Bar Alegria
Foto: Maria DiasBar Alegria
Foto: Maria Dias

Los mejores restaurantes y bares de Sant Antoni

Una selección de los mejores locales donde comer en el barrio de Sant Antoni, desde bares de tapas hasta restaurantes de cocina creativa

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Tanto si queréis hacer ir de tapeo como comer de menú, tanto si os apetece probar los mejores platos de la cocina japonesa o la indopakistaní como si preferís la cocina tradicional catalana, en Sant Antoni encontraréis bares y restaurantes con opciones para todos los gustos. ¡Y presupuestos! Aquí tenéis una selección de 32 locales que hay que conocer de este barrio de Barcelona que todavía mantiene un marcado carácter popular, y que resiste el envite de las nuevas tendencias (y los nuevos alquileres). 

NO TE LO PIERDAS: Los 50 mejores restaurantes de Barcelona

  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4

Me hace sentir viejo decir que Alkimia es un clásico, pero es cierto: Jordi Vilà y tres o cuatro más definieron, hace veinte años, por donde iría la alta cocina moderna de Barcelona. Por encima de todo, Vilà ha conseguido la meta de hacer creación sin desligarse del camino de la cocina catalana 100% ciento reconocible. Sobre la Fábrica Moritz despliega sus mejores armas: producto, tradición y creatividad. Una apuesta que, después de 20 años desde que abrió su primer restaurante en la ciudad, ha consolidado con éxito. No os perdáis la versión 'unplugged' del restaurante, con una cocina más directa y para bolsillos más ajustados: Alkostat.

  • India
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El encargado del restaurante es el yerno de Kishwar, Khan, todo bigotes y amabilidad. Al mediodía tienen un menú que incluye plato principal más acompañamiento, bebida y postre. Siguen con la filosofía de que los caracteriza: comida de calidad a precios populares, y eso se agradece, ahora que el 'street food' está de moda y cualquier taco cuesta un cojón de mono. Céntrico, asequible, sorprendente ... Baby Jalebi tiene todas las cualidades de sus predecesores y el gran atractivo de acercarnos de una manera casera y auténtica, vivida, en la cocina de la calle de Pakistán.

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  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

La reapertura del Bar Alegría –precioso local modernista inaugurado el 1899 a la esquina de Gran Vía con Borrell– fue azarosa. Pero, finalmente, Tomàs Abellán se hizo cargo del proyecto y lo ha hecho revivir. Aquí se hace cocina de Barcelona; una suma de pescado de lonja, huerta, guisos y tapas –son célebres las gildas y las ensaladas– que se presenta en dos pizarras que van moviendo. Casero de toque excelso, con guiños al padre como el biquini de jamón ibérico y aceite de trufa. Esta es una propuesta histórica, seria y sólida que ya se ha consolidado como uno de los iconos modernos del barrio de Sant Antoni. La terraza tendría que ser patrimonio de la humanidad.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El típico bar de barrio que no se ha convertido al hipsterismo predominante. La clientela es los de siempre: los que por la mañana y a mediodía de cada día van a almorzar sus bocadillos descomunales, o los que por las tardes hacen el vermut de la casa con conservas de primera que preparan en combinados. Vinos a chorros y, sobre todo, ¡muy buen rollo! Una oferta sencilla que, curiosamente, por propuesta y porque procede, la bodega completa con un sushi de mucha calidad. Grado Sushi ha establecido en el Chiqui su cocina, para combinar los boquerones y las bravas con el nigiri de atún y el 'usuzukuri' de salmón tataki. Muy recomendable.

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  • Mediterránea
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El Calders es todo un referente de los vermuts y los vinitos de Sant Antoni. Su terraza, en un pasaje sin circulación, es una de las más cotizadas del barrio. Se crea un ambiente que hace que nunca tengas ganas de abandonar la silla. Aquí se está bien, nos quedamos a hacer el vermut, a desayunar, merendar... De hecho, a cualquier hora sirven comida, por lo tanto, siempre seréis bienvenidos. Vermut de Reus y, para picar, tienen unos nachos completísimos, patatas gruesas con tres salsas, anchoas muy buenas, conchas, embutidos, quesos, hummus... cerveza bien tirada y gin-tonics bien preparados si la cosa se os alarga y necesitáis más gasolina para acabar de rematar. Qué, ¿pedimos otra ronda?

