Santa Marta, Barceloneta
Maria DiasSanta Marta
Maria Dias

Locales de Barcelona que han cerrado y echaremos de menos

Tiendas, bares, restaurantes y espacios culturales de Barcelona que no volverán a subir la persiana

Mireia Deu
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Tras varios meses cerrados por el confinamiento, no todos los comercios de la ciudad han logrado sobreponerse, algunos han tenido que bajar la persiana para siempre. Desde cines hasta restaurantes emblemáticos pasando por tiendas de toda la vida se han visto obligados a cerrar. La crisis sanitaria ha acabado con algunos establecimientos de la ciudad y otros tienen dificultades para seguir adelante por distintos motivos, como la jubilación de los propietarios. Todos ellos han dejado huella y sabemos que con su cierre se llevan un pedazo de la esencia de Barcelona.

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  • Salas de cine
Cines Texas
Cines Texas

Las restricciones y las limitaciones en el aforo han supuesto el golpe definitivo para sectores ya muy debilitados antes de la crisis. El cine es uno de ellos. Las salas de los míticos Texas no han vuelto a proyectar desde el pasado mes de marzo. El director, Ventura Pons, ha asegurado en el diario 'L'independent de Gràcia' que "ha hecho lo posible por mantener las salas abiertas", aun así el estrago de la pandemia no lo ha permitido. Los vecinos de Gràcia quieren recuperar el proyecto y han iniciado una campaña para recoger firmas e intentar salvar así los cines Texas. 

  • Italiana
  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

El Santa Marta era el lugar ideal de la Barceloneta para hacer el vermú: a pie de playa, con una terraza espléndida y espaciosa, y tan cerca del mar que tenías la sensación de que te lamería una ola. Durante años fue propiedad del veneciano Mauri -quien también fue socio del Xemei- y sus 'spritz' y cervezas bien tiradas -a precio local- eran toda una garantía en un barrio turístico. Adiós también a sus buenísimos sándwiches italianos con pan blanco (los 'tramezzini'), las piadinas y las pizzas. Cuando se disipe la niebla de la Covid-19 lo echaremos mucho de menos

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  • Salas de cine
  • Eixample

Las emblemáticas salas de la calle Villarroel se han visto obligadas a echar el cerrojo. Después de 24 años reproduciendo grandes clásicos, películas alternativas y versiones originales, los Méliès fueron de los primeros centros culturales de Barcelona en cerrar. Las salas de Carles Balagué, míticas en la ciudad, han recibido reconocidos premios a lo largo de su recorrido. Desde 1996, los cines sobrevivieron a dos crisis: una inundación y un incendio. Ahora su recuperación, con un bajo número de espectadores, es inviable y Barcelona tiene que decir adiós a otro lugar simbólico. 

4. Side Gallery

En el número 80 de la calle Enric Granados estaba, desde 2015, la Side Gallery. La galería estaba especializada en el diseño histórico latinoamericano. Aunque también prestaba atención al diseño español del siglo pasado, así como al diseño contemporáneo internacional. 

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  • Surasiàtica
  • Gràcia
  • precio 1 de 4
Kuai Momos
Kuai Momos

Después del sábado 23 de enero este pequeño y delicioso restaurante asiático de Gracia ya no volverá a levantar la persiana. Jordi Brau, cocinero, hotelero, hijo de catalán y italiana y viajero, vivió siete años en el Sudeste asiático, donde una tibetana refugiada en Nepal le permitió compartir fogones en un puesto de un mercado. La curiosidad, el saber vivir y el buen gusto hicieron el resto y durante casi diez año compartió su amor por la gastronomía oriental en el Kuai Momos. La pandemia, sin embargo, le ha obligado a cerrar el local.

  • Tiendas
  • Librerías
  • Dreta de l'Eixample

Desde fuera parecía una tienda de París. O de Nueva York. Desde dentro, también. Esta es la magia que tenía la 'concept store' de Jaime Beriestain. El diseñador e interiorista fue uno de los primeros en anunciar su cierre después de siete años de actividad. En un vídeo, compartido en Instagram, contaba que el ritmo de las vendas habían caído hasta el 40% desde octubre de 2017. Desde entonces, la remontada no ha sido posible.

