Platja del Por Bo, Calella de Palafrugell (Costa Brava)
Foto: Shutterstock Platja del Por Bo, Calella de Palafrugell (Costa Brava)
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25 escapadas de fin de semana increíbles por España

Seleccionamos un buen puñado de destinos, unos cercanos, otros remotos, para una escapada de fin de semana sin salir de España

Noelia Santos
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¿Buscas un lugar bonito y desconocido donde escaparse un fin de semana? No te preocupes, te damos un montón de pistas para que hagas un poco de turismo sin salir de España, para que descubras paraísos cercanos y para que, de paso, entierres unos cuantos tópicos. Como ese que dice que en el norte no se puede disfrutar de buenas playas, o que para ir a la montaña nunca hay que viajar al sur. Solo por eso deberías darle una oportunidad a esta selección de destinos, entre los que hay desde grandes capitales a pequeños pueblos bonitos con encanto poco masificados y muy escondidos en nuestra geografía. ¡Buen viaje!

RECOMENDADO: Otras escapadas increíbles, y cerca de Madrid, para hacer ahora 

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Por sus fachadas de colores uno puede pensar que está en Burano, ese precioso pueblo del norte de Italia. O en Vernazza, posiblemente el pueblo más mágico de todos los que forman las Cinqueterre, en la costa del mar de Liguria (al sur de Génova). Pero no, esta imagen de fachadas de vivos colores junto al mar y flanqueadas por palmeras pertenece a Villajoyosa, una localidad alicantina que por su singularidad acaba de ser elegido como el destino secreto más bonito de Europa, una joya escondida para descubrir en una escapada durante este 2024. 

2. Sierra de Irta. Castellón

Quién nos iba a decir que hasta el Mediterráneo tiene su lado más salvaje. Lo encontramos en Castellón, muy cerquita de las playas tranquilas de Peñíscola y de Alcocebre, en un entorno de paraje natural casi vírgen donde las calitas sin edificar se suceden una tras otra a lo largo de sus 15 kilómetros de costa. Aquí, en este espacio protegido de riqueza ecológica y vestigios históricos (como su torre Badúm), Castellón presume de mar y montaña, de senderos y playas de roca, de torres vigías y de acantilados costeros.

¿Dónde dormir? En el Jardín Vertical, una casa señorial del siglo XVII de aire medieval con vistas a la naturaleza más salvaje. 

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3. La Vera. Cáceres

No tendrá mar pero a Extremadura le sobran pozas naturales para refrescar las altas temperaturas del verano al noreste de la provincia de Cáceres. Quien se atreva a darse un baño muy (pero muy) frío, que ponga rumbo a La Vera: aquí os esperan sus infinitas y caudalosas gargantas (Cuartos o la Olla son solo dos de ellas), balsas naturales adoquinadas de granito erosionado por la fuerza del agua situadas a los pies de la sierra de Gredos. No es el Valle del Jerte (¿quién no ha oído hablar de sus cerezos en flor?) ni la vecina comarca de las Hurdes (su arquitectura negra tradicional es única), pero a La Vera le sobran motivos para ir a conocerla. Incluso en verano.     

¿Dónde dormir? En el hotel bioclimático Akassa

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Sevilla tiene un color especial. Pero si esa excusa no es suficiente para que vayas a (re)descubrirla, tenemos dos más que resultan de lo más irresistibles casi en cualquier momento del año: aroma a flores frescas y a cruasán de mantequilla recién horneado. Dos fragancias apetecibles que se unen en un lugar único, un sitio de esos que no te esperas, recién abierto a solo unos metros de la estación de tren de Santa Justa, la 'Puerta de Atocha' de Sevilla. Tendrás que alojarte en el novísimo y recién estrenado hotel Only You Sevilla para descubrilo. 

¿Dónde dormir? Ahí, en el hotel Only You Sevilla.

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5. Iznájar. Córdoba

Huele a buganvillas, a geranios y a gitanillas en los patios de este pueblo desconocido de la Subbética. Estamos en lo alto de una península sobre el mar de Andalucía, como se conoce al embalse de Iznájar; y si le llaman mar, es porque tiene playa. Es precisamente ahí, en la playa de Valdearenas donde todos los meses de agosto se organiza un cine de verano al aire libre, y gratis. Por cierto, el nombre de esta villa cordobesa proviene del árabe Ashar, que significa ‘alegre’. Poco más que añadir y mucho para descubrir. 

¿Dónde dormir? En el hotel caserío Iznájar, junto a la playa del embalse.

6. Rodas, Galicia

¿Sueñas con ir a una playa paradisíaca? Pues no hace falta atravesar el Atlático, tenemos una más cerquita y además, declarada la mejor playa del mundo por el periódico británico The Guardian. Es la playa de Rodas, que enlaza las islas de Monteagudo con do Faro en las Islas Cíes, en la ría de Vigo. Con forma de media luna, arena blanca y aguas de varios tonos de azules no tiene nada que envidiar a las playas tropicales.

¿Dónde dormir? Pazo da Touza. Un pazo del siglo XVI en precioso paraje natural.

