Sidi
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Dónde comer los mejores bocatas de calamares de Madrid

De los clásicos hasta los más modernos, una guía con los bares y restaurantes donde sirven este plato madrileño típico

Gorka Elorrieta
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Si preguntas a cualquier persona qué hacer si visitas Madrid, probablemente te dirá que ver la Puerta del Sol, la renovada Plaza de España, visitar el Museo del Prado… y, antes o después, comer un bocadillo de calamares. Mejor dicho, un "bocata". Su origen es difuso pero en los años sesenta hubo un boom en los alrededores de la Plaza Mayor, lugar que aún hoy conserva algunos de los mejores bares para probarlo, se trata del aperitivo, merienda, desayuno y comida perfecta, siempre acompañado de una caña bien tirada y con un chorrito de limón o mahonesa, al gusto de cada uno pero... ¿dónde comer los mejores bocatas de calamares? Aquí te dejamos varias pistas donde además de los más económicos y populares sumamos nuevas versiones. Por cierto, si eres muy de bocadillos, sea uno de pastrami o un katsu sando japonés, puedes probar con nuestra selección de los mejores bocadillos de Madrid

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  • Beber

Tras ser toda una referencia para tapear bien junto a la plaza de Cibeles (Alcalá 55), los responsables de Bareto acaba de levantar el telón de su segundo local (Atocha 120) en Madrid. Y promete ser también un imán tanto para madrileños como turistas recién llegados a la estación de Atocha. Dos pisos, una barra de mármol y una carta con todos los platos famosos de las tabernas madrileñas para triunfar. El proyecto de Nacho Horcajada y los hermanos Kike y Curro Sánchez del Amo vuelve a instalarse en una ubicación privilegiada de la capital, en pleno Triángulo del Arte, para ofrecer una propuesta tan asequible como reconocible y disfrutona. Su oferta va del bocata de calamares (ellos lo llaman montado de chipirones), las bravas, gildas o unos torreznos a platos más contundentes como un entrecot, unos callos, un filete de ternera empanado y hasta un pollo asado.

  • Cervecerías
  • Sol
Los bocatas de calamares son la especialidad de esta cervecería situada a pocos pasos de la Plaza Mayor. El local lleva abierto desde 1870, siendo antiguamente una bodega llamada Bodegas Sierra. Y es desde esta fecha desde cuando se empiezan a vender este famoso bocadillo madrileño de tres generaciones. Además del de calamares, puedes probar el de tortilla, lomo o salchichas, todos igual de sabroso, o acompañar las cañas bien tiradas que sirven en su barra con raciones y pinchos. Seguro que su precio os termina de convencer.
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3. Bar Sidi

Reformado hace unos años como parte del Grupo La Ardosa, el Bar Sidi mantiene su ubicación en el número 15 de la calle Colón, junto a la plaza de San Ildefonso. Con mucho ambiente en las horas punta, en su larga barra se mezclan parroquianos y recién llegados al barrio, en un mix generacional. Como buen de barrio en la capital, aquí no falta una caña bien tirada para combinar con una carta de raciones y bocados populares a precios contenidos. Entre ellos, una de sus especialidades: el bocadillo de calamares al más puro estilo madrileño. 

  • Comer

Las barras para comerse un buen bocadillo se multiplican por toda la ciudad. Puede ser la manera de abrir boca en un restaurante de mercado o el plato estrella de un wine bar. Hay fríos, calientes y con los panes más diversos. Originales, viajeros, clásicos reinterpretados... En el top de popularidad nunca desbancarán a nuestro legendario bocata de calamares pero están llegando muchas opciones para disfrutar tomando un cóctel o para montarte una comida ligera con garantías y seguir con la tarde.En ese creciente listado de locales que honran el entrepan acaba de sumarse el último proyecto de Rafa Zafra, que ya convirtió uno de los suyos, el tartar de salmón ahumado, queso crema y caviar, en uno de los bocados ilustres en las mesas y comandas del imprescindible Estimar. Y seguramente hará lo mismo en la barra que acaba de abrir dentro de Rural, en el espacio que da la bienvenida al restaurante.

