Bar Calders
Foto: Maria Dias Bar Calders
Foto: Maria Dias

Las mejores terrazas de Barcelona

Descubre las mejores terrazas de Barcelona: vistas impresionantes, buen ambiente y la mejor comida y bebida de la ciudad

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A los barceloneses nos encantan las terrazas. Tenemos de todo tipo y en todas partes, pero a menudo elegimos la que más cerca tenemos para tomar un café. Aquí encontrarás las más carismáticas; terrazas secretas y escondidas donde puedes estar tranquilo, terrazas donde comer paellas excelentes y tomar cañas con un dedo de espuma (o dos, va a gustos), terrazas con vistas espectaculares y terrazas bonitas y con encanto en plazas preciosas. Os hemos hablado de las mejores terrazas para disfrutar en invierno y de las mejores terrazas de hoteles de Barcelona. Ahora toca una selección de establecimientos donde podrás disfrutar del buen tiempo y el buen comer como tanto nos gusta, ¡al aire libre!

NO TE LO PIERDAS:  Los 50 mejores restaurantes de Barcelona

Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene como objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Presente en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, entre otros, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre, con espectaculares vistas al mar y la ciudad, con edificios tan emblemáticos como la Torre del Reloj de la Barceloneta y la nueva lonja de pescadores. Cabe mencionar que uno de los bares corre a cargo de Paradiso, una de las mejores coctelerías del mundo, que ahora también tiene la mejor terraza de la ciudad.

Terrazas de película

  • Sants - Montjuïc

Una de las imágenes que más recordamos de los Juegos Olímpicos de aquí es la de los saltadores de trampolín 'volando' con Barcelona de fondo. Y el espíritu de esta efeméride recorre Salts, un bar terraza en la Piscina Municipal de Montjuïc con la ciudad a vuestros pies, donde se recuerdan los bellos tiempos entre un buen montón de tapas y bebidas dignas de un 'terraceo' de calidad. Los nachos, bravas, hummus y otras pica-pica son ideales entre tragos de cervezas, vinos o, si está en forma para una buena inmersión en la esencia de Salts, una sangría de vino 'La bañista'. Los laborables abren de 11h a 24h y los fines de semana ponen en marcha un poco antes, a las 10,30h, con cocina ininterrumpida de donde, aparte de los tentempiés, también salen ensaladas, bocadillos fríos y calientes, hamburguesas y, hasta todo, pizzas de saltos. Algunos días también invitan a artistas para amenizar las cenas.

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  • Sants

En la antigua fábrica textil de Can Batlló, convertida –con éxito– en un espacio vecinal autogestionado desde hace años, siempre se cuece algo. Lo mismo ocurre en el bar restaurante que hay dentro del recinto, en la parte que da a Gran Via. Se llama Cantina LAB, es una cooperativa y tiene una terraza donde se hace de todo: calçotades, vermuteos musicales, DJ sets, cine al aire libre y cualquier evento digno de ser celebrado. Por si fuera poco, de la cocina salen menús de mediodía, tapas y platillos a precios enrollados. Si sois un grupo mixto de carnívoros, vegetarianos y veganos, en la Cantina encontraréis opciones que contentarán a todo el mundo.

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  • Bares de tapas
  • El Parc i la Llacuna del Poblenou
  • precio 1 de 4

Mucho más que una terraza: el chiringuito Camping ocupa una ubicación privilegiada que aprovecha el parque del Poblenou, sus pistas deportivas y diez mesas de madera maciza de mobiliario urbano. Puedes sentarte sin consumir, o hacerlo con lo que lleves. Pero si lo pides, te pondrán cerveza bien echada y comida rica. Atentos al Instagram: hacen pop-ups de todo tipo la mar de interesantes, cursos de yoga y meditación, talleres de cerámica, sesiones de tarot y vino, etc.

