Los mejores restaurantes latinoamericanos en Barcelona

El chef barcelonés Gerard Bellver se fue a vivir a México a los 12 años. En el país azteca, formó parte desde el inicio del restaurante Biko, un establecimiento que de 2007 a 2017 apareció en en la lista de los 50 Best World Restaurantes de América Latina. A finales de 2023, abrió el restaurante Jiribilla en Sant Antoni. Aquí enseña la parte menos conocida del país y añade su filtro creativo y personal. Jiribilla es el punto de encuentro de México y Cataluña, la cocina a fuego lento, abunda en una carta de creación propia que es para mojar pan. Platos magníficos de cuchara, como unas lentejas de recado marino, y revisión de clásicos populares, como los ejotes con huevo.

La recuperación de platos tradicionales mexicanos realizados con técnicas de vanguardia es el 'leitmotiv' de Joan Begur. Entre los platos estrella del Oaxaca tenemos el pulpo 'tatemado' y el 'mole' con pollo de El Prat. Probad las tortillas y el guacamole preparado en la mesa. Además del restaurante, el chef también puede presumir de una mezcalería con más de 200 marcas, y tener su propio huerto mexicano. La decoración es una 'chubada'; cuero, madera y acero como elementos predominantes, y una magnífica terraza bajo las bóvedas de Pla de Palau.

Si sumamos mar y México obtenemos como resultado el Maro Azul del Eixample. El plato estrella de este local luminoso, sereno y de aires mediterráneos con reminiscencias caribeñas es el pescado a la talla, especialidad del Pacífico mexicano. Se abre como una mariposa, se cocina a la brasa, una mitad se cubre de salsa talla (de diferentes tipos de chile) y la otra de salsa de perejil (con clavo, comino y cebolla), y se sirve con tortillas, frijoles refritos y verduras encurtidas. Las tostadas, los tacos, los rollitos de changurro y el aguachile tampoco se quedan atrás. Cócteles tradicionales (margarita, pisco sour) y también de creación propia, como el daiquiri de yuzu y guayaba. Quizás al terminar la comida sintáis que estáis en la costa yucateca, pero no, estáis a dos pasos de la Sagrada Família. Con terraza.

En esta barra metálica y esquinera del Raval encontraréis la mejor comida popular mexicana imaginable, en raciones generosas y con buena relación calidad-precio. Podréis probar los clásicos tacos, quesadillas, antojitos, guacamole, nachos y frijoles negros refritos. Pero la cosa no termina aquí. Preparaos también para un festival de micheladas, cervezas mejicanas, cócteles de fruta fresca, treinta y dos marcas de mezcal y veinte clases de tequilas porque también son excepcionales. El local es pequeñito, hay un par de mesas altas, barras en las paredes, estanterías ocupadas por vírgenes de Guadalupe, catarinas, calaveras y fotos en blanco y negro. Las colas son habituales, sed pacientes, valdrá la pena.

Pareceros y pareceras, no nos equivocamos si decimos que el Muysca es uno de los mejores restaurantes colombianos de la ciudad. Gastronomía del país latino de base regional, hecha con producto local y pilotaje del chef Johnattan Arias. En pocas palabras, recetario tradicional colombiano con giros contemporáneos y cocinado con matices. En la carta; empanadas, 'caribañolas' (masa de yuca rellena y frita), arepas y platos más contundentes y elaborados como el crujiente y meloso chicharrón con patatas criollas y chimichurri de cilantro, la puesta negra cartagenera (culatín de ternera asada y confitada de arroz con coco (titoté) y el clásico cebiche de pescado y leche de coco. Para rematar, una mousse de chocolate y milo con bizcocho de avellanas. Brunch dominicales.