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7. San Andrés de Teixido. A Coruña

Esta localidad coruñesa, situada en el corazón de la sierra de Capelada (entre Ortigueira y Cedeira), es conocida por sus acantilados, que por derecho son los más altos de Europa, sin contar las islas. Y aún así, son más altos que el vertiginoso Preikestolen noruego. De ahí que merezcan más de una visita (elegid un día claro y soledado para contemplarlos en todo su esplendor). Pero además de por la verticalidad de su paisaje, esta aldea del noroeste más extremo de la península es conocida también por ser la meca de los gallegos: el santuario de San Andrés de Teixido es el segundo más venerado, por detrás de Compostela. 

¿Dónde dormir? Muíños de Pontenoval (Ortigueria). Dos molinos de agua restaurados y convertidos en alojamiento rural. 

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El casco histórico de Palma es como el perfecto cuartel general para visitar la isla de Mallorca durante un fin de semana: dormir en el hotel Cort (boutique, neoyorquino y mediterráneo, en una plaza arquitectónicamente bellísima), comer en Fera (el gastronómico del polifacético Iván Levy donde se fusiona lo local con Asia) y una ruta por la sierra de la Tramuntana: desde Palma sale el tren histórico a Sóller (vagones de madera, locomotora de vapor) y de ahí, una caminata a Fornalutx (bonito e imprescindible). Si queréis exprimir un poquito más la isla, poned rumbo a Can Feliu (en la llanura atípica de Porreras), un sueño de agroturismo para amantes de la naturaleza y el vino ecológico. 

¿Dónde dormir? Belmond La Residencia es, posiblemente, el mejor refugio mallorquín para pasar unas vacaciones (de lujo) en la isla. 

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9. Cuenca (y alrededores)

Cuenca es una sorpresa. Tanto su casco histórico, al que viajarás atraído por sus casas colgadas, pero volverás enamorado de las de colores (las encontrarás en lo alto del casco viejo de la ciudad, junto a la catedral, y a espaldas de la hoz del río Huécar). Aunque si hay algo que sorprende más que su colorido, es su altura, sobre todo en las edificaciones que dan al barrio de San Martín (de hasta nueve plantas de alto) y que se las conoce como los rascacielos de Santa Catalina. Y esto no lo habías visto venir, ¿a que no? Antes de salir de la ciudad, muy recomendable probar la tirolina urbana más larga de Europa (solo apta para los viajeros más intrépidos) y fuera, darse un chapuzón en Las Chorreras, nombre por el que se conoce a las piscinas naturales (en realidad son cañones de paredes rocosas en los que se producen increíbles saltos de agua). Para verlas hay que ir hasta Enguídanos, ese municipio a una hora de Cuenca que se convierte en la excusa perfecta para dejarse caer por la provincia manchega en verano.

10. Bardenas Reales. Navarra

Si alguna vez dudaste de que en España hubiera desiertos, te equivocabas. Este además está a 70 kilómetros de los Pirineos y forma un parque natural. El acceso se hace desde la localidad de Arguedas, aunque también puedes hacerlo por algún otro paso secundario. Y tiene tres zonas diferenciadas: El Plano, una gran meseta horizontal dedicada a los cultivos; La Negra, en el sur, formada por un conjunto de relieves horizontales cubierto de bosques de pino y matorral; y La Blanca, que es la zona de mayor erosión, la más fotografiada y visitada y en la que se encuentran las formaciones más espectaculares, entre las que destacan Castildetierra y Pisquerra.

¿Dónde dormir? Aire de Bardenas. La arquitectura más moderna en medio del desierto más grande de Europa, en el Parque Natural de Bardenas Reales.

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  • Viaje

Anglet se la conoce como 'Pequeña California', escondida en un rincón del País Vasco francés. Y puede que, posiblemente, sea el secreto mejor guardado de la Côte Basque, además de uno de los lugares más bonitos y desconocidos de Francia. Este destino que recuerda tantísimo a las playas de Malibú está a solo una hora y media (en avión) desde Madrid, y no presume de vecinos aristócratas ni construcciones palaciegas (eso ya lo hace Biarritz). Porque a Anglet, con sus casi cinco kilómetros de playas bañadas por el Atlántico, le gusta vestir de neopreno, coger olas y pedalear por un carril bici que mira al mar junto a los acantilados (Boulevard des plages). ¿Y lo mejor? Que no lo hace sólo en verano sino en cualquier época del año. 

¿Dónde dormir? En un lugar tan mágico como aristrocrático: Brindos, Lac & Châteaux, el hotel de las cabañas flotantes que fue lugar de veraneo durante la Belle Èpoque. 

12. Marbella. Málaga

Quizás ha llegado el momento de que Marbella vuelva a ser la ciudad típicamente andaluza, de plazuelas y paredes encaladas, que mira al mar por encima del lujo, los yates y la jet set de Puerto Banús. Y es que, casi sin darnos cuenta, la capital de la Costa del Sol parece esar resurgiendo de sus cenizas de oro a golpe de alta cocina (muy para sibaritas, sí, pero con precios para todos). Lo hace con la vuelta de Bibo de Dani García, la apertura del primer restaurante peruano Coya en Europa (¡con piscina!) o el desembarco del célebre italiano Cipriani (todos en Puente Romano Beach Resort), además de la llegada del nuevo beach club Barbillón (llega desde Madrid con un formato muy para compartir entre amigos). Con direcciones así, sobra decir que la operación bikini de este año puede esperar. 

