ha puesto toda la carne (o más bien todo el pescado) en la parrilla del restaurante: el chef Rafa Zafra, bulliniano de pro, reina en Amar, uno de los restaurantes más majestuosos y románticos de Barcelona. Pasa de comandar una cocina con dos mesas –el exquisito Estimar, en el Born– a tener el timón de un pailebote de lujo. Con el mismo equipo que en Estimar, Zafra sigue apostando por el mejor producto del mar, pero con todos los recursos del hotel. Encontraremos desde crudos y marinados de altísima gama (aquel homenaje a elBulli de sus amores, el carpaccio de cigalas) hasta cuchara cargada de cocina, como unas judías de Santa Pau con morro de tono y tocino ibérico. Lujo, emoción y pez fresquísimo (una de las socias es Anna Gotanegra, del titán de la pesca de Roses).

  • Japonesa
  • Hostafrancs
  • precio 3 de 4

En el último piso del Nobu Hotel despega uno de los mejores restaurantes japoneses de Barcelona, ​​con vistas a cuatro bandas. Su cocina de influencias peruanas con producto local y de temporada también hace tocar las nubes con platos que incluyen verduras, carne y una lógica predilección por el pescado. El cocinero Nobu Matsuhisa renueva el imaginario japonés al recoger la siembra de los viajes que ha hecho por toda América y anteponiendo el producto local: croquetas, tacos, sushi y salsas ponsu y miso se alternan entre líneas en el menú. ¿Concreción? El sashimi de seriola con chile de Jalapa. Mención especial también merece la carta de tragos, toda una mezcla de hemisferios.

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  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia
  • precio 3 de 4

El cocinero Carlos Pérez de Rozas tiene un equipo a prueba de bombas. Parte de la más esmerada artesanía de proximidad para elaborar unos platos que sorprenden y enamoran basándose estrictamente en los productos de la temporada. Todo se hace en el momento y delante de las narices; una apuesta clara por los básicos, con pan de masa madre hecho en casa, una exigente selección de vinos y quesos y un café de especialidad. Anarquía deliciosa: hacen y deshacen la carta cuando quieren, y lo mismo ocurre con los horarios. Llamad antes de ir, y a disfrutarlo. En la carta encontraréis maravillas como las remolachas con burrata y estragón y el atún marinado, nabos y col. Una comida tan difícil de olvidar como vuestra cita.

  • Japonesa
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 3 de 4

Ikoya Izakaya, aventura entre el grupo de cocina vasca Sagardi e Hideki Matsuhisa del Grupo Shunka, es un espacio monumental, pero sobrio, equipado con una robata, parrilla japonesa, donde el chef Jaime del Río ejecuta la visión del Mediterráneo nipón que trajo Matsuhisa en fue el primer japonés Michelin. La cocina es de un disfrute sensual total y el espacio seduce por su amplitud, comodidad y penumbra. Este es un restaurante ideal para una primera cita, pero con un punto de informalidad. La oscuridad tiene un 'je sais quoi' de elegante sobriedad que invita a la ilusión y al intimismo, pero huye de la chabacanería de los comedores con farolillos rojos.

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  • Mediterránea
  • La Barceloneta
  • precio 4 de 4

En esto de la seducción y la pareja, el factor sorpresa y cierto arrebato pueden marcar un punto de inflexión. Recibir a la pareja con ropa interior y la rosa en la boca es una posibilidad. Pero invitar a un restaurante situado en la torre del teleférico es un puntazo porque es un capricho absurdo en sí mismo... Es momento de desplegar toda la artillería pesada para decirle: “Soy un muerto de hambre, pero por ti me venderé un riñón”. Y claro, ese emblema del chef Òscar Manresa tiene una cocina marinera de solvencia fuera de cuestión; lomo de atún rojo de almadraba, tomates secos, encurtidos y anisados; navajas con escabeche de setas y rodaballo a la brasa con agua de Lourdes, son sólo algunos ejemplos.

  • El Gòtic

Fiskebar es el mar desde otra perspectiva, el mar norteño con la luz del sur, dice su lema. Los chefs Alex Durán y Matteo Spinelli han ideado un concepto gastronómico que viaja por las tradiciones pesqueras de distintos países. Especializado en pescados, marisco y algas con una fuerte influencia nórdica y mediterránea, Durán y Spinelli priorizan los productos locales y sostenibles para elaborar una cocina honesta, cercana y donde reina el gusto, la calidad y la técnica, en la que la pasta italiana acompaña a marisco de alta calidad, tratado con mucha inventiva. Por ejemplo, unos tagliolini ciprianio en la carbonara de gambas o arroz de siete verdes y muelle abierto con naranja y hierbas. Romántico lo es un rato, el Fiskebar: a las probadas capacidades afrodisíacas del buen marisco, aquí se suma el valor añadido de tener el mar a vuestros pies: lo veréis fundirse con las luces de la ciudad y las estrellas.

