L’Artesana (Sant Martí)
Scott Chasserot | L’Artesana (Sant Martí)
Scott Chasserot

Los mejores menús de mediodía de Barcelona

Comidas de lujo para ser feliz entre semana, y por menos de 20 euros: producto fresco, todo hecho desde cero y mucho amor por comensal

Ricard Martín
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Si en las distancias cortas era cuando un perfume se la jugaba, con los restaurantes esto ocurre con los menús de mediodía. Quien más, quien menos, ya no puede prescindir de esta fórmula. Y aunque en ciertos casos esto ha provocado un recorte de calidad para aumentar el margen de beneficio, en muchos otros ha provocado una competencia feroz a la hora de ofrecer el mejor producto y elaboración. El placer es nuestro. A disfrutar. Y si lo que queréis es beber fino, os dejamos aquí esta selección con los 100 mejores bares de Barcelona

NO TE LO PIERDAS: Los 50 mejores restaurantes de Barcelona 

Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market reúne la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. En Barcelona está en la terraza-mirador del Maremagnum, en un espacio, de 5.250 metros cuadrados, que acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre, con vistas espectaculares al mar y la ciudad. La elección de cocinas es una representación de la diversidad gastronómica de Barcelona, ​​desde los arroces y la cocina catalana, hasta la carne y el pescado más selectos, pasando por la pizza, los tacos, las hamburguesas, las tapas... Es un concepto flexible que te permite comer a medida, a la hora que tú quieras y ajustarte a tu presupuesto de una manera sencilla.

  • Catalana
  • El Poblenou
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Con aires de bar de desayunos de barrio muy pulcro, en los últimos años L'Artesana se ha consolidado como uno de los mejores restaurantes neotradicionales de Barcelona: allí donde la cocina catalana popular coge un pellizco de imaginación y técnica y se convierte en alta cocina de barrio.

Pau Pons y Héctor Barbero -cocineros- y la sommelier Romina Reyes tienen experiencia en templos como Mas Pau, Monvínic o Gresca. Y esto lo vehiculan en un menú de mediodía sustancioso y modélico, a 13,90 euros, donde los platos de toda la vida se renuevan -siempre con primeros sanos como una crema de coliflor en al curri- y te encuentras segundos de pescado fresco y guisos a fuego lento, como un capipota digno de alta cocina. Por 2,5 míseros de extra, añades platos de la carta al menú: sus albóndigas de sepia con tendones es un plato que ha creado escuela. 

  • Cocina creativa
  • El Clot
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

En una esquina desértica de Meridiana con el Clot, Ricardo García y su pareja, Rika Nakahori, hacen el milagro de servir un menú diario, gourmet y creativo, de cinco platos (dos aperitivos, entrando, principal, postre y una bebida) a 19,50 euros. Todo hecho desde cero: desde el pan y los cruasanes de desayuno (¡que amasan a las tres de la mañana!) hasta la mantequilla con cilantro que acompaña al pan. Ver a García –un chef vagabundo que ha pasado por Michelins de París, Londres, Barcelona o Dinamarca– trabajar en su primer negocio propio es un espectáculo: él frente a la 'mise en place', controlándolo todo con una eficiencia metódica de tiralíneas.

Un menú tipo: puré de tomate con chile, morcilla de Burgos y ensalada de colinabo, y boquerones con hinojo y ensalada de remolacha. Xiitake con mayonesa en el carbón y pecorino. Y un final de traca con una pechuga de pollo a la Royal y puré de coliflor, hecho a baja temperatura, rematado en brasa sobre un fondo de la misma ave, con una sublime interacción entre el puré y el pollo, y melocotón con tomillo y 'crumble' de avellana de postre. 

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  • Crítica de Time Out

No debe confundirse con el espectáculo 'one-man band' de Vidal Gravalosa en el Eixample (aunque hay similitudes). La Forquilla de Nou Barris es un restaurante familiar con mucha mili a sus espaldas –abrieron en el 2000– y que ha evolucionado del menú y las tapas de batalla a una cocina original y de calidad, aplicada a la cosa diaria. Hacen un menú de mediodía a 17 euros por donde campan, con alegría, la tradición catalana con la mexicana –os encontraréis, por ejemplo, un rabo de toro compartiendo cartel con unos tacos de 'birria'– y toques asiáticos (¡que buenos los boquerones rebozados con kimchi!). De noche, el potenciómetro gastro sube con platos creativos a precio asequible: ved el carpaccio de pies de cerdo con mayonesa de piparras.

