Julien Rivoiron –es hijo de un 'bouchon', casa de comidas– y dos lioneses más abrieron hace un año y medio este bistrot joven, 100% francés y con leve acento asiático. "Menos el pan, lo hacemos todo nosotros", dice. Esto incluye delicatessen como rillette de pescado, terrina de foie o brutales croquetas de reblochon. Hedonismo y/o sensibilidad: podéis comer desde ancas salteadas hasta una quenelle de salmón, salsa de cangrejo y shiitake. Carta breve, afinada, acertada: repartida en un menú de mediodía de tres platos (17€) o uno de degustación de seis a 43€. "Cómo comer bien en Francia, pero más barato", resume.
Hay un montón de restaurantes que gracias a su 'savoir faire' nos traen lo mejor de la gastronomía francesa. Restaurantes, pastelerías y tiendas de 'delicatessen' donde podréis probar los mejores productos del país vecino. Aquí tenéis un resumen de los representantes del buen gusto francés en la ciudad.
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