La gastronomía de un lugar no es solo el producto, la técnica y las recetas. También influyen los lugares donde se desarrolla y se cuece, su ruido, los olores, el comportamiento de las personas. Quiem de la Boqueria es un ejemplo claro de ello. Id muy temprano por la mañana y comed unos huevos fritos con setas, un 'capipota' o un pescadito frito rodeados de gente que transporta carne, pescado y verduras, y el carácter animado de Quim Márquez y de los suyos. Y entenderéis qué es el Mediterráneo. Después más de 20 años al pie del cañón, todavía sorprende con platos como el risotto con rabo de vaca.
Hay mucho por descubrir en esta calle emblemática, por la infinidad de tiendas que hay a lo largo del paseo y también en lo que se refiere a comida. No hay que caer en el engaño de las malas tapas a precio de oro cuando vas paseando por La Rambla. En este paseo hay una gran variedad de restaurantes y se puede encontrar de todo: desde pizzas, tapas innovadoras, comida catalana y española, dulces, bares y terrazas con encanto, hasta un producto de calidad dentro de la Boqueria. Recarga tus pilas después de pasear por el casco antiguo o después de una sesión de compras en las tiendas originales y curiosas del centro en unos de estos buenos restaurantes.
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