  • Peruana
  • Sant Antoni
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Pueblo Libre lleva el explícito subtítulo de Taberna Peruana. Esto no quiere decir que sea un sitio de baja estofa. Los peruanos se enorgullecen mucho de su cocina, ya sea de raíces populares o ajustada a los preceptos estéticos de San Gastón Acurio, y en Pueblo Libre la intención es rendir homenaje a las casas de comidas de Lima en ambiente distendido y precios no baratos – un buen restaurante peruano nunca lo es– pero sí asequibles y con platos de calidad.

El cocinero y propietario, Pablo Ortega, promueve la alegría popular, pero ha pasado por Astrid y Gastón y ha sido jefe de cocina de Tanta, el primer restaurante de Acurio en Barcelona. Orgulloso de su mestizaje aplicado a la cocina, en el posavasos podrás leer 'soy cholo'. Esto significa que en la carta están los diferentes cruces de cocinas del Perú: primero, entrantes con ceviches, causas y chicharrones –amigos del torrezno y el tocino, probad la versión peruana– y de segundo propone cocina italoperuana, la bachiche, presente en platos como tallarines con milanesa o un ossobucco guisado con puré. Y también la chifa –la vertiente china–, con arroz y pato o lomo saltado, esa deliciosa burrada de tiras de bistec salteadas con lomo, arroz, soja y patatas fritas. Las raciones son excesivas, y llenas de hidratos de carbono distintos, combinados con proteína: los peruanos son de vida, y más si es un restaurante tradicional. Ojo en el menú de mediodía.

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  • Mediterránea
  • Gràcia
  • precio 2 de 4

Por más que pase el tiempo, cuesta bastante encontrar menús de mediodía con opciones para veganos e intolerantes al gluten o celíacos que no sean un sablazo. Bien, hay que reconocer al Gut que, desde su apertura –que si no recuerdo mal, debió de ser hacia 2004–, ha trabajado en este sentido de manera constante y siempre con la filosofía de ofrecer una cocina sabrosa, saludable y con intención creativa.

De lunes a viernes encontrarás un excelente menú de mediodía por 17,50 euros que te permitirá comer de forma saludable y adaptada a tus necesidades dietéticas. Con proteína animal, por ejemplo: hamburguesa con ternera del Pirineo, manzana caramelizada y berenjena. Sin: calabaza rebozada con ricotta de tofu. Hace años fueron un local de moda; hoy, el mundo ha visto que quienes pensaban como ellos tenían razón. Y hay que decir que es un pequeño alivio comer en un lugar saludable y amigo de los veganos, pero ajeno al postureo de la modernidad.

  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

Roger Sánchez Amat, ex cocinero del Terra de Escudella, se ha establecido en Fort Pienc. Este maestro del sofrito y el fuego lento abrió Bullanga en enero del 2023, una versión moderna de las 'fondas de sisos', aquellos establecimientos de finales del siglo XIX donde se podía comer y dormir por seis reales. La Bullanga (porque es una fonda) tiene horario estricto de casa de comidas: de lunes a sábado, y solo se desayuna (a lo arriero) y se come (de cuchara, sobre todo).

¿Os parece poco? La oferta de almuerzo es un menú a 16 euros (a 21 euros el sábado) que recupera (y alivia un poco) la tradición catalana más telúrica –¡patata enmascarada! ¡Estofado de potro!– con toques personales y excursiones a Mallorca. Y créanme, este hombre sabe lo que hace; en Terra de Escudella cocinaba unos de los mejores menús de Barcelona (con unos macarrones para el recuerdo) y aquí encontraréis platos de cuchara sustanciosos, siempre con un pie en la búsqueda 'gastroantropológica' o costumbrista: unos pies de cerdo con orejones o sopas mallorquinas, que son un caldo de pan con recortes de tocino que aquí moderniza con mayor presencia vegetal.