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  • Sol
  • precio 3 de 4

En Lhardy (Carrera de San Jerónimo, 8), una casa ahora en manos de Pescaderías Coruñesas (dueños de grandes paradas como Desde 1911 o Filandón) sirve un bocatín (así lo llaman) de calamares de primer nivel. Y no tenéis que subir al restaurante de alta cocina (con decenas de espejos y miles de historias) para probarlo. Está a pie de calle, en la tienda. A mano. En una carta donde brillan sus croquetas de cocido, su famoso consomé o su barqueta de ensaladilla. Su versión, elaborada a partir de calamar (y no otra cosa), se acompaña con una mayonesa de su propia tinta y se presenta con un esponjoso "pan bombón", una pieza que lleva la firma del actual repostero de la casa, Ricardo Vélez, conocido en Madrid como el maestro del chocolate.

6. Desborre

Lucía Grávalos, una de nuestras chefs favoritas en la capital, conoce bien la técnica, adora la cocina tradicional (tirando siempre para su Rioja natal) y mantiene un firme compromiso con la tierra. Lo demuestra a diario desde su recogido restaurante en el Madrid de los Austrias. Factura una cocina gustosa y por momentos sorprendente, borda las verduras (su coliflor es ya un plato icónico en su carrera) y la carta presenta guiños con un punto más viajero como esta versión del bocata de calamares. Parte de un pan chino y al calamar le añade mayonesa de cítricos, salsa de su tinta y un encurtido hecho en la casa.

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  • Bares de tapas
  • Sol
  • precio 1 de 4

Cada uno tiene su favorita entre las freidurías de viejo cuño cercanas a la Plaza Mayor. Pared  alicatada, luz cegadora, espejos coloreados de raciones, camareros cantando el pedido y montañas de calamares ya rebozados aguardando el aceite hirviendo. Aquí, a pesar de que una larguísima barra metálica que atraviesa el espacio (dos entradas), lo complicado es hacerse un hueco. No importa el día, el público siempre será de lo más heterogéneo. Un espléndido lugar para empacharse de tradición madrileña.

  • Taberna
  • Chamberí
  • precio 2 de 4

Una bien resuelta dosis de giro copernicano (bocata de calamares, aka Rejos Chilly Peppers), una ración de clásicos de la casa (croquetas de jamón y callos) y una fusión de ambas líneas (torreznos con salsa de tomatillo verde). Miguel Carretero se muda al North Ponzano y muda la piel, en sintonía con el barrio, para este desenfadado esquinazo con cocina non-stop y carta de cócteles en progresión ascendente. ¡Qué lubina de estero!

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  • Barrio de las Letras
  • precio 1 de 4

El bar más famoso para comer un bocata de calamares de Madrid. Esta cervecería, que se mantiene prácticamente intacta desde su apertura en el año 1961, es un punto turístico ineludible, por sus famosos bocadillos y por su situación, justo enfrente de la Estación de Atocha. También tienen pinchos de tortillas bastante buenos y tostas. Su terraza siempre está llena en verano.

  • Bares de tapas

Bajo el sello de Hevia, una leyenda en el selecto grupo de casas de siempre que se mantienen en forma, abrió esta taberna con barra y mesas para gozar de lo lindo entre amigos. Aquí no fallas ni con tu suegro. Su mollete de calamarcito gallego en tempura con alioli suave, una fritura de escándalo la que proponen Ismael y Fernando (la generación al frente de este proyecto familiar), puede ser la puerta de entrada ideal a una galería a la que es difícil poner freno: ensaladilla rusa, tigres, croquetas de queso ahumado con berenjena asada y miel de caña, huevos estrellados...

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  • Chueca

Gildas, boquerones al estilo madrileño, mejillones en escabeche ahumado, ensaladilla rusa, steak tartar, trilogía de anchoas... Nada nuevo bajo el sol pero ellos han dado con la tecla, con el equilibrio preciso entre el bar de siempre y lo contemporáneo, con la personalidad y el servicio que se ajusta a los tiempos. Cuidadas (y divertidas en algunas raciones) presentaciones pero la misma querida barra metálica de toda la vida en la que acodarse. Buena parte de lo que verás escrito en sus paredes sale de su propia fábrica de conservas en Boadilla del Monte. Tienen incluso un vermut de la casa, junto a otras etiquetas más conocidas.

  • Española

Es hincarle el diente a su brioche de chipirones y querer una taberna de este calibre en vuestro barrio. El pan, y son varias las opciones con miga (valga el doble sentido), lo firma John Torres. La propuesta culinaria resulta ser el feliz y concurrido patio de recreo de Saúl Sanz, que buscaba el complemento desenfadado –tapeo, amigos y cañas– para Treze. Bravas para un pedestal, ineludible saam de oreja, raciones mayores (costillar BBQ) y constantes fuera de carta para los feligreses.