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  • Cafeterías
  • El Gòtic

El sector gastronómico ha sido otro de los grandes afectados por la pandemia. El emblemático Schilling Café-Bar, en la calle Ferran, bajó también la persiana. Después de más de un siglo de historia, el local había sobrevivido a todo tipo de cambios. Supo adaptarse a modas, enfrentarse a prejuicios y conservar la tradición y el olor a café austríaco. Las puertas del Schilling cierran pero en sus altos techos, paredes y estanterías sobrevivirán los recuerdos de más de cien años de historia. 

  • Surasiàtica
  • El Poblenou

Cal Cuc ha cerrado permanentemente. El Grupo Mosquito ofrecía en este local de Poblenou –además de toneladas de espacio, simpatía y una terraza fenomenal– una carta de grandes éxitos de la gastronomía del sud-este asiático más que solvente y a precios populares. Por unos míseros 12 euros por cabeza te quedabas satisfecho y feliz. Llegarán otros restaurantes asiáticos al barrio, pero seguro que ni tan buenos ni simpáticos como este. Los vecinos lo echaremos mucho de menos.

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9. Monvínic

El restaurante, situado en las cercanías del Paseo de Gràcia, era reconocido por sus comidas de ensueño acompañadas de una extensa carta de vinos. Monvínic ya no volverá a abrir sus puertas y esto es una mala noticia para los amantes de la gastronomía. El local, que estaba considerado como uno de los templos del vino en la ciudad, llevaba varios años sumando pérdidas y la pandemia ha hecho imposible su supervivencia. Aun así, queda esperanza para los apasionados del vino: en Monvínic Store (Diputació, 251) se puede encontrar una gran selección de vinos, tanto del país como de cualquier rincón del planeta. 

  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 3 de 4
Sergi de Meià, uno de los chefs más comprometidos con el producto de proximidad y la filosofía radical Km 0 en Barcelona, anunció que cerraba el local. Durante seis años, De Meià ha ofrecido una cocina catalana creativa de temporada con lo mejor del territorio. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, ya que el propio chef ha dicho que "la crisis de la Covid- 19 solo ha acelerado una decisión que ya estaba tomada".  
 
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11. Mercè Vins

En el corazón del Gòtic se escondía Mercè Vins, un restaurante de toda la vida de comida casera. El establecimiento era uno de los pocos que quedaba orientado al cliente local (aunque acogía con idéntica hospitalidad a todo el mundo, claro). El menú cambiaba cada día y entre sus platos podíamos encontrar desde una crema de calabaza hasta una ensalada, pasando por una butifarra catalana con patatas al ajillo. Casi 40 años después de su apertura, la propietaria y cocinera, Mercè Boadas, pensaba en jubilarse a finales de 2021, pero la crisis ha acelerado el proceso.  

12. Madeleine Mon Amour

En este elegante restaurante –salón de té francés con estilo art déco y aires románticos–, podías comer desde una pasta francesa en forma de concha hasta una cena a base de 'madeleines', patés y quesos. El restaurante aportaba la esencia 'french touch' de París a Barcelona. Su café tenía fama de ser de los mejores de Poblenou y aun así, el local empezó a mediados de mayo con un cartel de 'Se alquila'. 

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  • Japonesa
  • Eixample
  • precio 3 de 4

El grupo de restauración asiática Shiaadi adquirió el Shibui, todo un clásico de la gastronomía japonesa en Barcelona. La intención de este restaurante era "modernizar la gestión y la carta con la apertura a las nuevas tendencias internacionales, precios contenidos y excelencia, con menú de mediodía a menos de 20 euros", decía el grupo. Después de casi dos décadas, el tradicional japonés con un toque innovador ha bajado la persiana de forma permanente. 