  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

El capitán de este antiguo garaje reconvertido en una coctelería restaurante de aires neoyorquinos es Badr Bennis; siete años de experiencia en el Hotel W a los hombros y muchas ganas de conseguir que nos acostumbremos a comer con cócteles como hacen en la Gran Manzana. Cócteles clásicos y creaciones propias. Pero si una cosa diferencia el Benzina de los restaurantes club con más pretensión que oficio es la cocina: se come muy bien, con raciones abundantes y producto excelente. El chef, Nicola Valle, clava aquello tan maltratado como los espaguetis a la carbonara. Carta corta y efectiva: 'antipasti', seis pastas (la fresca hecha en cocina) y un poco de carne y pescado. 

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  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Este ha sido uno de los epicentros de Sant Antoni. Se hizo famoso porque se respiraba simpatía, alegría y barrio gracias a su propietario, Rafel Jordana, carismático Buda de la Terra Alta, un tabernero con una generosidad y bonhomía sobrehumana. Rafel se jubiló, pero traspasó la licencia a los vecinos del Bar Borrell, la familia Marsan, experta también en hostelería de barrio y proximidad. Han heredado una clientela joven y bohemia que se mezcla entre la gente mayor, todos adeptos al buena comida a mejor precio y a la cocina casera: albóndigas, manitas de cerdo, esqueixada de bacalao, caracoles y platos que renuevan cada día según mercado.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
Cal Soci, como dicen, es más que un club y más que un bar. Después de mucho tiempo trabajando en el mundo de la hotelería, como camarero y cocinero, Luxo y Miqui decidieron abrir casa propia. Y querían que tuviera la esencia de los bares de antes, pero también teniendo en cuenta la inclusividad y las dietas para todo el mundo. Así, en Cal Soci os podéis tragar desde una ensaladilla vegana hasta unas fenomenales costillas de cerdo lacadas. Este es un lugar con alma menorquina, y esto se nota en recetas como un bacalao con sobrasada o una tabla de quesos isleños. Son versátiles: tanto te hacen unas bravas sexis y albóndigas para hacer un atardecer pim-pam, como arroces potentes los fines de semana.
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  • Catalana
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Bernat Dalisay, nacido en las Filipinas, llegó a Barcelona hace 25 años, casi los mismos que ha estado trabajando de cocinero. Pasó 11 trabajando en una marisquería, y los 11 siguientes cocinando en Gelida, uno de los grandes restaurantes populares de Barcelona. Bo de Bernat, abierto en verano de 2002, es su restaurante propio. Y sigue el mismo esquema: casa de comidas familiares a precios populares, con una larguísima carta de cocina catalana y todo elaborado desde cero.

  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
Can Miserias
Can Miserias

Can Miserias es de aquellos restaurantes 'de siempre', pero con el bueno y lo mejor de la expresión. De siempre tiene la autenticidad de sus comidas, con la justa renovación pero sin olvidar el gusto genuino. De siempre también tiene el buen trato y el uso de productos de mercado. La suya es una cocina catalana con platos de aquellos que solo oírlos te remiten a los festivales de los días grandes: costillas de cabrito de Girona a la milanesa, canelones con bechamel y gratinados de los de verdad...

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  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
Otro de estos lugares que va haciendo trabajo de hormiguita, sin hacer mucho ruido. Can Vilaró es un abanderado de las comidas caseras al pie del mercado de Sant Antoni. Traspasar su puerta es como entrar en el comedor de una casa donde se está cocinando algo que hace chup-chup. Albóndigas con sepia, manitas de cerdo, sardinas escabechadas, escudella y carn d'olla (en invierno), capipota, judías con morcilla, bacalao a la llauna... Es una parada y fonda de los almuerzos de tenedor muy elaborados, pero también se puede parar a comer, sin menú de mediodía pero con platos exquisitos a muy buen precio y siempre con vino de la casa. Todo es fiable y hecho desde cero por la casa: desde las crestas de atún hasta su emblemático capipota.
  • Mexicana
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4

Hay que aplaudir que Paco Méndez, que con Albert Adrià consiguió la única estrella Michelin mexicana de Cataluña con Hoja Santa, haya reabierto este monumental espacio de la Avenida Mistral. Lo hace como propietario de COME (acrónimo de cocina mexicana). El proyecto ha mutado, pero la esencia es la misma: un encuentro entre la cocina mexicana, el producto mediterráneo y el legado de elBulli.

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  • China
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

En Cuina Panda se sirve comida casera de Sichuan, que viene a ser un poco el México de China. Si no sois de picante, no sufráis. La carta es corta, pero hay opciones para paladares más sensibles. El mix de 'dumplings' caseros para compartir es un excelente inicio. Los podéis pedir con salsa picante o sin. Después, si no queréis emociones fuertes, pedid los fideos al estilo rural (con tomate, huevo, cilantro, cacahuete, nabo confitado, jengibre, ajo y salsa de soja). En cambio, si estáis marchosos, decantaos por el ramen de fideos de arroz, becerra de Girona y salsa picante de Sichuan. El personal es el colmo de la generosidad y la amabilidad.

