Cabaña Marconi
Cabaña Marconi
Cabaña Marconi

Terrazas bonitas y muy verdes en Madrid para disfrutar en verano

Patios, jardines semiescondidos, mesas a pie de parque para descubrir y tomar algo con amigos o comer con toda la familia

Gorka Elorrieta
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A los madrileños nos encantan las terrazas. Las hemos buscado a pie de calle, pero si quieres subir a una azotea también hemos seleccionado las que tienen las mejores vistas. Ya puede estar diluviando o nevando que, si nos preguntan, siempre preferiremos sentarnos al aire libre a tomarnos unas cañas. Pero mejor si hace buen tiempo, y mejor si hay agua que refresque el ambiente cerca de las mesas. Entre bares y restaurantes, hemos elegido las que nos parecen las más bonitas de Madrid, ya sea por su decoración, por los lugares en los que se encuentran o por las vistas que ofrecen. Algunas son imprescindibles en todos los listados de terrazas de Madrid, otras son mucho menos conocidas e, incluso, alguna acaba de (re)abrir sus puertas.

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  • Comer

Productos de temporada, mesas al aire libre y la buena mano de Iván Sáez (igual le conocéis por el desaparecido Desencaja) son reclamos más que suficientes para reservar donde quiera que esté. Pero es que la tranquilidad y la panorámica que ofrece este lugar son únicas en el panorama de terrazas verdes en Madrid. Y no hablamos de un patio secreto sino de un rincón culinario dentro de una extensión 25 veces más grande que el parque de El Retiro.

Uno de los restaurantes que más elogios ha cosechado en Barcelona entre clientes y profesionales del sector, recaló hace ya un tiempo en el elegante hotel Santo Mauro, no para ponerlo patas arriba, pero sí sin perder la esencia más desenfadada y carismática con la que el extraordinario trabajo de Rafa Peña se ha convertido en un 'must' culinario en la Ciudad Condal. De hecho, se trae al emblemático palacete de Chamberí algunas de sus señas de identidad, como su legendario bikini (pan de miga de masa madre, panceta curada, queso Comté y finas lonchas de lomo y todo marcado a la plancha) o su querencia por los vinos naturales y orgánicos. Peña cambia de escenario, pero no de registro y ese juego entre sus platos y la cubertería clásica de plata nos resulta de lo más interesante y prometedor. 

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  • Comer

Llevan casi una década conquistando comensales en el norte de Madrid con un gran comedor acristalado y una terraza a la sombra de grandes árboles que enamora a sus vecinos de La Moraleja, pero también a quien busca escapar del asfalto de la capital. Es sentarse en una de sus mesas y bajar las pulsaciones. Reina el ambiente relajado en todos los espacios, tanto interiores como al aire libre, de Cabaña Marconi. Y eso ya es excusa suficiente para acercarse a este oasis entre encinas centenarias, cocina internacional y mucho cóctel al atardecer (de hecho, en 2021 se convirtió en uno de los 25 restaurantes con terraza más reservados según la plataforma The Fork).

De las terrazas bonitas que nos gustan en Madrid ya os hemos dado una selección. También de azoteas y de patios escondidos... Todo son buenos rincones para disfrutar la temporada estival en la ciudad. Pero acabamos de descubrir una novedad en un conocido parque en el distrito de Chamartín. Un 2x1 porque tienen un amplio espacio interior acristalado (perfecto para otoño/invierno) pero también muchas muchas mesas repartidas junto a los árboles. El Parque de Berlín, al que ya se asoman las terrazas de otros restaurantes y siempre están animadas, acaba de recibir un nuevo inquilino. Uno donde se llevan las cañas, el tapeo más castizo y el aroma de las brasas.

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  • Comer

Buen plan para quedadas con amigos (y comer con niños porque ofrecen un menú infantil con tres primeros y tres segundos) cualquier finde de verano antes o después de las vacaciones. Una terraza bajo los árboles (y los parasoles) que no está ni a orillas del lago de Casa de Campo ni es un kiosko de Madrid Río o el parque del Retiro. Pero sus responsables saben un rato de dar de comer al aire libre. Son, lo dicen ellos mismo, un grupo de restauración de referencia en entornos naturales. Y eso vale para Madrid y Cádiz, donde además las vistas de sus locales se orientan hacia el horizonte marino.

  • Comer

Dentro el club privado las Encinas, pero accesible también para los no socios previa reserva (los sábados y domingos el servicio de comida tiene aforo limitado para los no socios), se despliega una terraza sobre un pequeño y bucólico lago. Se encuentra a veinte minutos de Madrid, en Boadilla del Monte, y puede ser un plan perfecto para descubrir con la familia cualquier fin de semana. El espacio, un tres en uno (restaurante, chill out y beach club) de manual, se despliega en un entorno idílico y sosegado y funciona para ir a comer o cenar igual que para ir a tomarse una copa al atardecer. De sus fogones salen platos mediterráneos, pero también hacen algún guiño internacional reconocible (un taco por ahí, una alga wakame por allá). Su fuerte quizás sean los platos de pescado y las carnes a la brasa, aunque la carta está diseñada para contentar todos los gustos (también los de los más pequeños). Hay desde arroces a hamburguesas, pasando por un cachopo o unos torreznos a baja temperatura. 

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  • Italiana
  • Barrio de Salamanca
  • precio 3 de 4

Sandro Silva y Marta Seco, creadores del exitoso Grupo Paraguas, son los propietarios de este restaurante italiano que mantiene la línea burguesa y cosmopolita de la casa y que lleva el nombre del segundo rey de Roma. Y ellos van camino (si no lo han hecho ya) de levantar su propio imperio gastronómico. Como no podía ser de otra manera, el local viste un interiorismo epatante y evocador, cuenta con una de las terrazas de Madrid en las que te quedarías a vivir y una bodega a la altura con más de un centenar de referencias del país vecino.

  • Comer

Hemos cazado otra sorpresa para nuestra selección de patios escondidos, esos chivatazos para tirarte el rollo con quien quieras. Uno de los hoteles históricos de Madrid, que cumple 70 años este curso, acaba de reabrir -y lo hace con un buen puñado de novedades- su rincón más apetecible, un oasis secreto donde todo es paz y verdor. Una preciada calma en mitad del bullicioso Paseo de la Castellana, el lugar más querido para Ava Gardner cuando se alojaba aquí.

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El espacio no es nuevo pero la atmósfera y la oferta se ha renovado por completo. Y luce espléndido. En el corazón de la Fundación Juan March (no nos perdemos ni una de las exposiciones que programan) se oculta un precioso café abierto casi a todas horas y todos los días de la semana. Es un rincón tan chulo que puedes venir sin la excusa de visitar la última muestra que cuelgue en ese momento de sus paredes. Y cuenta con una terraza que está en el Patio de esculturas. Su entrada es a través de la tienda, en la planta baja del edificio. 

  • Comer

El Gran Café del Espejo reaparece, como merece, una de las más emblemáticas terrazas de Madrid. Reabre con una oferta para comer y beber que quiere darle aún más de brillo a esta singular joya arquitectónica, ejemplo histórico del art nouveau en la capital. Un lugar centenario que se diseñó al estilo de los cafés literarios del siglo XX y que casi casi pasaba desapercibido para los madrileños y paseantes que van arriba y abajo por el bulevar del paseo de Recoletos. Hay que pararse en el número 31, a un paso del famoso Café Gijón.

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