  • Surasiàtica

Gutai BCN era un gastrobar asiático que reunía un buen número de platos asiáticos con espíritu de comida callejera y hermanados con Occidente. Resaltaban por su famoso postre a base de rollitos de chocolate con mascarpone. Su carta era muy variada, a precios interesantes y con una coctelería marciana que acompañaba muy bien las veladas. Una cocina descontextualizada muy original que, sin duda, echaremos de menos.

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  • Barcelona

Ubicado en la zona alta de Barcelona, en el número 130 de Laforja, encontrábamos una joya para los amantes de la buena comida. El chef Carlos Novo apostó en su momento por la creación de platos nuevos a partir de ideas extraídas de  sus viajes. Ahora, Novo cierra su primera experiencia como encargado de restaurante aunque estamos seguros de que aún le queda mucho camino por andar en su carrera en el mundo de la hostelería.  

  • Mediterránea
  • El Gòtic

Adiós a las columnas estriadas, ninfas de bronce, lámparas de globo suspendidas, paneles de madera y a la música de piano que acompañaba la velada y que ayudaban a replicar un clásico ambiente parisino en El Gran Café. Su cocina se caracterizaba por conservar el sabor tradicional de los platos catalanes. En su carta podíamos encontrar desde la mítica 'tarte tatin' hasta el magret de pato. Fundado en 1920, uno de los emblemáticos cafés de Barcelona se despide ahora de la ciudad debido a la crisis que ha generado la pandemia. 

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  • Estadounidense

El NBA Café, ubicado en la Rambla, cerró en mayo. Este templo del baloncesto ocupaba 1.200 m² y era una visita obligada para los amantes de la mejor liga del mundo y de la cocina de brasa al estilo americano. El lugar estaba repleto de fotografías de las estrellas americanas y de televisiones que recordaban los momentos memorables de la liga. Era el único espacio en toda Europa que abrió la NBA. Ahora es otro local más que cierra por el coronavirus.

  • Música
  • El Raval

El Piscis era un altar kitsch, uno de los enclaves canallas más indomables de la ciudad: su sala con luces rojas y sofás de escay deberían haber sido proclamados patrimonio de la Humanidad. Lamentablemente, el local nocturno y fiestero ya ha cerrado. Sin embargo, los propietarios tenían ya edad de jubilarse así que la pandemia solo ha acelerado lo que era previsible. 

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  • Les Corts

Atsushi Takata es un 'sushi master' de aspecto juvenil, con mucha experiencia, que preparaba un sushi fenomenal en La Cuina de l'Uribou De noche ofrecían precios amigos y recetas catalano-japonesa: ¡temaki de xató! El restaurante abrió sus puertas en 2011 y hasta el pasado 14 de agosto, cuando decidieron bajar definitivamente la persiana, había conseguido posicionarse como uno de los japoneses referencia de Barcelona. 

  • Locales de noche
  • Clubs
  • El Parc i la Llacuna del Poblenou

La Sala Rocksound, uno de los garitos nocturnos más emblemáticos del barrio del Poblenou, cerró las puertas el pasado 4 de octubre. Aunque el final de la sala era ya muy predecible: el proyecto urbanístico de la zona había condenado al Rocksound a un final seguro. Por suerte, no todo son malas noticias y los propietarios no descartan abrir de nuevo un local, eso sí, en otra localización. 

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  • Hamburguesas

Seguro que si sois fans de las hamburguesas y habéis visitado Irlanda habíais oído hablar del Bunsen, local que abrió en 2013. En Barcelona, inauguraron en 2019 en una esquina de la calle Ferran, cerca de la plaza de Sant Jaume. Eran reconocidos por sus hamburguesas con carne irlandesa, preparadas cada mañana en el local y solamente aderezadas con pimienta y sal. Sin embargo, el entusiasmo y empeño de Bunsen no ha sido suficiente para la supervivencia del restaurante. 

