El Maleducat tiene un apellido explícito: Casa de Comidas. Tres amigos de la infancia –en la cocina Víctor Ródenas (Caelis, Vía Veneto) y los hermanos Marc e ignasi Garcia en el apartado 'business'– han convertido el Maleducat en uno de los lugares más calientes de Sant Antoni desde que abrió en 2020. De carta corta y pizarra larga, acostumbra a ofrecer sugerencias que cambian cada día, y que son un homenaje lleno de técnica y frescura al hedonismo desvergonzado. Fiaos de los vinos a copas: los elige el sumiller del ABaC.
Y desde sus inicios han hecho una evolución sorprendente y meritoria: de bar de tapa y platillo selecto y mucha juerga a restaurante creativo donde la informalidad se combina con servilletas de hilo. Ahora la cosa va de una cocina catalana evolucionada, que no teme hacer apuestas algo arriesgadas, y a menudo vencedoras. Como, por ejemplo, un maravilloso ajoblanco con granizado de tomate, albahaca y atún que es un antídoto contra todos los tártaros adocenados. Y también algún mar y montaña del siglo XXI: el estofado de tendones de ternera con merluza de palangre frito es una fiesta del colágeno, aligerada por la piparra. ¡Cuchareo tecnoemocional, tú!