El Amaya, uno de los establecimientos emblemáticos de la Rambla, se ha ganado la fama por algunos de sus platos históricos, especialmente por la corvina a la donostiarra, ahora convertida en una lubina al estilo de Santurce, o el rabo de buey, una de las mejores de Barcelona. Su carta es famosa por los platos de caza, que empiezan a brillar estos días, como cada año cuando llega la fecha en que se abre la veda.
El Amaya ofrece siempre una cocina abierta a todas horas, y además no cierra ningún día del año. Casi todos los platos de la casa se pueden saborear en versión tapa. Arroces, pescados y carnes son especialidades siempre vigentes. Destacan sobre todo el lomo de merluza Amaya, el txangurro a la donostiarra, el solomillo al estilo del Café de Paris y la media de buey fileteado con sal rosa del Himalaya, de un kilo, para compartir. Cuentan con una excelente y amplia bodega, y con un servicio exquisito.