15 restaurantes y coctelerías emblemáticas y con carisma que hay que conocer

Son locales arraigados en la ciudad que conservan su esencia y que, además, ofrecen calidad, y todos comparten la gestión del Grup Confiteria. ¡Os los presentamos!
Monk / Grup Confiteria
Monk / Grup Confiteria
Time Out en colaboración con Grup Confiteria
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Que nos gustan los bares y restaurantes con encanto de Barcelona no es ningún secreto. Tampoco lo es que nos encantan las buenas coctelerías, especialmente las que se encuentran en pleno centro de nuestra ciudad y están consideradas entre las mejores de todas partes (o incluso, la mejor coctelería del mundo, como es el caso del Paradiso). Hablamos a menudo de cada uno de estos locales, destacando la oferta gastronómica o coctelera, la decoración, el servicio, la buena gestión... Pero no siempre ponemos el foco sobre los grupos que los gestionan, porque, tal vez, no siempre hay detrás un equipo como el del Grup Confitería. 

Una empresa creada en 2014 por dos amigos de treinta años, Enric Rebordosa y Lito Baldovinos, amantes de la buena comida, de los cócteles más innovadores y con muy buen gusto y, por encima de todo, dos barceloneses enamorados de su ciudad y de su patrimonio. Empezaron con La Confiteria y desde entonces han crecido intentando huir de los locales desnaturalizados y de "tendencia", sino buscando ser coherentes con el espacio y tener una oferta respetuosa con el entorno. Descubridlos, adentraos y saboread sus propuestas, ¡os encantarán!

Locales emblemáticos

  • El Poble-sec
  • precio 1 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Este bar es, sin duda, una de las grandes joyas modernistas de Barcelona. Abrió en 1912 como confitería, y ha pasado por muchas etapas diversas. En 2017, Enric y Lito –fundadores del Grup Confitería y fanáticos del lugar cuando aún no existía el grupo– asumió su gestión y le lavó la cara, pero manteniendo la esencia. Esto incluye también una carta de cócteles excelentes a precios asequibles y unas cuidadas tapas, como los dados de salmón, la ensaladilla y las chips con salsa especial. De las cocteleras salen joyas como el Cuate Martínez (mezcal, vermut y jerez) y el Aphrodite (vodka, chocolate, fruta de la pasión, tonka y limón). ¡Sí, sí, sí!

Sant Pau, 128

  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

En el Grup Confiteria son expertos en la restauración de espacios emblemáticos de Barcelona, ​​y la del Bar Muy Buenas –que en origen fue una bacaladería abierta en 1896– es tan impecable como azarosa (el anterior propietario se había llevado elementos catalogados como a patrimonio que hubo que recuperar). Y después vino una hercúlea restauración del espacio, en la que destaca la cuidada decoración modernista de la portalada exterior, así como la elegante mampara de madera con cristales grabados en el ácido del interior. En el 2017 reabrió en su nueva vida y el Raval recuperó un establecimiento muy valioso en la mejor versión posible.
De la misma forma que se recuperó el origen modernista, también se ha recuperado su patrimonio gastronómico: una casa de comidas catalana como una casa de payés. Aquí se viene a comer cocina catalana de la buena, cogiendo bien el tenedor y el cuchillo, o la cuchara, con actualizaciones aligeradas –pero esenciales– de clásicos como las albóndigas con sepia, el bacalao con chanfaina, el fricandó, el ‘capipota’ con garbanzos, el ‘trinxat con rosta’, por ejemplo (y un buen repertorio de tapas). Hay que mencionar la extensa carta de vinos y la de cócteles hechos con licores catalanes, que se pueden disfrutar en una coctelería en el piso de arriba.

Carme, 63

Este es uno de los locales clásicos del Raval, que funciona desde el año 1940, con una barra enorme con una vitrina llena de tapas que da gusto mirar, algunas mesitas y un ventanal que se abre a la calle para ver pasar la vida. Conserva el aspecto de bodega e incluso las fotos antiguas que cuelgan en las paredes del local desde hace años. Y es que el Cèntric tiene un pasado que no quiere perder, ni en la decoración ni a la hora de servir a los comensales.
Propone platos sencillos y bien cocinados a precios honestos, como sus bravas, que levantan pasiones: alioli suave y un punto picante de guindilla. También las tortillas, de patata y cebolla, brava o de trufa, los chipirones a la andaluza o platillos de bodega como los callos con garbanzos o las gambas al ajillo. El vermut, del Bandarra, la caña bien echada y una buena selección de vinos de proximidad. Atentos a su selección de tapas vegetarianas, como el buñuelo de espinacas con alioli de miel. ¡Os chuparéis los dedos!