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  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4

El grupo La Confiteria son expertos en la restauración de espacios emblemáticos de Barcelona, ​​y la del Bar Muy Buenas es impecable: una recuperación hercúlea del espacio, en la que destaca la cuidada decoración modernista de la portalada exterior, así como la elegante mampara de madera con cristales grabados del interior. Decir que éste es uno de los lugares más bonitos de Barcelona donde podréis comer es quedarse corto. Sus mamparas, el mármol regio, las volutas de madera primorosamente restauradas... Todo es un placer para la vista y el alma. Y su cocina tradicional catalana –de alto vuelo y toque moderno– va directa al estómago y al corazón del tipo (o la tipa) más insensible que os podáis echar a la cara.

  • Cocina creativa
  • Gràcia
  • precio 3 de 4

Los años pasan pero la calidad y el buen gusto quedan. Bajo la atenta mirada de Mercè Navarro, 'alma mater' de este buque insignia que fue un atractivo más de los juegos olímpicos, el Roig Robí sigue ofreciendo una de las cocinas más serias y mejores de Barcelona en un ambiente romántico perenne por el que no pasan los años. Su renovación del año 2000 le trajo uno de los jardines interiores más seductores y románticos de Barcelona. Comer su menú degustacióncocina tradicional con la mejor proteína animal posible, con platos como el tártaro de lubina y gambas con caviar de tortilla– en el jardín es un momento de aquellos que van directos al corazón y al estómago y a la entrepierna, si os gusta vuestro acompañante.

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  • Italiana
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4

Comer sí, pero cenar en el Cucine Mandarosso con un amigo o familiar puede resultar extraño. Muy raro. Porque emana uno no sé qué íntimo y acogedor que parece hecho para una cita romántica. Pero todo sutil, casual, con mobiliario retro, productos y libros en las estanterías. Y una cocina italiana que es de por sí el colmo de la sensualidad. Si todavía no han quedado claras tus intenciones, Le Cucine lo hará. Cuidado, que la 'burrata' te puede llevar a hacer burradas. Y sus platos de pasta en el horno te pueden llevar a la satisfacción y a la lujuria, estás avisado.

  • Italiana
  • Sarrià - Sant Gervasi
  • precio 3 de 4

¿Por qué creéis que Il Giardinetto es el escenario de la escena de petición de mano en tantas series y películas? Inaugurado en 1974, premio FAD de interiorismo, hacia el año 2012 renovó su interiorismo alargando la barra, pero todavía mantiene ese 'je ne sais quoi' que hace que sea uno de los clásicos favoritos para cenas de los de pedir la mano, pedir perdón o hacerse el interesante. Bueno, sí sabemos qué tiene: un interiorismo tanto elegante y sobrio como efectivo (¡y lo mismo se puede decir de su cocina italiana!).

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  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

El suntuoso palacete del Eixample que alojó a Rilke y Beltxenea ahora es JOK. Elegancia burguesa, cero bling-bling (no hace para Neymar): JOK tiene un muy afinado restaurante de cocina catalana con la chef Olga Sternari a la cabeza y donde se nota la mano de Díaz: la fórmula de mediodía es un menú desordenado – elige dos platos entre diez– con agua, postre y café por 30 euros. Éxitos catalanes con algún acento afrancesado (Sternari viene de Joël Robuchon!) producto top y mucha temporada. Un ágape de gran cocina catalana en una mansión de madera y terciopelo seguro que será un preludio a los placeres de la carne (y no nos referimos a sus extraordinarios canelones de asado).

  • Mediterránea
  • Eixample
  • precio 3 de 4

Con el paso de los años, la Osmosis se ha consolidado como un gastronómico asequible, creativo y excelente: son una máquina de hacer menús con producto inmaculado. Se posicionó en la línea de los bistronómicos que proliferaron hace unos años en la ciudad. Locales más o menos minimalistas de cuidada cocina y servicio a precios ajustados. Con muchos rincones y aire repuesto, Osmosis dispone incluso de estancias privadas para pequeños grupos o parejas. ¡Su intimísimo reservado para dos personas ha sido escenario de unas cuantas peticiones de matrimonio!

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  • Surasiàtica
  • Eixample
  • precio 3 de 4
Indochine Ly Leap
Indochine Ly Leap

Un delirio de tapas de inspiración asiática, en el que Ly Leap juega virtuosamente con las especias, los cítricos y las hierbas aromáticas. El espacio es una locura: mil metros cuadrados de jungla, donde las mesas son islotes en un canal de agua, con peces. Si por eso fuera poco, dile a tu pareja que la cabaña que domina la escena es una auténtica chabolita de Camboya que se trasladó al restaurante pieza por pieza, ¡y seguro que triunfas! Os ofrecen tres menús; de 35, 52 y 59 euros.

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