  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Podemos lanzarnos a la experiencia italiana de Doppietta con los ojos cerrados: está puerta con puerta con Benzina, uno de los mejores –y más 'cool'– italianos de Barcelona, y es de la misma propiedad. Doppietta es una versión actualizada de la 'salumeria' –la tienda de productos delicatessen italianos– con quesos y embutidos de primero (¡algunos de elaboración propia!). El chef y socio, Nicola Valle, es de Brescia y ha ideado una quincena de segundos que van más allá de la pasta –que también la hay– y abordan el hecho popular italiano de una perspectiva gourmet y casera: cómo una maravillosa 'porchetta alla romana', con salsa de carne y encurtidos. Recordad que los italianos hacen fetiche de las máquinas y la velocidad: el precioso local es un homenaje a la carrera automovilística Mille Miglia de principios del siglo XX.

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  • China
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

En Dr. Zhang se han especializado en la empanadilla china (aunque ellos no lo sean). Y puedes ver como te llevan, de la cocina a la mesa, piezas tan variadas y poco ortodoxas como los rellenos de pato o los fritos con curry. La masa es casera, y los rellenos tratados con rigor, cuidado y delicadeza. Si es temporada de setas, puedes pedir 'gyozas' de setas variadas con miso que son un bocado de bosque delicado y en alta definición.

  • Mediterránea
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
El Racó de l'Agüir
El Racó de l'Agüir

No siempre hay que ir en dirección a la playa para comer arroces. A unos cuántos kilómetros más allá, más lejos del mar, al barrio de Sant Antoni, hay un claro competidor que merece un buen lugar en la lista. De origen alicantino, concretamente de Quatretondeta, en la comarca del Condado, la familia Agüir hace brillar este local con su paella de marisco, que no tiene nada que envidiar a las del barrio marinero. Y la lista continúa: arroz negro y arroz con chorizo, costilla, garbanzos y morcilla negra. Sublime la croqueta de rape con salsa tártara, el bacalao con espinacas e idiazábal y el surtido de chips vegetales con gules, huevos fritos y bitxo. ¡Todo hecho con amor infinito a la cocina!

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  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

Desde hace muchos años, en la esquina de la ronda de Sant Pau y la calle del Parlament, Els Ocellets permite a quién le gustan los restaurantes familiares disfrutar de grandes momentos. El menú de mediodía (16,50 €) presenta una oferta variada y sabrosa, a pesar de que muchos de los habituales ya tienen platos fijos o se deciden por alguna de las especialidades de la carta. El extraordinario arroz caldoso con bogavante es uno de los imperdibles. Xavier y Rosana llevan con mucho arte este restaurante moderno pero cálido, de diseño, con un toque de hospitalidad nada corriente. Al entrar, el comensal se siente como si lo estuvieran esperando. Si queréis hacer fiesta gorda, pedid el menú Ocellets (45 €).

  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Albert Adrià redefineix el seu projecte més personal. Si en un inici Enigma era un restaurant i cocteleria on el comensal passejava –metafòricament i literalment– per un menú de 40 elaboracions distribuïdes en cinc zones d'un multiespai, maridant amb tragos cada plat, ara Enigma té dos passis: un servei de migdia on menjar a la carta (i amb les mans) plats hereus de l’esperit Tickets, que va revolucionar la tapa a Barcelona. Com el seu Club Sandwich o un pâté en crte reconstruït com a pizza.

I a les cinc, comença el que en diu fun dining: la carta s’adapta a maridatge de cocteleria que es beu i es menja entre glops, música i ganes de sarau de tarda. Per cert, tanquen a les nou de la nit i no s’hi pot entrar ni amb samarreta imperi ni amb xancletes: dues coses que ens semblen molt bé. Ja n'hi ha prou de què la visió dels garfis del paio en xancletes t'arruïni el dry martini. 

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  • Cervecerías
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Muy probablemente podemos considerar que la casa de la cerveza Moritz se ha convertido en emblema de la ciudad. El edificio, rehabilitado por el arquitecto Jean Nouvel, por sí solo justifica dar una vuelta y contemplar los muros vegetales y las ventanas periscópicas. Es una cervecería (con la barra más larga de la ciudad), pero también un bar de vinos y un restaurante gastronómico liderado por Jordi Vilà (Alkimia). En el espacio cervecero podréis consumir la birra sin pasteurizar y una colección de tapas y platillos de cocina catalana, alsaciana y una amplísima carta de tapas de todo el mundo. Este espacio gastronómico es todo un festival de bebida y comida.

