Desde fuera parece una tienda de París. O de Nueva York. Desde dentro, también. Esta es la magia de las 'concept store' de autor: simbolizan cómo de vasto y cosmopolita es el imaginario estético de su creador. La de Jaime Beriestain lleva su nombre y está en Barcelona, en la Derecha del Eixample, en los bajos de un edificio novecentista.
El interiorista chileno ha jugado fuerte en esta nueva aventura. Quería un espacio único, que reflejara su personalidad y sus gustos. Lo que él entiende por belleza. Sin filtros. Con honestidad. Es un enamorado de las flores naturales. Por eso vende rosas rojas, calas amarillas, tulipanes rosadas. También le gusta leer. Por eso tiene una pared donde exhibe libros de moda como si fueran obras de arte. El apasiona la cocina. Por eso hay un rincón gourmet: aceite de trufa, chocolate, sal. Incluso alcaparras. Nunca faltan en su nevera. Como tampoco faltan en su mesa las servilletas de tela. Por eso vende menaje del hogar. Tiene debilidad por los muebles y los objetos decorativos vintage. Y también por los de diseño. Bajo su nombre edita sillas, alfombras, toallas y velas. Jaime Beriestain es él, el espacio y el producto.
Pasear por esta 'concept store' te pone en alerta los cinco sentidos. Te puedes enamorar del tacto de un cojín o del olor de un jabón de manos. Y comprártelos. Te puedes enamorar de un escritorio del siglo XIX o de una cocina de diseño. Y soñarlos. Es disfrutar de un viaje estético con final feliz porque la tienda se transforma en cafetería-restaurante-bar de copas.