La mejor comida para llevar de Barcelona

La Boqueria es el mejor mercado del mundo, sí. Pero si intenta comprar allí comida preparada, calzaros. La bacaladería ha convertido en un 'fish and chips', y las brochetas de dudosa fritura amenazan la cocina de cuchara. Por suerte, Llegums Cuits La Boqueria permanece como parada de mercado quintaessencial de comida para llevar: canelones de fiesta mayor, tortillas excelentes, macarrones dignos de la mejor asador y concesiones a la modernidad como unos modélicos yakisoba de gamba fresca, o unos burritos de carne. Por 7 euros, la teca buena y generosa bien vale una incursión al mediodía.

Le Cucine Mandarosso tiene un colmado italiano, El Emporio, donde te puedes llevar a casa los platos del restaurante que no están salteados al momento, como la pasta al horno, su aclamada especialidad: para decir un plato, una gran lasaña (placas firmes que aprisionan 'ricotta', carne picada y tomate), y otras variantes como la lasaña con pesto, la vegetariana o la blanca. Y todos los postres caseros, que es de dominio público que son de lo mejor de la repostería italiana en la ciudad (aquella sublime 'crostata'!), y un arsenal de salsas de tomate y pasta seca, de la que usan ellos para cocinar.

Sorpresa, sorpresa: tras lo que parece una cafetería de especialidad, se esconde una tienda de comida para llevar saludable excelente. El local es diminuto, pero la cocina, a la vista, es enorme. En Justin, un chef sudafricano, se dedica a la hora de preparar "cocina de temporada hecha desde cero, con el mínimo de ingredientes procesados posible". Por 8,90 encontrará un menú de mediodía que satisface, llena y no pesa. Una opción: un hummus de lentejas con crudités y de segundo 'babootie', un delicioso pastel de carne especiado. Si coméis 'in situ', le darán platos, agua filtrada y mucha simpatía.

Ya no son las tres, sino las dos: desde el año 2015, Sara Ramos y su madre Paquita Montoya comandan este híbrido de restaurante y tienda, toda una institución en Gracia. ¿Por qué? Lejos de los rebozados pesados y los guisados, hacen "cocina inclusiva", como dice Sara: saludable, donde siempre habrá una opción para celíacos, una para veganos y una para carnívoros. Tienen mano mágica para la cocina casera, siempre con producto de temporada; por 10 euros, a casa con crema de judías y cúrcuma y albóndigas de ternera con puré de patata. Postres: mandarina o 'brownie'?

Un tesoro escondido: el Catering Hepburn -especializado en rodajes y publicidad- tiene la concesión del restaurante de la UPF de Balmes. "No somos un catering estándar", dice Irene Bosch, "hacemos lo que nos gusta hacer". Pequeño enorme secreto: un menú con tres primeros y tres segundos, en un comedor universitario donde por 10 euros se come como en un 'bouchon' de Lyon, y al trabajo por 6 tienes principal, pan y postres. Ejemplo: una sabrosa ensalada de pollo a las finas hierbas (de huerto propio) y un impecable 'gratin dauphinois' de segundo.

Uno de esos clásicos que nunca le fallarán, bien sea en franja de mediodía o para hacer fiesta. La Dolors Masip y Lina García, antes de los JJOO abrieron Plat Ring, catering y tienda de comida para llevar que ha sabido evolucionar con el tiempo. Y aunque a menudo tendemos a desconfiar de las listas largas, su menú (a 7 euros un básico de tres primeros y tres segundos, a 10 una lista con 15 primeros y 15 segundos y postres) es infalible. Alterna platos ligeros y saludables, como raviolis de 'ricotta' con espinacas y salsa de boniatos, con platillos de cocina catalana.

Los platos de Gaig a Casa -casa de comidas para llevar que abrió el chef hace un par de años- tienen "la misma materia prima, el mismo asado que te puedas comer en el restaurante gastronómico", dice. El valor de esta tienda -con menú 'take away' de lunes a viernes o por engullir 'in situ', a 19,50 euros- es que te puedes llevar a casa, a precios terrenales, platos que han marcado una muesca profunda al subconsciente gastronómico catalán. Como los macarrones -deliciós cubo con salsa de queso y secreto ibérico-, evolución de una receta del siglo XIX.