  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Sentarse en los amplios ventanales y aprovechar el sol de la mañana, zamparse una tostada gigante de aguacate y beber un batido verde es la estampa que continúa de moda y que hace posible el Federal Cafè. Aquí uno se viene a relajar y a disfrutar especialmente de la carta de brunchs que hace levantar a cualquier resacoso de la cama y le quita todos los dolores de cabeza. El almuerzo tardío ya hace tiempo que ha arraigado en la ciudad, y el Federal es uno de los grandes culpables: yogur con cereales, huevos tuneados de diferentes formas (florentina, Benedict...), 'bruschetta' de salmón, bocadillo Reuben de pastrami. Saben lo que hacen; ya tienen locales en Girona, Sitges y Madrid.

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  • Libanesa
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
Iakni
Iakni

Un magnífico ejemplo de restaurante libanés no folclórico es el Iakni. Ni microondas, ni freidoras, ni hummus de remolacha. Aquí el puré de berenjenas es espeso, y es más cercano a la escalivada que a la crema indeterminada. La carta es corta: tres tipos de hummus y un apartado de 'mezzés': las tapas libanesas, vaya -con un falafel espléndido, suave, sabroso, crujiente y no reseco, un tabule balsámico y 'kebe' (croquetas), y bocadillos excelentes. Para compartir (o no), y por pocio dinero os pondréis hasta las cejas.

  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Lalan’s se erige como un superviviente a la jungla de los brunchs, tatakis y parmentiers de Sant Antoni. Es un bar de barrio con gente del barrio donde se sirven bocadillos y tapas a precios de barrio. Pósteres de Galicia y bufandas futboleras en las paredes, el televisor encendido escupiendo noticias y un trasiego constante de parroquianos. Aquí la especialidad son las tortillas. La de patatas es un monumento a la jugosidad; muy gruesa, dorada por fuera y tierna por dentro, con los huevos perfectamente cuajados. Dejaos de huevos Benedict, empezad el día con un pincho de tortilla de Lalan’s y un café. Os hará mucho más felices por muchos menos duros.

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  • Pizza
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Que no os asuste la ubicación de la pizzería, en un barrio de Sant Antoni cada vez más caro, ni la palabra 'gourmet' de su nombre. La relación calidad-precio de este establecimiento esquinero de grandes ventanales está muy bien ajustada. Encontraréis 'antipasti', pasta, algún risotto, pizzas clásicas y también de creación propia. Si el queso es vuestra debilidad, el Makekosa se puede convertir fácilmente en vuestro segundo hogar. ¿Perdéis el culo por la burrata? Tienen de cuatro tipos diferentes. También tenéis tablas de queso y platos de pasta como los 'panzerotti golosi' de cuatro quesos, crema de nueces y láminas de parmesano.

  • Catalana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

Maleducat tiene un apellido explícito: Casa de Comidas. Tres amigos de la infancia –en la cocina Víctor Ródenas (Caelis, Vía Veneto) y los hermanos Marc e Ignasi Garcia en el apartado 'business'– han convertido el Maleducat en uno de los lugares más calientes de Sant Antoni en tres años y pico de vida: abrió unos segundos antes de la pandemia. Maleducat practica una cocina informal y próxima pero de producto muy trabajado. De carta corta y pizarra larga, acostumbra a haber sugerencias que cambian cada día, y que son un homenaje lleno de técnica y frescura al hedonismo desvergonzado. Fiaos de los vinos a copas: los elige el sumiller del ABaC.

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  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
Pulpería A Gudiña
Pulpería A Gudiña

Este es uno de aquellos restaurantes en el que la comida de calidad todavía está ligada a un precio razonable. Este establecimiento de trato cordial y de aire familiar sirve deliciosas tapas de marisco y pez gallego, todo regado con un buen albariño o ribeiro y rematado con una copa de orujo. Por algo dicen que son la primera pulpería que se inauguró en Barcelona, concretamente después de los Juegos Olímpicos, el 1993. No tenemos el registro, pero por el trato que dan al plato estrella bien podría ser. Además del pescadito frito, los caracolitos y el pulpo, no os perdáis la selección de marisco para hacer una buena comida o las tapas de cualquier plato gallego que os imaginéis.

