Xandri
Foto: Ivan Moreno Xandri
Foto: Ivan Moreno

Los mejores restaurantes de cocina tradicional de Barcelona

Famélica legión, levantad el puño y afilar el cuchillo

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En Barcelona aún quedan casas de comida donde se dignifica la cocina popular, donde patata y judía son un placer y no un castigo, y donde los guisos a fuego lento hacen domingo de lunes a viernes. Los restaurantes que os proponemos, os harán disfrutar de una variedad de platos tradicionales (como los mejores canalones) en un entorno familiar que se explica a través de varias décadas de historia: desde el fricandó de ternera con setas del restaurante Mà de Morter hasta los canelones de la cocina de María del Xandri del Poble-sec. Y si con estos lugares tan auténticos aún no tenéis suficiente, echad un vistazo a los restaurantes que representan la mejor cocina de Barcelona.

NO TE LO PIERDAS: los 50 mejores restaurantes de Barcelona

  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Comida sencilla, popular y perfecta si hay que coger fuerzas. Todo lo que hay del día está escrito en una pizarra. Una oferta amplia, con primeros y segundos de los que llamamos clásicos: los cocinan desde hace muchos años y tienen buena mano, por eso han fidelizado una multitud ingente de ciudadanos.

  • Sarrià - Sant Gervasi
  • precio 3 de 4

Un cartel de Barceló, de una de las últimas corridas de José Tomás, encima de una ristra de jamones Joselito. Barra de mármol, baldosas hidráulicas de cenefa profunda, techos altos, ambiente modernista. El Bonanova -desde 1964- rezuma clase por los cuatro costados y la cocina está a la altura de las circunstancias (y del precio, que pica). Buen producto de temporada, con brasa de carbón vegetal y trabajado con cariño.

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  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4

Del mismo modo que se ha recuperado el origen modernista de este histórico establecimiento, abierto en 1924, también se ha recuperado el patrimonio gastronómico original: una casa de comidas catalana. Merece una mención especial la extensa carta de vinos catalanes y la de cócteles con licores catalanes y con nombres dedicados a personajes de la tierra, como Joan Capri y Pere Gimferrer. Una apuesta única, moderna y del territorio.

  • Sarrià
  • precio 2 de 4
Casa Trampa
Casa Trampa

Casa Trampa es un clásico de Vallvidrera, más cerca del cielo que de la tierra. Un restaurante con solera, que se mantiene fiel a los platos que lo han popularizado -los guisantes, ¡el cordero! -, aunque, de vez en cuando, incorpora otros platos de temporada. Un lugar donde asegurar el tiro, para disfrutar de un ambiente familiar y casero, después de un buen paseo por Collserola.

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  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample
Windsor
Windsor

Cocina catalana en un espacio señorial, los bajos de una finca modernista del Eixample y con la opción de sentarse en la terraza-jardín. Aparte del menú gastronómico sorpresa -tres medios platos y postre- y el menú Mejores Creaciones -dos tapitas, cuatro medios platos y dos postres-, tienen una carta bastante extensa, con tapas que se permiten ligeros toques de creatividad y platos en los que mandan los productos de temporada. También se agradecen los menús veganos. 

  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Cocina de siempre, de mercado, con productos muy frescos. En un día cualquiera se pueden encontrar desde lentejas estofadas hasta conejo con setas, de sopa de galets o incluso pelota de ternera con guisantes. Sencillez efectiva, para chuparse los dedos.

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  • Catalana
  • Gràcia
  • precio 1 de 4
Cal Boter
Cal Boter

Restaurante de gran tradición gracienca, con un trato excelente y un 'bacallà a la llauna' para chuparse los dedos. El menú del mediodía es de mucha calidad. No encontraréis ninguna gran sorpresa, pero sí una cocina catalana excelente, y una gran variedad de platos como la butifarra, los pies de cerdo con caracoles o con gambas, y el bacalao a la 'grattacoglioni' (gratinado con alioli).

  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4
Ca l'Estevet
Ca l'Estevet

Sirven sesos de cordero rebozados, 'capipota' con pisto, albóndigas con sepia y gambas, y, estos días de frío, escudella y cocido. Son platos que no necesitan descripción porque lo único que hay detrás es un buen producto y una cocina presentada y servida sin filigranas. La comida se acompaña de una modesta carta de vinos, bien escogida. Los hay de catalanes y de Rioja. Juegan clásicos pero juegan bien.