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  • El Carmel
  • precio 1 de 4

La marquesina lo resume todo: dando bien de comer desde 1978. En lo alto del Carmel, este bar-restaurante ha pasado de padres a hijo y mantiene una salud envidiable. Los padres de Jordi Rincón abrieron el Rincón Sevillano a base de sudor y esfuerzo, y él lo ha mantenido todo igual (incluso la ambientación de club de fans del Betis, aunque él sea del Barça). Comer un menú de mediodía aquí significa, entre otras cosas, recordar que hay algo llamado normalidad que aparece cuando te alejas del centro de Barcelona: un menú del día casero, con raciones abundantes y un precio muy asequible.

Son cinco primeros y siete segundos donde abundan los platos de cuchara, el horno a fuego lento y la plancha con producto de calidad (aunque siempre hay un par de platos más nobles como el rabo de toro o el bacalao con samfaina con un pequeño suplemento). Preparaos para reencontrar la felicidad infantil de ir a comer con los abuelos, a base de platazos como macarrones a la navarra –con sofrito de chistorra–, unas impecables lentejas guisadas o unas carrilleras de cerdo con patatas fritas que dejan en evidencia a los restaurantes de cocina catalana de capipota a 23 euros. Los postres también son caseros (pedid natillas de la casa). El ambiente es tan transversal como el placer de comer aquí: los jubilados lo mismo hacen chistes vintage ("Melon Blando, Flan Sinnata") que hablan del interiorismo de la Gauche Divine.

  • Catalana
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4

Si paseas por la calle Bonavista, habrás tropezado con un rinconcito de madera clara y una barra bajita y pequeñita, que invita a hacer parada y fonda. Es el Bar But, un lugar cálido y que te acoge con la puerta abierta: presidido por una barra en la que te encuentras al cocinero elaborando los platos justo enfrente de ti. Abierto de comida a cena, la cocina gira alrededor de las cocciones a baja temperatura, la raw food y tiene una pequeña carta de baos. Son platillos pensados para compartir y que apuestan por el producto. Y buena selección de vinos naturales, todos a copas.

Ahora bien, también te encuentras con un excelente menú de mediodía sorpresa por 15 euros: un par o tres de primeros y segundos que no anuncian hasta el último momento, y solo si lo preguntas. Muy de fiar: si tomas un café a primera hora de la mañana, verás por la ventanita de la pequeña cocina cómo traen y cocinan el producto que da forma a platos como judía tierna con huevo poché y jamón ibérico o una butifarra con puré y una impecable ensalada de col.

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  • Bar de bocadillos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

Si no lo sabes, no te paras. El Transatlàntic pasa desapercibido en un barrio donde despuntan los locales 'guiri friendly'. Giras la esquina y casi chocas de morros con este fabuloso bar-restaurante, refugio del curriqui y el jubilado. Es restaurante de menús de trabajadores, de aquellos auténticos, ¡sí! Por las mañanas, bocadillos kilométricos para hartar estómagos hambrientos.

Al mediodía, menús dignos de los fogones más caseros, a 14,50. Consejo: daos prisa en entrar si veis un cartel (totalmente DIY) en la puerta que pone "hoy hay patatas a lo pobre"- con chorizo, buenísimas, macarrones generosos o lasaña casera. Y segundos como, bacalao con pisto, fricandó o una excelente entraña, tierno corte de ternera.

  • Mexicana
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

En Costa Pacífico encontrarás algunos de los mejores cebiches de la ciudad, en un local alegre y bien decorado, sin pretensiones, bien iluminado y muy bien atendido. La elección del pescado y la sabia maceración, las combinaciones, el original juego de las especias y el añadido mágico del picante hacen de su cebiche clásico uno de los más valiosos de Barcelona.

El menú de mediodía no es moco de pavo. Buenísimo, abundante y bien elaborado. Por 14 euros, tienes un menú abundante lleno de 'mexicidad' marinera, con primeros como pescadillas –tortilla de maíz rellena de pescado guisado, doblada y freída–, un guacamole impecable o consomé de camarón. De segundo, son imperdibles sus tacos ensenada, de pescado fresco rebozado con mayonesa cítrica y llenos de matices frescos y picantes. Siempre hay opción vegetariana. 

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