Ramelleres, 27

  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Esta joya modernista puede presumir de ser el café en activo más antiguo de la ciudad: ¡desde 1873! Y la buena noticia es que ahora el Cafè del Centre es un gran restaurante gracias a Grup Confiteria, expertos en restauración de locales con caché. La primorosa regeneración de la madera y el espacio –un mostrador de 1960, pinturas de Martí Teixidor...– se corresponden con una carta llena de cocina catalana suculenta, de buen producto y juguetona. No os perdáis joyitas como las crestas de butifarra negra, la nuca de cerdo guisado (cocochas porcinas) o un fenomenal rosbif con chimichurri picante.
La restauración del espacio es una maravilla: con detalles que deben conocerse in situ, como la sorpresa que esconde el piano. Y, por cierto, la estación de servicio que hay en medio del local, un mueble expositor con la aristocracia del embutido, es un tótem cárnico ante el que te quedas extasiado. El mejor halago que se le puede hacer a un restaurante clásico es encontrarte con el expropietario comiendo y que te diga que lo hacen rebien, como ocurre aquí.

Girona, 69

  • Bar de bocadillos
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

No hace muchos años, el Betlem era un colmado. Situado en la misma esquina donde detuvieron a Salvador Puig Antich en 1973, el Betlem ayudó a educar los paladares de los vecinos del Eixample post olímpico, con una variedad de productos que evidenciaban que había vida gustativa fuera de los grandes supermercados o de las pequeñas tiendas ancladas en el tiempo.
Con una clientela tan bien acostumbrada, Víctor Ferrer, cocinero educado en grandes cocinas, antiguo propietario del local y actual xef ejecutivo del Grup Confitaeria, tomó una decisión lógica y dio seis pasos hacia adelante: cerrar el colmado para convertirlo en un bar de tapas y degustaciones llamado Betlem Miscel·lània Gastronòmica.
La oferta es muy amplia y encontraréis desde un tártar de salmón, unas croquetas de jamón, una papada crujiente o un 'crumble' de zanahoria con espuma de coco a bocadillos fríos o calientes, como el secreto de cerdo ibérico o de lomo con foie gras. O quizá preferís unas bravas o unas carrilladas de ternera guisadas. A veces, la vida te da sorpresas, y el Belem és una.

Girona, 70

Bares y restaurantes con carisma

  • Bares de tapas
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Éste es otro triunfo del tándem formado por Lito y Enric del Grup Confiteria. Con una idílica terraza en la plaza de la Concòrdia, en Les Corts, El Maravillas juega con una magnífica carta de vinos y de cócteles. En la barra preparan unos cócteles extraordinarios que, además, están dedicados a todos los culés y amantes del fútbol y tienen nombres de jugadores con historia. Y, en la cocina, lo clavan con los platillos que salen: carrillada de ternera, tártar de atún, albóndigas con papada y sepia...
Una vez estés satisfechos con la buena comida y la buena bebida, id al baño, ¡fliparéis! Encontraréis una capilla dedicada a Romario, con fotos vintage del delantero brasileño en acción. Este bar es la hostia.

Plaça de la Concòrdia, 15

  • Bares de tapas
  • Les Corts
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Las paredes empapeladas con recortes de la revista 'Hola' otorgan un aire retro a este bar. ¡Hay, aquellos maravillosos años! Marisol, Julio Iglesias y Lola Flores no os cantarán pero os vigilarán desde el pasado mientras saboreáis la propuesta gastronómica de tapas y platillos del Bolero Bar, aquí y ahora. Os recomendamos la estrella de la casa: el bikini meloso hecho con carrillera de ternera guisada y esqueixada con queso scamorza ahumado. ¡Guau! La tortilla de patatas también es brutal: se deshace, de las que puedes terminar mojando medio quilo de pan. El Bolero Bar es, sin duda, un rincón a tener en cuenta en Les Corts.