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  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¡Fans incondicionales de la buena comida, os tenéis que sentar en una de las solicitadas tablas del Gelida ahora mismo! Morder la 'galta' de cerdo que preparan hará que os preguntéis cómo es que no habíais descubierto antes este mítico restaurante del Eixample. Tomad nota de los desayunos de tenedor: el 'capipota' es el plato estrella. Aquí no hay menú, sino una larga lista de platos de cocina casera que no llegan ni a los 6 euros.

  • Catalana
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 3 de 4

En 2019 -el año que el grupo Sagardi cumplía un cuarto de siglo, abrió el Cadaqués, un restaurante de homenaje a la cocina del Alt Empordà. Ganado en un bazar de los porches de Xifré, ofrece arroces con fuego de cepa y de chopo. ¡El otro puntal de la carta, claro, son el mar y montaña y el platillo (que no es un plato pequeño! Las raciones son para gente de vida!). Primitivismo de lujo, con el mejor pescado dentro de Roses, al margen de modas.

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  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4
Petit Comité
Petit Comité

El Petit Comité ofrece una carta muy inteligente y práctica, basada en una elaboración sencilla, sin pretensiones desmedidas, a partir de productos de muy buena calidad. Y, lo más importante, bajo la supervisión del chef Nandu Jubany. Arroces y cazoletas hechos al momento, canelones suculentos, delicias del mar y carnes de primera, como el fricandó de ternera con patatas fritas, convierten el restaurante del pasaje de la Concepció en una auténtica fiesta para los sentidos.

  • Catalana
  • El Raval
  • precio 3 de 4
Ca l'Isidre
Ca l'Isidre

Uno de los templos de la cocina catalana de Barcelona, toda una institución. Ahora lleva las riendas la hija, Núria Gironès, que apuesta por un servicio de los de quitarse el sombrero. Las paredes de Ca l'Isidre han visto grandes personajes de todos los sectores comiendo, por ejemplo, la que probablemente es la mejor tripa de ternera de la ciudad y un cabrito al horno antológico. La carta de vinos seguramente también es de las más aplaudidas de Barcelona: tiene más de 300 referencias.

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  • Catalana
  • El Poble-sec
  • precio 1 de 4

Desde finales de la década de los 70, Maria Xandri está a cargo de unos fogones que siguen fieles a los platos y a la esencia de una casa de comidas clásica, e incluso los precios son del siglo pasado: tres platos y postres por sólo 8,5 euros. Son versiones humildes, pero dignísimas de clásicos de la cocina catalana: canelones, capipota, lentejas guisadas... En consonancia, también la decoración y el mobiliario nos dan una sensación pretérita absoluta y, sin embargo, la estricta limpieza hace que parezca recién inaugurado. Hijo y nuera reparten platos con familiaridad y proyectan el negocio hacia un futuro mestizo: ahora los domingos nos proponen cocina peruana.

  • Catalana
  • Eixample
  • precio 1 de 4

Por el nombre puede parecer el último lugar de moda, una cadena americana o un pub decadente. Todo lo contrario: el Dirty Duck tiene casi 40 años, hacen cocina casera y de mercado, y lo llevan Emilio y Raquel, con ayuda de su hija. En el menú hay primeros como unas lentejas estofadas (¡deliciosas!) servidas con cucharón, pies de cerdo, callos y, por cuatro euros más, un cordero asado que se deshace como el chocolate. Raquel nos explica que las raciones de tortilla (3,80 euros) que se sirven a partir de las 8.30 h han controbuido a crear una clientela fija. Y ahora, la respuesta al misterio: Dirty Duck era el nombre del restaurante, donde iba a menudo un familiar del propietario que había vivido en Inglaterra. 

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  • Les Corts
  • precio 1 de 4

Josep Bonavida, jefe de Mà de Morter, fue cabeza de la partida de pescado de Fermí Puig y ha trabajado en varios restaurantes de clase y chup-chup. En junio de 2018, abrió Mà de Morter, un rincón cálido y sin ningún artificio muy cerca del Camp Nou. Dentro se juega al mismo nivel que el Barça en gastronomía, y con un menú de 11 euros con dos platos, bebida y café o postres. Entre las estrellas de la propuesta de comida: un fricandó de ternera con setas con salsita para mojar una barra entera y un arroz a la cazuela insuperable en jugosidad. Es tan bueno, que vale la pena recorrer media ciudad solo para ir a comer.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Se respira simpatía, alegría, barrio, buen humor. Desde San Antonio, Rafel, originario de Lleida, ya hace muchos años que lleva las riendas de este bar, hasta hace poco sólo lleno de ancianos que hacían el vermut al mediodía. Ahora, también de jóvenes que van a pasar las tardes o hacer el vermut el fin de semana. Y ¡qué contento que está en Rafael de ver juventud entre los clientes! Señal que la cocina casera aún interesa y tiene adeptos entre las nuevas generaciones. Buena teca y buenos tragos en can Rafel.