  • Cafeterías
  • Sarrià - Sant Gervasi

En este encantador local con terraza y un patio interior frondoso y con mucho verdor, encontraréis una carta de brunch con opciones de todas partes; 'scones' británicos con mantequilla batida, desayuno danés, huevos 'shakshuka' y Benedict, boles de trigo sarraceno y su plato estrella, 'syrniki'. De origen eslavo, son unas crepes 'blinis', esponjosas por dentro, crujientes por fuera y servidas con 'cremme fraiche' y frutas de temporada. La presencia eslava no termina aquí. También podréis probar la costilla de salmón con puré de patatas, espinacas y guisantes y el pastel Napoleón de hojaldre y crema pastelera. Para beber, una selección tés de la reputada casa francesa Kusmi y café batch brew, cold brew y filtro de cuatro proveedores distintos (DAK, Slowmov, Hidden y Three Marks). Si el cuerpo os pide grados, preguntad por la carta de vinos naturales catalanes, franceses y georgianos. El patio, acogedor y amplio, es ideal para ir con niños y/o perros.

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  • Tiendas
  • Pastelerías
  • Sants

Lo que hace que este establecimiento santsenc sea la bomba, nunca mejor dicho, es su oferta. Reducida pero clavada; pan de masa madre, pizza al corte, focaccia y 'cinnamon buns'. Nada más. Alberto Montobbio y Francesco Gottardo son del club del 'menos es más', pero que no os engañe su humildad; Forno Bomba es más que un horno italiano. Tienen un pequeño patio detrás de la tienda con mesas y bancos. Si queréis quedaros para cotorrear y tomar un bocado y un café (de Morrow Coffee), una cerveza artesana, un vermut o una copita de vino natural, podréis. Todo está buenísimo, imposible equivocarse en la elección, pero las espirales de canela con cardamomo son simplemente explosivas; dulces y especiadas a la vez, con el toque cítrico y floral del cardamomo y la calidez de la canela, y muy esponjosas. La perfección hecha bollería.

  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4

El capitán de este antiguo garaje reconvertido en una coctelería restaurante de aires neoyorquinos es Badr Bennis; siete años de experiencia en el Hotel W a sus espaldas y muchas ganas de conseguir que nos acostumbramos a comer con cócteles como hacen en la Gran Manzana. Cócteles clásicos y creaciones propias. Pero si algo diferencia al Gasolina de los restaurantes club con mayor pretensión que oficio es su cocina italiana de primera categoría: se come muy bien, con raciones abundantes y producto excelente, con pasta fresca de factura propia. El chef, Nicola Valle, clava lo tan maltratado como los espaguetis en la carbonara. Carta corta y efectiva: 'antipasti', seis pastas (la fresca hecha en cocina) y algo de carne y pescado donde se permiten licencias creativas y juguetonas. La terraza está en un tranquilo pasaje peatonal.

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  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia
  • precio 3 de 4

Paco Benítez (Noma, L'Eggs) y Pedro Baño (CaelisLluçanès) son dos chefs que reabrieron la antigua fonda Cal Robert –27 años de vida– en el 2021. Se trata de una casa de comidas del siglo XXI, como ejemplifica su brutal revisión del capipota. Benítez es mexicano del DF y encuentra el punto de conexión de México con la 'picada' catalana y el chup-chup, explícito en un concepto maravilloso como los pies de cerdo con mole. Platos abundantes por unos 14 euros, y los sábados le esperan desayunos de tenedor tradicionales a precios de bar de jubilado. Y vinos a copas excelentes. Por si fuera poco, al final del local encontrará un pequeño patio interior con mesas. ¡Viva la pepa!

  • Catalana
  • precio 3 de 4

Madre Taverna Moderna es de Leo Chechelnitskiy, propietario del Babula Bar, y ha convertido el bar de tapas de su madre en una taberna urbana de guisos a fuego lento y tapas tanto aptas para el barcelonés como para los admiradores de ese tipo de decorado de Batman que en un inicio proyectó a Gaudí. Además, tiene una terraza difícil de creer –desde la avenida Gaudí, que baja, se domina todo el panorama– donde te llevan tapas y platos clásicos con un toque creativo: albóndigas, calamares a la romana, suquet de rape, y también arroces de lo más recomendable (del señorito, de presa ibérica, o el de butifarra negra con setas).

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  • Mediterránea
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El Calders es todo un referente de los vermuts y vinos de Sant Antoni. Su terraza, en un pasaje sin circulación, es una de las más cotizadas del barrio. Se crea un ambiente que hace que nunca tengas ganas de abandonar tu silla. A cualquier hora sirven comida, por lo tanto, siempre seréis bienvenidos. Vermut de Reus y, para picar, tienen unos nachos completísimos, patatas gruesas con tres salsas, anchoas muy buenas, embutidos, quesos, hummus... cerveza bien echada y gintónics bien preparados, por si la cosa se alarga y necesitáis más gasolina para terminar de rematar.