  • Fuera de Barcelona

El Ace Cafe Barcelona abrió sus puertas en 2016 con el objetivo de recuperar la pasión por el motor y la cultura 'racer' del Ace Cafe original. El primero fue un 'Greasy Spoon' con surtidores de gasolina a las afueras del Londres sesentero, un lugar de reunión de los Ton-Boys originales, también frecuentado por los mods de la época. Ahora, su filial barcelonesa se convierte en otro de los emblemáticos que se suman a la lista de cerrados por la Covid. 

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23. Aquí Sí

El bar de tapas y restaurante anunció su cierre después del confinamiento. El local, de dos jóvenes propietarios, abrió el 14 de marzo de 2019. Los dueños decidieron dejar sus respectivos trabajos en hostelería para emprender su negocio soñado. Lamentablemente, la crisis del coronavirus no les ha permitido casi ni despegar y ahora probarán suerte, de nuevo, en el terreno de la hostelería. 

24. Horno Caballol

En Les Corts encontrábamos el Horno Caballol, un establecimiento histórico, abierto en 1921. Su cierre es una lástima porque el próximo año hubieran cumplido un siglo de existencia. Sus propietarios anunciaron el fin del local con un cartel que decía: "El horno cierra las puertas definitivamente. Juntos hemos hecho que el establecimiento sea centenario". En el local se podía encontrar todo tipo de panes, pero por lo que realmente será recordado el Caballol, es por sus croissants y hogazas.

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  • Tiendas
  • El Raval

Muy cerca del MACBA se ubicaba La Varieté, una tienda con esencia artesana de piezas procedentes de Bangkok en clave contemporánea. Moda, complementos y ropa de estar por casa era lo que se encontraba en la pequeña tienda del Raval. Después de diez años, el establecimiento dice adiós al barrio y es que los meses de parón durante el confinamiento le han pasado factura. Aun así, no está todo perdido para los amantes de La Varieté porque los propietarios, Raquel Muntal y Ricard Commeleran, siguen con la tienda online. Además no descartan poder abrir tienda física en un futuro: eso sí, fuera de Barcelona. 

26. Pianos Puig

El barrio de Gràcia ya no escuchará más la música de los Pianos Puig. "Entre la crisis económica, el coronavirus y la edad, al final cierro, pero mantengo mi oficio de afinador", cuenta el propietario en una entrevista para la 'La Vanguardia'. Después de veinte años abiertos, el local debe cerrar porque el mercado de venta de instrumentos ha caído en picado. Los pianos y artículos musicales que le quedan en el almacén se venderán con un 30% de descuento hasta agotar existencias.

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  • Tiendas
  • Librerías
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
Espai Contrabandos
Espai Contrabandos

El Espai Contrabandos era una asociación de editores independientes de libros políticos que se creó a partir de la unión de 17 editoriales. Cada una disponía de un rincón para vender sus publicaciones, aunque también podíamos encontrar contenido de otras editoriales externas. Contrabandos era, más que una tienda, un oasis para leer y descansar. En los últimos tiempos, el espacio acogía a una cincuentena de sellos editoriales independientes. Sin embargo, el 25 de junio anunciaron su cierre después de estar instalados allí desde 2015. Buenas noticias: los socios no descartan volver a abrir, en otro lugar, con un proyecto parecido. 

  • Tiendas
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera

Para los amantes de lo vintage, Gidlööf era una mina. Se podían encontrar muebles escandinavos de los años 40 y 50. Además de sillas, mesas, butacas y juegos de café. Estocs que los propietarios, Sophia y Guim, se encargaban de reponer cada tres meses con visitas a Suecia. Aunque volvieron a abrir el local en mayo, Gidlööf anunció pronto la liquidación por cierre. Después de casi una década en el Born, la tienda ha cerrado permanentemente.

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  • Tiendas
  • Dreta de l'Eixample
Castañer
Castañer

El grupo familiar Castañer, de la diseñadora de zapatos Cristina Castañer, cierra su tienda de la calle Rosselló. "La crisis de la pandemia solo ha acelerado el proceso", dijo la diseñadora tras anunciar el cierre del local. Aunque la 'flagship' de la compañía baja sus persianas, el resto de tiendas del grupo seguirán abiertas.