En el primer bocado, ya sabes que La Brillantina es un sitio interesante. Santiago Macías, chef colombiano, y su pareja, Vanesa Zorzoli, pastelera argentina, tuvieron diez años un restaurante en Buenos Aires. Ahora, en Gràcia, La Brillantina es una propuesta informal que derrama creatividad, talento y reflexión, con una carta que resume la cocina popular de toda Latinoamérica: desde unos espléndidos tacos de tortilla de yuca con pollo hasta un encocado, cazuela de pescado y marisco del Caribe colombiano. ¡Atención a la coctelería de autor! Tienen un segundo local en el Putxet dedicado a los bocadillos bien hechos, el Bar Fàbula. Si os flipan las 'milanesas' argentinas, id.

Empezaron en un local minúsculo en el Raval donde era habitual ver colas. Ahora están en el Eixample Izquierdo y las colas, sobre todo en los fines de semana, se siguen formando. La Poderosa es un oasis venezolano en medio de Barcelona. Tiene una carta corta, pero contundente; 'tequeños' (rollitos fritos de pasta de trigo rellenos de queso), pasteles salados andinos y empanadas fritas sencillas (de carne entatxonada), mixtas (de plátano maduro y queso) y especiales como la 'margariteña' (con cazón, frijoles negros, arroz y plátano maduro), por ejemplo. Para beber, 'papelón' con limón (zumo de caña de azúcar), zumos de frutas tropicales y refrescos venezolanos.

El Ñaño es un restaurante ecuatoriano con una carta repleta de especialidades del país; ceviches, 'guatita' (tripas estofadas con arroz y aguacate), 'yapingacho' (plato combinado de cerdo al horno, chorizo, huevos y tortilla), 'encocados' (estofado de pescado, marisco y coco), cazuelas de plátano maduro y 'encebollados' (caldo de pescado con lomos de atún, yuca, cebolla y cilantro). De hecho, su 'encebollado' ha recibido varios premios internacionales. Tienen un segundo local justo al lado de Plaza Catalunya (Balmes, 18) y un tercero en el Eixample Esquerre (Aragó, 54).

Buriti pone en valor la gastronomía brasileña menos conocida, especialmente la de las mujeres negras de Bahia. La chef Sara Lemos se inspira en la cocina familiar y la historia afro-brasileña para crear una carta con "petiscos", platos principales y postres. Destacan el 'acarajé' (briojo de judías relleno de gambas), el 'bobozinho' (quema de mandioca con gambas), la 'moqueca' (estofado de pez con leche de coco) y la 'feijoada' dominical. Los mediodías laborables ofrecen el 'prato feito' por 12,90 €. Los postres son exquisitos, y la carta de bebidas incluye zumos tropicales y cócteles brasileños originales. El local, luminoso y con terraza, está cerca de la playa de la Mar Bella.

Pueblo Libre tiene la intención de rendir homenaje a las casas de comidas de Lima en ambiente distendido y precios no baratos, pero sí asequibles y de mucha calidad. El cocinero y propietario, Pablo Ortega, promueve la alegría popular, pero fue jefe de cocina de Tanta, el primer restaurante que Gastón Acurio tuvo en Barcelona. En la carta veréis entrantes clásicos como cebiches, 'causas' y 'chicharrones' y platos principales contundentes, como el arroz chifa o el lomo saltado. No os perdáis sus platos más creativos y personales. Un ejemplo; el asado de tira estofada con cebolla, ajo, tomate, vino tinto y un toque de chicha morada, y servido sobre una cama de tallarines. ¡Gloria bendita!

Warike es un restaurante peruano atípico nacido durante la pandemia en un muelle de carga de Poblenou, fundado por Jeff Espinosa y Roser Comellas. Inicialmente, ofrecían bocadillos para 'delivery', pero la alta demanda les llevó a abrir un local con terraza en Poblenou. Aquí practican una cocina peruana no tradicional, con técnicas como el cilindro, donde se cocina la carne con carbón, y la caja china, que da un toque jugoso al pollo. Destacan platos como el 'cerdo en el cilindro', con un marinado agridulce, y unos cebiches con influencias asiáticas que remiten a Japón, más allá de la cocina nikkei.