  • Catalana
  • Sants
  • precio 2 de 4

Instalado en la tranquilidad de la plaza Iberia, uno de esos lugares que nos recuerdan que Sants fue un pueblo, la oferta gastronómica quiere dar cabida desde la cocina tradicional a las aportaciones internacionales que nos recuerdan que todo está en perpetua transformación. Aquí podréis disfrutar de una variada oferta gastronómica singular con mucha calma, la terraza invita a hacerlo así. Para empezar con un buen vermut de Reus con un pica-pica de encurtidos en vinagre clásicos y pinchos de calidad, y continuar con una buena comida con productos de la tierra, km 0, con la esencia de la clásica cocina mediterránea con un toque moderno y actualizado: por ejemplo, fideuá a la leña con cigalas, sepionetes con huevo a baja temperatura y jamón ibérico, dados de solomillo al humo de hierbas, un canelón de pato con salsa trufada con setas y parmesano o pulpo a la brasa con parmentier de patata y ajo al carbón.

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  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

En el a Restaurante, en el Hotel Neri, está capitaneado por el chef Alain Guiard, de solvencia contrastada en el Santa Burg y La Mundana. Aquí propone una cocina divertida, juguetona. Como en el 'ragú' de corball, escupiña y mejillón con naranja y coco, y el canelón de asado, bechamel de almendras tiernas y teriyaki. En la carta hay un espacio pensado para compartir, con tapas habituales pero igualmente innovadoras, como las croquetas de bogavante. Y la terraza... ¡Ay, la terraza! Está en uno de los rincones más bonitos de la ciudad, en la plaza Sant Felip Neri.

  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample

La elegancia, sofisticación y aires coloniales del Hotel Cotton House se trasladan a la exquisita terraza de patio interior de manzana de su restaurante y coctelería, el Batuar. La carta apuesta por los productos de temporada, la tradición de aquí e influencias de todo el mundo. Encontraréis desde unas croquetas de 'rostit' con 'mojo' de orejones y  ciruelas para picar, una lubina con salsa de coco y albahaca, berenjena china y plátano macho como principal y un ganache de maracuyá con sablée bretón de jengibre y piña en textura de postre. La carta coctelera no se queda atrás y el gran protagonista es el ron. La impresionante terraza, llena de plantas, se aprovecha para hacer show cookings y pop-ups interesantes.

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  • Música
  • Horta - Guinardó

Como quien encuentra un match en Tinder que dura más de una cerveza y un polvo, así te sientes cuando entras en Samba Brasil. Un bosque exótico y sin humo (prohibidísimo fumar), donde puedes llenar los pulmones de aire, una sensación casi inimaginable entre los bares apretados de Barcelona. La terraza te invita a tomarte alguna de las especialidades de la casa: mojitos, caipiriñas o un combinado con frutas que no encuentras en cualquier supermercado. Los helechos, palmeras y la hiedra son un envoltorio perfecto para las mesas del jardín y la balsa llena de carpas, que se esconde en medio del patio interior, donde los soñadores desorientados han lanzado céntimos.

  • Cafeterías
  • El Poblenou

¿Otro local de Poblenou dedicado al brunch? Afirmativo. Pero este no es un establecimiento cualquiera. Para empezar, es vegano. Podréis elegir entre panqueques, tostadas, tofu en diferentes formatos como sustitutivo de los huevos, 'bowls', bagels y hamburguesa de frijoles negros. El cuenco de patatas dulces con boniato frito, salsa casera de tomate, crema vegana, hierbas aromáticas y cebolla verde es quizás uno de nuestros preferidos. Para beber, té orgánico, café ecológico, kombucha, zumos prensados, batidos, diferentes tipos de limonada y cerveza artesana. La ubicación es inmejorable para ir con niños y/o perros. El local y su terraza están justo enfrente de los jardines Miquel Martí i Pol. Dentro, encontraréis un rinconcito para los niños con una cocinita de madera muy 'cuqui' para jugar. ¡Ah! También ofrecen un menú pensado para ellos.