Natàlia Gaig, hija de Carlos, explica sin pretensiones que la tienda de comida para llevar de Horta "no es un simple asador, sino que implica cinco generaciones cocinando el mejor producto fresco en su franja". No hacen grandes producciones: desde el mostrador verá una encimera con cinco ollas haciendo hervor. No toda la carta está disponible al día, algunos platos los debe encargar con antelación, pero no pasa nada: delicias populares como un fricandó de moixernons o albóndigas con setas son mejores con dos días de reposo. Entre semana, un menú de 9,50, y los fines de semana, de 12,90 euros.
 

Es enero y no tienes ni ánimo para cocinar hacerte un tupper de los que te haría la madre ni cuartos para hacer un menú. A Menjabé -en cualquiera de las dos tiendas, en Poblenou o el barrio del Congreso- encontrará platos de la abuela con gustito de amor y de horas a precios de amigo que te ayuda: 4,90 el primero y los postres, y 8 el menú completo. Apuestas seguras en asados y asadas. Verduras al horno, un delicioso arroz con pasas y ciruelas... De postre, yogur natural con frutas, melocotón en almíbar, flan, helados. Que dulce que puede ser la semana si has comido bien. ¡También os pueden arreglar una comida de domingo!

Son las 13 h y caminas por el Eixample, muerto de hambre. Pasas por el Bicnic, el restaurante del chef Víctor Ferrer. Pero piensas que no tienes tiempo de entablar hacerte... Error. Aquí se han tomado la molestia de hacer que la cocina de producto sea una opción posible para personas con prisa. En la barra del Bicnic, el Fast Bar, encontraréis la versión rápida de su cocina, que puede comer allí mismo o llevaros a donde sea. Si está hambrientos, opta por los combis: bocadillo de porchetta, burger de media, tostada de tártaro y tostada vegetal acompañadas de patatas, crema o ensalada, postre o café y bebida por 15 euros.

Semon (Ganduxer, 31), el histórico colmado y catering de la alta burguesía, cayó en concurso de acreedores. El recogieron los propietarios de La Despensa de Laforja, los hermanos Robles, que acaban de abrir en la acera de enfrente Gregory By Semon. Décadas dirigiendo Semon evidencian en este hermano pequeño, tienda y restaurante, que ofrece una selección de sushi excelso y poco ortodoxo, bocadillos calientes de lujo y aperitivos, quesos y embutidos de altísimo nivel. La renovación es estética, de contenido y precios: puede comer sin ser directivos de La Caixa. Y todo para llevar, claro.

Antes de asentarse en Muntaner fueron nómadas y cocinaban a una Mercedes Benz del 73 que podías encontrar en los mercados gastronómicos sólo seguir el olor del curry más delicioso. Ahora se puede disfrutar de su cocina sentado -el menú Maharajá es una buena manera de probar todas sus especialidades por 25 euros- o con una sola mano, para llevar y comer sin pausa. Comience por su clásico 'tikka masala', equilibrado en especies y contundente, acompañado de arroz basmati como dicta la tradición. No se olvide de mojar un buen trozo de pan 'naan'.

Son de las pocas asadores que ofrecen pollo ecológico (por encargo previo, ep). Pero seguro que son la única asador que ocupa el espacio de un antiguo prostíbulo con barra americana. Curiosidades en banda: en la cocina encontraréis la Valentina y Javi (foto), madre y hijo. La razón de ser de la casa es un pollo amarillo catalán -destacan que a sus veinte días "es mucho más mayor que el de otros locales" -asado y suavizado con una salsa donde se mezcla manzana y aceite, un delirio tierno y sabroso para mojar pan, y en el que el pecho -la prueba de fuego- viene cargado de gusto (y la guarnición no son patatas, sino manzanas al horno, buenísimas). También hay un repertorio clásico de asador en la mejor de las versiones: escalivada, ensaladilla rusa, croquetas y macarrones, presentes en un menú de 10 euros -también para comer 'in situ'- donde la estrella, claro, es la cuarta de ave.

Esta es la visión del pollo asado de Eugeni de Diego, uno de los antiguos jefes de cocina de elBulli. En un local inspirado en las primeras asadores que hubo en Barcelona, encontrarás lo que él llama pollos caprichosos: cocinados durante dos horas con horno Josper, híbrido de alta cocina de asados y brasa de carbón. Además, está marinado con limón, tomillo y otras especies mediterráneas y acompañado de patatas asadas, bañadas en el jugo del pollo. A precios razonables: por menos de 9 euros tiene medio pollo con patatas (que también pueden llevar salsa de mole o curry rojo, en lugar de alioli). Tanto para comer como para llevar, reservar.