Yakumanka, el restaurante peruano del famoso chef Gastón Acurio, es un paraíso para los amantes del pescado, con cebiches, tiraditos y entrantes hechos con producto de costa ibérica y un toque peruano. El nombre significa 'olla de agua' en quechua, y los pescados frescos a la vista se hornean o fríen al momento. Destacan platos como el ponzu rocoto, con atún rojo, aguacate y mayonesa ahumada. También hacen magia con los woks, combinándolos con salsas peruanas. Abierto en 2017 como el segundo local de Acurio en Barcelona, ​​han servido 100.000 cebiches hasta 2024, consolidándose como un referente de la cocina peruana.

El restaurante boliviano Suma Manq'a demuestra que hay más vida gastronómica más allá del ceviche, el taco o la arepa. La cocina boliviana destaca por la abundancia de tubérculos, maíz, guindillas, quinoa, arroz, sopas, estofados y mucha carne. Aquí se sirven sopas como la de quinoa, el 'chairo' y la de maní, y platos de carne como el 'lapping', el chicharrón de cerdo y la sajta de pollo. Ofrecen un menú de mediodía por 12,50 €, opciones veganas y desayunos típicos los fines de semana. Para beber, destacan el 'mocochinchi', zumo de linaza, cervezas importadas y mates. El ambiente es acogedor, con clientela boliviana y vecinos del barrio.

El restaurante de Nicolás Zas fusiona las culturas culinarias de Uruguay, Italia y España, destacando el vínculo con el Mediterráneo. Zas, nacido en Montevideo y formado en Lanzarote, ha trabajado en prestigiosos restaurantes de Australia y Nueva Zelanda. La mitad de los platos se cocinan a la brasa o pasan por ella en algún momento de la elaboración, como la empanada de espárragos con queso Urgelia, o la brocheta de lengua de vaca con vinagre de cabernet. También ofrecen platos innovadores como el cóctel sólido de hierba mate y ginebra o el 'katsu sando' de molleja. Con un espacio íntimo y familiar, el restaurante ofrece una treintena de vinos, mayoritariamente catalanes, pero también alguno argentino y uruguayo.

Pablo Lagrange (argentino, ex-Noma, Mugaritz, Tickets), Lucía Aguilar (peruana, ex-Enigma, GoXo, Boragón de Santiago de Chile) y Ricardo Mateo tienen un pequeño local en Gràcia especializado en choripán, el bocadillo latinoamericano de chorizo ​​criollo y chimichurri. Lo elaboran todo ellos y desde cero, incluido el refresco de Cola. El pan es tipo francés y las salsas, como el chimichurri y la criolla con chiles fermentados, son caseras. Además del choripán, ofrecen otras opciones como el 'sanguchito de vacío', kebab vegano y 'pastrón'. De postre, destaca el dulce de leche ahumado. Choripa combina técnica y calidad, y a precios muy razonables.

Pequeño restaurante de especialidades italoargentinas. Daniel y Silvia Volpe han conquistado los carnívoros empedernidos y quienes exigen buenos vinos a precios razonables. Carne de importación (todas las piezas cocidas a la perfección) y buenas empanadas hechas a mano. Pero lo mejor de La Tavernícola es que mantiene la esencia de bodega de antes y todavía se pueden beber y comprar buenos vinos. Tanto los cortes más humildes, como los lechones a la brasa o la brinza, como los de fiesta mayor –el famoso ojo de bife argentino– aparecen aquí en versiones óptimas.

Probablemente uno de los restaurantes argentinos más míticos de Barcelona. Aquí la cosa va de cortes argentinos de las mejores carnes del mundo; Angus, Black Angus, Wagyu y nacionales de La Finca de Jiménez Barbero. Desde Argentina, importan los cinco cortes nobles: solomillo, entrecot o lomo alto, lomo bajo, picaña y cuadril. Y de aquí ofrecen entraña, vacío, solomillo y diferentes cortes con hueso como la tira de asado, el Tomahawk o el T-bone. Más allá de lo carnívoro, pasta, ensaladas, empanadas, milanesas y alguna opción de pescado a la brasa. Tienen un segundo local en Sarrià (Ganduxer, 28) y un tercero en Sant Cugat (Sant Bonaventura, 3).