Remei, 2

  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Qué historia más curiosa, la del Bar Michigan. En los años 90 fue propiedad de un señor gallego. Vázquez Montalbán, asiduo a su barra, decía que hacían de las mejores croquetas y tortillas de patatas de Barcelona, ​​dos piedras angulares del buen bar. Era toda una institución. En 2012 lo cogió una china, Rosi; y pasó la mano por la cara a quienes vaticinaban –con un toque de racismo– croqueta congelada y tortilla seca: la tortilla de patatas seguía siendo de jugosidad uniforme y melosa, las croquetas de jamón ibérico eran de una cremosidad delirante, las rebanadas de pan mojadas con aquella intensidad maníaca que deja el tomate hecho confitura.
El gallego reabrió Michigan en su pueblo natal, Rosi se retiró y el Grup Confiteria lo reabrió en el 2019. «Nos lo traspasaron con la condición de que lo mantuviéramos igual», explican. Y lo han cumplido: «Mantenemos el ADN de Bar Manolo gourmet», explica Baldovinos, lo que se refleja en una carta donde podéis hacer el cuarteto de la alegría (brava-rusa-croquetas-tortilla), y otras tapas de disfrute desatado y de mojar pan (canelón de pollo y foie, cremoso de ceps y parmesano; mejillones al café de París y patatas fritas; pulpo a la brasa, patata, limón y azafrán), y también camarón blanco flambeado al Bourbon y entrecotte, mantequilla de trufa y seta de castaño (que es el mismo material que entra en un muy buen menú de mediodía). O sea, que podéis hacer tapa clásica y buena o darte un homenaje de producto. Y cocina sin interrupciones de 7 a 23 h. ¡Qué barra!

Travessera de Gràcia, 22

  • Sarrià

El Grupo Confiteria se planteó una tarea difícil: recuperar y renovar la esencia de la antigua y mítica Xarcu de la plaza Molina, con tanta historia vivida en el barrio, y lo ha logrado con éxito. La Bodega Molina combina tradición y modernidad tanto en la decoración como en una carta exquisita llena de tapas y platillos gourmets que hay que degustar. Desde los macarrones de la abuela o las albóndigas con sepia hasta un steak tártar ahumado con yema de huevo y piparra, pasando por los huevos fritos con sobrasada de Mallorca y una variedad de tortillas que hacen venir salivera. Podéis ir a cualquier hora del día, y comer dentro o en la terraza y al sol, os sentiréis como en casa. Y no dejéis de ir a los baños, porque están dedicados a Isabel Preysler y Júlio Iglesias e, incluso, ambientados con música. ¡Fliparéis!

Plaça Molina, 1

10. Macba Bar

Este es el bar del MACBA, el museo que da nombre popular a la plaza dels Àngels, un lugar lleno de vida y donde al Grup Confiteria les hacía mucha ilusión estar, porque siempre han apostado mucho por el diseño y el arte de la ciudad. Allí encontraréis una oferta gastronómica algo diferente a lo que nos tienen acostumbrados: una carta mucho más abierta, que incluye recetas de aquí y allá, sobre todo tapeo, platillos para compartir como el hummus al curry con papadam de lentejas y comino, nachos con todo o unas bravas como las del Bar Cèntric. Y también burgers, aletas de pollo y una buena oferta de platos vegetarianos y veganos. Y si queréis disfrutar a tope, echad un vistazo a la carta de bebidas, tienen smothies deliciosos, vermuts, vinos y unos cócteles buenísimos que hay que probar.

