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El Gran Café del Espejo reaparece, como merece, una de las más emblemáticas terrazas de Madrid. Reabre con una oferta para comer y beber que quiere darle aún más de brillo a esta singular joya arquitectónica, ejemplo histórico del art nouveau en la capital. Un lugar centenario que se diseñó al estilo de los cafés literarios del siglo XX y que casi casi pasaba desapercibido para los madrileños y paseantes que van arriba y abajo por el bulever del paseo de Recoletos. Hay que pararse en el número 31, a un paso del famoso Café Gijón.
Horario y platos para disfrutar en el renovado Gran Café del Espejo
Junto al maravilloso pabellón modernista que da nombre al espacio, se arraciman un buen puñado de mesas en su bonita y elegante terraza bajo los árboles. Vale para cualquier plan porque abren cada día desde las 9.00 hasta las 01.00 h. Vamos, que podéis ir a desayunar o despedir el día brindando con un cóctel. De hecho, luce al sol su oferta mañanera, buen plan para los fines de semana: desde unas clásicas tostadas de jamón ibérico o salmón y aguacate hasta cruasanes recién horneados (con rellenos dulces o salados), bagels o un brioche con huevo escalfado.
Pero no os podéis perder la sección dulce. La firma Paco Torreblanca, uno de los mejores pasteleros del país. Y aquí podéis disfrutar de su torrija de brioche o su cheesecake de camembert aunque, claro, la carta exhibe otras opciones igual de tentadoras.
En la parte salada, nada como empezar con una ostras y copa de espumoso pero hay para todos. Una propuesta sencilla, reconocible y con producto de categoría como las lechugas vivas y los tomates de Tudela de la huerta de Floren Domezáin,. Se puede venir para un picoteo ligero, a compartir unas tapas pero también a sentarse tranquilamente en su mesas redondas para comer platos mayores, de los que piden sobremesa, como un pollo picantón, una carrillera ibérica guisada a la antigua o una hamburguesa con salsa de bacon e inyectable de cheddar en pan brioche.