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  • Catalana
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

El Restaurante Glaciar es una de las ofertas más antiguas que ofrece la plaza Reial, y lo es desde 1922, cuando abrió en la Rambla. En 2021 el joven grupo de restauración de La Pomada se encargó de darle una nueva vida. El local mantiene intacta la decoración de interiores con las columnas de hierro, las sillas de madera y la barra y las mesas de mármol. En el exterior la conserva también perdura con una terraza con vistas privilegiadas a la plaza. Este espacio se ha convertido en el punto de encuentro de jóvenes y turistas que buscan un ambiente cálido e informal donde comer, en una ubicación estratégica y agradable de la ciudad. Después de una larga etapa de bar de bocadillos, tapas y plato combinado, ahora se ha convertido en un restaurante con un enfoque de bistrot de clásicos de la cocina catalana, con especial cuidado en la elección de los vinos, y con una buena coctelería. Entre la oferta de vermutería, tapas, ensaladas, arroces y pescado destaca la oferta de un plato de carne, concretamente el 'Plat centenari del Glaciar': pies de cerdo rellenos de butifarra con cremoso de patatas y jugo de carne.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

El Bar Alegria es un precioso local modernista inaugurado en 1899 en la esquina de Gran Via con Borrell. Ahora el dueño es Tomàs Abellán, hijo del chef Carlos, y aquí hace cocina de Barcelona; una suma de pescado de lonja, huerta, guisos y tapas –son célebres las gildas y las ensaladas– que se presenta en dos pizarras que van moviendo. Casero de toque excelso, con guiños al padre como el bikini de jamón ibérico y aceite de trufa. Esta es una propuesta histórica, seria y sólida que ya se ha consolidado como uno de los iconos modernos del barrio de Sant Antoni. La terraza debería ser patrimonio de la humanidad.

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  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Un bar bonito de narices: una barra limpia de mármol blanco con cocina a la vista y mesas de taburete alto. Xavier, el dueño, trabajó en bares de Madrid, donde aprendió a echar la caña. Tiene el bar y la barra en la sangre: ¡su familia fueron los introductores del sifón en la provincia de Girona! Gente de alta gastronomía para cocina de barrio a precios de barrio, incluido su menú mediodía. Tienen unos mejillones al vapor excelentes y unos callos para llorar. Los platos fríos son una bendición en barra, como la ensalada de garbanzos con el punto de vinagre con tiralíneas. Vermut de Morro Fi, buena elección de vinos de la tierra a copas y tempranillo de tirador fresquito en porrón. ¿La terraza? Pues, en la plaza del Fort Pienc, justo enfrente del mercado y la biblioteca. ¡Gloria bendita!

  • Italiana
  • El Poble-sec
  • precio 3 de 4
Xemei
Xemei

La terraza de este restaurante veneciano tiene algo del fin del mundo. Quizás porque está situada en la falda de Montjuïc o por no haber ninguna otra atracción cerca. La terraza siempre está llena a rebosar. Podéis pedir a la pareja para casarse mientras alguien grita por detrás: "¡Espaguetis!". Es sólo una invocación de aquella imagen de la peli de Disney 'La dama y el vagabundo'. Xemei, que ya es un veterano de la escena restauradora italiana de la ciudad, sigue siendo una referencia ineludible de la buena comida. Es necesario reservar sí o sí.

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  • Turca
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4

En medio del Turó Park y escondido entre los árboles encontraréis un pequeño café con sombrillas que sirve desayunos, vermuts y comidas. La carta es corta; tres opciones de huevos, un par de hot dogs, otro ensaladas, un bikini, un bocadillo de pastrami, una hamburguesa y listos. En el departamento dulce, pasteles caseros que cambian semanalmente, brownies, cookies y croissants. Y para beber, tés, cafés, limonadas, vermuts y birra. Ya lo veis, aquí no se complican mucho la vida ni falta que les hace.

  • Cocina Internacional
  • El Raval
  • precio 1 de 4

La Monroe, local ya referente del Raval, tiene una gran terraza con jaulas de pájaros para hacer crecer la hiedra y mesitas de aluminio lacadas de verde piscina y rojo coral. El establecimiento es todo terreno: puedes desayunar, picar tapas, hacer un menú de mediodía a buen precio, beber tés, cócteles, comer bocadillos y ensaladas, cenar un risotto de sobrasada con alcachofas y queso ahumado. Te puedes gastar cuatro duros y tomar un café y una fabulosa tarta casera o cenar y quedar como un señor. Siempre hay opciones veganas.

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