  • Bar de bocadillos
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Con preparaciones que se hacen a fuego lento y se comen con avidez –el maravilloso mural de una mano vampiro hambrienta ya nos avisa– Souza ha ideado barbaridades como la estrella de la casa: Fat Cow, un bocadillo con casi medio kilo de costilla de ternera –hecha durante 18 horas, su hueso en el bocadillo, ¡que extraes sin esfuerzo!– que lleva mayonesa casera, queso californiano Monterey Jack y cebolla encurtida. Es un bocadillo de 15 euros, el más caro de la carta, pero es una maravilla de suculencia y sabor que te deja exhausto (mira que servidor tiene saque, y para mí es plato y medio). Menos el pan, todo está hecho en su cocina: como unas 'coxinhas' con mayonesa de kimchi buenísimas. Para volver una y otra vez y repasar toda la carta: como buen brasileño, el chef lleva en sangre la mezcla de carne a la parrilla y queso fundido.

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  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

Después de pasar por grandes cocinas y viajar por el mundo, un joven chef, Francesc Beltri, abrió junto con el también cocinero mexicano Nicolás de la Vega un restaurante nada convencional, un gastronómico que trabaja para integrar ingredientes y sabores foráneos en la cocina de aquí huyendo de exotismos fáciles, que apuesta por los sabores potentes y por la experiencia global. Hacen platos como el mar y montaña de pollo y bogavante, 'velouté' de pollo con tamarindo, chili amarillo y caldo de mejillones. Cocina vista con dos barras, cinco mesas en el salón y la tabla del chef. La creatividad de la nueva Barcelona que no ha pasado desapercibida por Michelin, quién les otorgó la primera estrella en 2023.

  • Hamburguesas
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El responsable de las infinitas colas que últimamente se forman a la acera delante del cine Renoir es Esttik, un joven 'youtuber' malagueño, residente en Andorra y que acumula cuatro millones de seguidores en YouTube. La especialidad son las 'smash burgers'; aquellas que se hacen aplastando una pelotita de carne contra la plancha y quedan como láminas finas tostadas. Cuestan 13 euros cada una, y el menú (con patatas y bebida) va a 15. El local es un homenaje a los años 80, a los ordenadores de 48 kb, a las primeras consolas de vídeo y a los juegos de arcade. La mayor parte de la clientela es del 'fandom' de Esttik, pero también se acercan 'gourmands' de la hamburguesa.

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  • Asiática
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
Muchos se llenan la boca hablando de trabajar para el barrio y te encuentras hummus a 12 euros... Bien, Òscar Manresa y su sobrino Francis abrieron un restaurante panasiático con una relación precio calidad muy interesante: comida del sudeste asiático en raciones abundantes, y sabores que no te dejarán indiferente. Son recetas energéticas y sabrosas –para compartir, picantes, 'baos' y 'noodles'– con el saber hacer de la casa y el cuidado por la receta original: setas asiáticas con sake y mantequilla, un delicioso pollo frito con mayonesa 'japo' y 'dumplings' de cerdo. Los cócteles, todos con un giro asiático y tropical, están a la altura de la manduca.
  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La cocina de Oliver Peña es creativa pero a la vez comprensible y confortable, fácil de comer, "para disfrutar de la alta gastronomía sin protocolos rígidos". Aquí encontrarás tapa fría y caliente, bocadillos de altos vuelos y muchos platos que se comen con las manos, y que cocinados con modos de vanguardia remiten a la cocina de mamá más que a la descontextualización. Un ejemplo inmejorable son las sardinas rebozadas con salsa tártara y jamón ibérico, que te transportan directos a la mejor merienda de tu vida. O una ensaladilla de buey de mar donde la receta familiar del romesco se pasea por Tailandia.

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  • Asiática
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Hay que celebrar el éxito de un lugar como Last Monkey. Este bareto esquinero, abierto el 2018, ha hecho un trabajo excelente, sin pretensiones y dedicado al barrio: tapas asiáticas y fusión mediterránea por el mismo presupuesto con que un aborigen puede ir a comer al Vilaró o a Rafel. Su berenjena asiática ya ha pasado al subconsciente colectivo del barrio. 

  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Saliendo de la estación de metro de Poble Sec, hay un teatro de los años 20, con taquilla y alfombra roja. ¡No os confundáis! Estáis en el V de Vermut, una coctelería y vermutería enfocada a un público exigente, tan interesado en la buena gastronomía como en la cultura. Vermuts y coctelería de alto nivel, unas tapas y unos bocadillos finos y esmerados que el fin de semana vuelan. Por favor, probad su versión de las bravas y la ensaladilla con bonito, mayonesa de berberechos y alga nori. Ofrecen ostras todos los días y también tienen varias croquetas: jamón ibérico, setas, gorgonzola... El ambiente es fantástico, con presencia de DJs, shows de comedia y música en directo.

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