Plaça dels Àngels, 1

Coctelerías con esencia

  • Coctelerías
  • El Gòtic
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Ha llovido mucho desde que abrió el Paradiso en el Born, tras la fachada protectora del Pastrami bar. Lo que empezó como una coctelería creativa 'clandestina', con tragos de alta inventiva que no te costaban un ojo de la cara, es hoy una de las mejores barras del mundo: de hecho, ¡la lista de los World's Best Bars considera que este es el mejor bar del mundo!
Tras la puerta oculta de un bar de bocadillos –estiras una nevera de madera que ocupa media  pared– se abre una puerta hacia una coctelería. Es un speakeasy de puerta blanda (solo tienes que estirar). Dentro os espera una elegante cueva delineada por lamas de madera donde manda Giacomo Gianotti, que ya recibió el premio al mejor coctelero de España en el 2014.
La elaboración y puesta en escena de cada trago es una maravilla de precisión y gadgets. No solo montan la copa, sino que tienen un laboratorio I+D donde hacen los acompañamientos comestibles y los embellecimientos del cóctel, los 'garnish'. Pedíos un Tesla (¡inspirado en Nikola, no en Musk!): una alucinante copa en la que dos gases hacen una reacción electromagnética, bajo la que vibran sabores de ginebra, vino de feijoa, manzanilla, mate, ron y limón. ¡Cítrico y eléctrico!

Rera Palau, 4

  • Coctelerías
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La coctelería Monk, del Grup Confiteria, está detrás de un colmado paquistaní y dentro de una finca de finales del siglo XVIII: una fachada realista a prueba de bombas que esconde un bar único en su categoría. No os diremos dónde está la puerta de entrada a la coctelería, porque esto ya sería sacar parte de la diversión. Pero una vez dentro, te encuentras en un bar que combina arcos y bóvedas góticos con instalaciones inmersivas de arte lumínico. El espacio es impresionante: todo un estudio de las variedades del rosa en un bar sobrio y señorial. El jefe de coctelería, Giacomo Gianotti, lo considera el hermano mayor del Paradiso, porque es una coctelería más reposada, fina y precisa. También podréis hacer desgustaciones gastronómicas de alto vuelo, como el niguiri de salmón con tamarindo tostado y shisho.

Abaixadors, 10

  • Coctelerías
  • Ciutat Vella
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Que el Grup Confitería –especialistas en infundir vida nueva a bares clásicos– se haya hecho cargo del Bar Mudanzas, reducto local contra la gentrificación en el Born, es una grandiosa noticia: se bebía bien, pero ahora mejor. Encontraréis una coctelería donde también os servirán cualquier trago clásico que se os ocurra. Tened en cuenta que reina una carta creativa que rinde homenaje a los comercios clásicos del Born, dedicándoles un trago. Por ejemplo, el Vila Viniteca, a base de Vodka, manzana y canela, martini, vino tinto y clara de huevo. Dulce, especiado y fresco. O un recio Sans & Sans, a base de whisky, licor de cedro y cynar. Dulce, amargo e intenso. 

Vidriera, 15

  • Coctelerías
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Balius es una cerveza 'afterwork', un vermut de domingo y sobre todo un cóctel de sábado noche: se ha establecido como la coctelería popular de Poblenou, y uno de los lugares del barrio donde se practica una vida nocturna cívica, en las antípodas del no demasiado lejano follón del triángulo golfo. Si os decantáis por la coctelería, probad el Bourbon Bulleit, por ejemplo, a base de mezcal, pomelo y canela (aunque si os apetece un dry martini de toda la vida, también os lo harán y muy bien). Balius es también un lugar donde disfrutar de conciertos de jazz los domingos por la noche.
Y tienen una pequeña carta de snacks trabajados para llenar la panza y tomar un vermut de traca: combo de chips, aceitunas, boquerones, anchoas y piparra, dados de salmón marinados con vinagreta de soja y miel o boquerones y anchoas del cantábrico, por ejemplo. Todo de primera categoría: los propietarios son el Grup Confiteria, que han mantenido el precioso cartel y la estética exterior de una ferretería histórica. Una coctelería para todos los públicos que nos encanta y hace barrio.

Pujades, 196

  • Coctelerías
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Junto a la entrada de esta coctelería del Born, un líquido ambarino cae, gota a gota, en un proceso hipnótico de infusión fría. Es uno de los muchos procedimientos que utilizan dentro para realizar sus bebidas. El local es una especie de madriguera alquímica llena de sorpresas. La salita interior, por ejemplo, tiene las paredes repletas de botes iluminados con hierbas donde se hacen aceites esenciales que recuerdan a un antiguo herbolario. Con cócteles como el Camp Nou (gin, fino Tio Pepe y jarabe de hierbas y cítricos), ya no nos sorprende que Stravinsky sea un habitual de los rankings de los mejores bares del mundo.

Mirallers, 5

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