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  • Bares de tapas
  • El Poblenou

“Tenemos un pequeño don, que no se puede fingir”, dice Antonio Gutiérrez, en el Bar Andalucía. Se queda corto: en términos de bonhomía, Antonio es una fuerza de la naturaleza. Si tiene tiempo, al cabo de tres minutos ya te estará explicando que sus hijos no comen fruta porque no quieren pelarla. Este barazo, nada de barecillo, abrió en 1969, en el corazón del Poblenou fabril, y ha visto todas las transformaciones del barrio, siempre dando de comer y de beber a los currantes.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4
Bar Casi
Bar Casi

Paseando por la Gràcia empinada y desértica, a un paso de Travessera de Dalt, te sumerges en un bar de puerta opaca, repleto hasta los topes, en una calle desolada. Alucinas: paletas y familias japonesas comparten la barra de Casi, abierto en 1978. No tengáis prisa: disfrutar la atención de Xavi Montes –“Tete! Hace seis años que no venías pero te recuerdo”–y uno de los mejores menús de Barcelona en la franja de los 12 euros –sección cocina tradicional, guisados a fuego lento, potajes y dos entrantes siempre de verdura bien hecha– no tiene precio.

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  • Catalana
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4

Abierto desde hace 30 años por Pilar Ruiz y Manuel Baena, el Bar La Fusta está congelado en el tiempo, en el buen sentido. ¿Queréis saber cómo era un bar de menú impoluto en el 1988? Visitad este bar. Es un club social: la clientela fija cada día, la comida es humilde, pero honesta y bien hecha. Hacen un menú de medio día generoso y equilibrado: habas a la catalana, caldo, puré de verdura, boquerones frescos y una carrillera de cerdo excelente. Todo casero y hecho desde cero, postres incluidos. "Puede ser que tengamos poco márgen de beneficio, pero ofrecemos un servicio público", dicen. 

  • Catalana
  • El Raval
  • precio 1 de 4

Os cuesta encontrar un buen restaurante de cocina casera por el centro? Normal, pocos han sobrevivido. Romesco, a pocos metros de la Rambla, os dejará boquiabiertos con su ritmo frenético y una profesionalidad de bar madrileño. No os preocupéis por la falta de menú del día, con los platos hechos y la carta podéis pedir lo que os apetezca sin sufrir por la colleja. Dejaos caer en la trilogía bacalao-fricandó-escudella y os entrarán ganas de besar al cocinero. El orujo de café está delicioso.

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  • Española
  • El Poble-sec
  • precio 1 de 4

Este reducto de mesas de fórmica ofrece cocina familiar extraordinaria a Parlament desde hace 75 años. El capitán de este "dream team" es Pere Vives, primo de José María Gol, quien es el propietario desde 1966 y al que todavía veréis con una sonrisa tras la barra. No hacen menú, sino platos que cambian según el día; no suelen fallar las mejillas, los caracoles, el "cap i pota", los riñones, ni el arroz del jueves, entre otras lujurias. Los comercios del barrio y los vecinos los conocen muy bien, y son clientes habituales.

  • Catalana
  • Navas
  • precio 1 de 4

El padre de Máximo abrió hace 53 años un bar-bodega que más tarde se convertiría en restaurante y el establecimiento resiste en Navas, sirviendo comidas a una clientela que viene desde hace dos décadas. Elaboran paellas por encargo y platos "de siempre y para los que les gusta comer cocina normal", dice Máximo: escudella, estofado, mejillas y pies de cerdo, codillo (bueno), espinacas a la catalana, berenjenas rellenas... En el menú siempre hay la opción de ensalada y patatas fritas; obedecemos y no dejamos ni una en el plato. 

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  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
Morryssom
Morryssom

Aquí comparten mesa paletas y jueces, explica el propietario, Pedro Sausor. Y no es una boutade: mientras como veo el egregio Joan de Sagarra tomando un Jameson mientras encarga mesa para cuatro. El Morrysom debería ser declarado patrimonio: precios minúsculos para una cocina casera de raíces distinguidas. Sausor, que cogió el restaurante en 1974, de jovencito pasó por las grandes cocinas burguesas de Barcelona.

  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Comidas caseras. Ya son pocos los lugares que pueden definirse así, como Can Vilaró. Un histórico, un clásico, un auténtico. Ubicado frente al majestuoso y renovado mercado de Sant Antoni, Sisco y Dolors reciben diariamente como en casa toda una legión de clientes fieles que ya saben qué elegir. Sin menú, solo una carta de precio muy atractivo y platos del día.

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