Este bar es, sin duda, una de las grandes joyas modernistas de Barcelona. Abrió en 1912 como confitería, y ha pasado por muchas etapas diversas. En 2017, Enric y Lito –fundadores del Grup Confitería y fanáticos del lugar cuando aún no existía el grupo– asumió su gestión y le lavó la cara, pero manteniendo la esencia. Esto incluye también una carta de cócteles excelentes a precios asequibles y unas cuidadas tapas, como los dados de salmón, la ensaladilla y las chips con salsa especial. De las cocteleras salen joyas como el Cuate Martínez (mezcal, vermut y jerez) y el Aphrodite (vodka, chocolate, fruta de la pasión, tonka y limón). ¡Sí, sí, sí!
Sant Pau, 128