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  • Española

Como su propio nombre indica aquí se entregan en cuerpo y alma a la gastronomía norteña. Lo suyo es la cocina tradicional bien hecha y para compartir: unas bravas que siempre ocupan los tops de la capital, albóndigas de ternera en salsa de boletus, ensaladilla rusa, rabas de peludín, pepito de ternera, y, por supuesto, un bocata de calamares contundente al que le añaden el toque de la papada ibérica. Con esto y una caña bien tirada te acercas al paraíso más castizo.

  • Bares de tapas
  • Centro
  • precio 2 de 4

Los responsables de NH no podrían haber elegido mejores compañeros de viaje para este renovado hotel. Abel Valverde y David Robledo, Jefe de Sala y Sumiller del restaurante Santceloni, firman el asesoramiento gastronómico de esta más que apetecible barra donde reinan los embutidos, las conservas y los quesos. Y un bocadillo de calamares con mahonesa de ajo negro, parada más que recomendable si andáis por el Triángulo del Arte.

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  • Española
  • Centro
  • precio 2 de 4
Los Galayos
Los Galayos

Puedes pensar que estando al borde de la Plaza mayor es otro de esos locales cazaturistas. Pero no. Sí es un local familiar y para grandes mesas y eso genera un trasiego quizás perturbador los fines de semana pero aquí hay mucha honestidad, diligencia y un esmerado saber hacer que merece elogio. Cocina basada en la tradición castellana donde el cochinillo se presenta como uno de sus platos estrella de la casa junto con el bocata de calamanres de la barra.

16. Berlanga

Las rabas son uno de los platos estrella en este templo de los arroces a orillas del parque del Retiro. Así que era cuestión de tiempo que llegará a la carta su propia versión del innegociable bocadillo de calamares. Se elabora, como todo aquí, con una especial atención al producto: calamar de potera del pescadero de confianza del restaurante. Y se sirve en un pan crujiente, con mayonesa o alioli, a elección del cliente, y limón para aquellos amantes del cítrico.

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  • Cervecerías
  • Sol
  • precio 1 de 4
La Ideal
La Ideal
La calle Botoneras, junto a la Plaza Mayor, podría llamarse perfectamente la vía del Bocadillo de Calamares. A pocos metros de uno de los mejores bares para comer este plato típico madrileño, La Campana, se encuentra otro rival a la altura. El pan crujiente y los calamares jugosos pero nada aceitosos han convertido a La Ideal en un templo de este bocadillo. El local es pequeño y típicamente castizo, con una barra donde apostarse para disfrutar de una carta sencilla, castiza y unas cañas bien tiradas. Precios ajustados para los tiempos que corren.
  • Cervecerías
  • Sol
  • precio 1 de 4
Cervecería Sol Mayor
Cervecería Sol Mayor
Un clásico para comer el auténtico bocadillo de calamares de Madrid. Situado en una de las calles más transitadas de las que rodean a la Plaza Mayor, llevan más de un siglo especializándose en las freidurías. Por eso, además de unos bocatas jugosos que te dejarán más que saciado, también cuentan con una amplia carta de raciones que van desde zarajos, chopitos, croquetas y callos hasta el bacalao con tomate y el pulpo a la gallega. Cuesta encontrar sitio, pero merece la pena.
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  • Cervecerías
  • Sol
Casa Rúa
Casa Rúa
En la zona con más bares especializados en bocatas de calamares por metro cuadrado, junto a la Plaza Mayor, encontramos Casa Rúa. Es un bar pequeño, de dos plantas, con un mostrador de hacer típico de esos locales donde no se ha cambiado nada desde hace décadas. A pesar de la estrechez del local, los fines de semana se llena hasta los topes de turistas y también madrileños que buscan probar un bocadillo de calamares recién hecho por menos de 3 euros. Tradicional, castizo y para chuparse los dedos.
  • Bares de tapas
  • Chueca
  • precio 1 de 4
El Respiro
El Respiro
Estar situado tan cerca de El Tigre relegó a este bar durante años a ser la segunda opción si la sidrería estaba llena de gente, cosa habitual. Sin embargo, El Respiro se ha ganado a pulso un lugar privilegiado entre los mejores sitios para tomar unas cervezas de Madrid acompañadas de un bocata de calamares. Las cañas están bien tiradas, la atención es agradable y sus tapas (patatas con salchichas y pimientos, pollo al ajillo, empanadillas, paella, etc.) son generosas, sabrosas y además gratis. Con un par de rondas ya estarás saciado.
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