¿De qué va? Las paredes del MACBA, siempre de un blanco inmaculado, casi quirúrgico, se han teñido de azul marino y naranja para la ocasión. La exposición dedicada a Mari Chordà, un icono del feminismo y del arte catalán, es una muestra de como los museos empiezan a valorar su obra, inseparable de la lucha feminista, y a darle el protagonismo siempre ha merecido.
¿Por qué hay que ir? Para pasear entre piezas que muestran vaginas, secreciones y cuerpos gestantes, que Chordá pintó en el período gris del franquismo tardío y la transición. Son una demostración de su carácter lúcido y su visión feminista, que la llevó también a participar en las Primeres Jornades Catalanes de la Dona, fundar una editorial feminista y abrir un bar con las amigas. Hemos querido plasmar su gran personalidad en esta entrevista.