  • Tiendas
  • Zapatos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
24 Kilates
24 Kilates

No todas las tiendas pueden alardear de haber firmado colaboraciones con New Balance, Ellesse, Saucony o Rocksmith, ni de estar detrás de una veintena de modelos singulares. 24 Kilates, una de las instituciones de deportivas a la ciudad, podía hacerlo. Aquí eran especialistas en ediciones limitadas aunque podías encontrar otras de más sencillas y populares. Ahora son historia. 

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31. Olla de Framir

Después de 50 años de trabajo, ha cerrado puertas la tienda de legumbres y de comida para llevar l'Olla de Framir (Xuclà, 19) en ese eje de tiendas de alimentación autóctonas y naturales que sobrevive a duras penas en el Raval. La vecina y periodista Montse Majench nos da el aviso. Según explica, "una inversora extranjera ha comprado el edificio, y baja la persiana por culpa otra vez de la especulación inmobiliaria, que nos deja sin el pequeño comercio de proximidad que tanto dicen querer fomentar". Y añade que l'Olla "podría estar incluida en el listado de servicios sociales del barrio. Mari Carmen, una cocinera excelente de origen gallego, nos alimenta desde hace 50 años. Hacía los platos de la abuela, de cada día, con cuidado y rigor, verdura, lentejas, crema de verdura, carrillera de cerdo y el famoso escalope de pollo relleno de espinacas a la crema a precios populares".

32. Restaurante Sagarra

Situado en el número 9 de la calle del Xuclà, a solo dos pasos de la Rambla, encontrábamos el restaurante Sagarra. Un emblema del Raval que ha trabajado veinte años para los vecinos del barrio y que también se ha visto afectado por esta pandemia. El negocio familiar apostaba por el menú de la cocina catalana, con unos arroces y guisos abundantes y de buena calidad. Bajó persianas en marzo y ahora vuelve a cerrar con esta segunda ola, aunque esperamos que no terminen aquí los veinte años de carrera dentro de la hostelería.

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  • Mediterránea
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4

Barcelona disfrutó del primer restaurante en oscuras del sur de Europa. Dans Le Noir formaba parte de una cadena que tiene restaurantes en Londres y Moscú y ofrecía una cena sensorial totalmente a oscuras, en la que los camareros eran invidentes que nos guiaban a través de un menú cerrado. Era una experiencia tan única como sobrecogedora, y muy recomendable, pero una propuesta así de singular y especializada no pudo resistir la crisis galopante.

  • Catalana
  • precio 1 de 4
Piolindo
Piolindo

En los tiempos de desarrollismo en que empezaron a abrir pollerías a troche y moche, el local que más pollos asó fue una cooperativa gallega que, además de criarlos, abrió dos locales en Barcelona donde comprarlos hechos. Uno en Marià Cubí y el otro, el primero, en el barri de San Pere. Y de hecho este último Piolindo subsistió de manera digna el envite del turismo y la gentrificación, pero no pudo con la Covid-19. Era una tienda de comida para llevar con comedor, vaya, De evidente modestia: comían paletas y jubilados –especies en peligro de extinción en el barrio– con un menú de mediodía a 9,90 € (12 € el fin de semana) más que digno y bien preparado, que valía la pena. Sobre por un bacalao a la llauna decente, y un pollo asado jugoso. 

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35. Otros comercios que han dicho adiós

Otro comercio que se ha visto obligado a cerrar ha sido Arlequí Màscares, la histórica tienda de máscaras de la calle Princesa. También echó el cierre Espardenyes, establecimiento situado cerca de la Sagrada Familia y con 30 años de negocio. Otro que se ha despedido de sus clientes ha sido la tienda de ropa Actitud BCN, situada en la calle Gombau, en el Gòtic. 

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