¿Dónde dormir? Date el capricho y pasa una noche (o dos) en Puente Romano Beach Resort, el que fuera refugio de la jet set marbellí reconvertido hoy en destino gastronómico por derecho propio. 

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  • Fuera de Madrid

¿Y si te decimos que uno de los recintos medievales mejor conservados de Europa está a poco más de una hora de Madrid? Un escenario de cuento en el que, curiosamente, también está la primera categral gótica de España. Y no, no es Toledo. Hablamos de Ávila, capital y provincia de Castilla y León famosa por sus murallas kilométricas, sus calles empedradas y su rico patrimonio: el que se ve, y el que se degusta en largas sobremesas que arrancan con unas revolconas con torrezno y acaban con un chuletón avileño. Si estás pensando en una escapada cerca de Madrid, y te apetece descubrir qué tiene esta monumental ciudad, además de piedras y buenas carnes, te damos unos cuantos motivos para que sepas qué ver en Ávila y te animes a pasar más de 24 horas

¿Dónde dormir? ¿Dónde si no es el nuevo Sofraga Palacio Hotel?

14. Bermeo. Euskadi

Bienvenidos a la que fuera capital de Bilbao-Bizkaia hasta el siglo XVII. Si no habéis estado nunca en esta villa marinera ubiacada en el interior de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, aprovechad primero para perdeos por las callejuelas de su casco antiguo (declarado bien de interés cultural), el mismo del que se enamoró Ernest Hemingway. Después, subid hasta San Juan de Gaztelugatxe, una ermita que se alza en lo alto de un islote, inmortalizada en algunas escenas de 'Juego de Tronos' y que constituye, sin duda, la joya de la corona en Bermeo. Y si os apetece un poco de playa, id hasta la de Aritzatxu, pequeñita, pero de lo más tranquila. 

¿Dónde dormir? Las casas de Ea Astei. Casas rurales de lujo con piscina y txoko en el entorno de Urdaibai. 

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  • Transportes y viajes

Si de algo puede presumir Granada es de increíbles vistas panorámicas, y no, no todas tienen a la Alhambra como telón de fondo. Algo que hay que agradecer a su privilegiada situación estratégica entre colinas (que a ratos le hace estar como arrinconada entre cerros y barrancos), y a su caótico y romántico trazado urbano de callejones, cármenes y plazuelas. Singularidades que tienen su origen en la época nazarí y que, además de convertirla en un destino Patrimonio de la Humanidad, permiten la existencia miradores en los rincones menos predecibles de la ciudad. Descubrirlos en un fin de semana es un planazo.

¿Dónde dormir? En el nuevo y más exclusivo hotel de la ciudad, Seda Club Hotel (hermanado con otro grande de Madrid, el Gran Hotel Inglés).  

16. Valle de Tena. Huesca

Vayamos a los Pirineos en verano. Cerca de Formigal y Panticosa, y a orillas del embalse de Lanuza, está este enclave de alta montaña digno del síndrome de Stendhal: buscad los dos Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos entre sus impresionantes macizos de gran altura. Peñas, bosques y lagos salpicados de aldeas y casas de arquitectura típicamente pirenaica en un entorno natural admirable. Porque no solo hay que ir al norte en busca de paisajes de frío y nieve. 

¿Dónde dormir? Almud, un hotel boutique en la villa de Sallent de Gállego, junto al embalse de Lanuza.

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  • Fuera de Madrid

A apenas 130 kilómetros de Madrid, en la provincia de Guadalajara, encontramos una de las villas medievales más completas y mejor conservadas de España, y quizá también una de las más desconocidas: Sigüenza. Cada año, a mediados de julio, la ciudad del Doncel celebra sus Jornadas Medievales, que recrean al milímetro el ambiente del siglo XIV para evocar la historia de la reina Blanca de Borbón, que vivió confinada durante años en el castillo seguntino, hoy convertido en uno de los más bellos Paradores de España. La plaza Mayor y su mercado medieval, la alameda, la ermita del Humilladero, las Travesañas, la plazuela de la Cárcel y la Casa del Doncel forman parte de toda ruta turística por la ciudad. En ella tampoco deben faltar una visita a la catedral, donde se encuentra el sepulcro del célebre Doncel, en el que reposan los restos de Martín Vázquez de Arce, cuya prematura muerte durante la reconquista de Granada le valió dicho sobrenombre. Si os faltan excusas para visitarlo, sabed que cada primavera y otoño, Renfe pone en marcha el Tren Medieval a Sigüenza, que une la hora y media escasa que separa la ciudad alcarreña de Madrid, amenizada por las historias, juegos y chistes de una compañía de teatro. Y en invierno se convierte en uno de los pueblos más bonitos para visitar en Navidad

¿Dónde dormir? En Castilla Termal Brihuega, el primer cinco estrellas de Guadalajara y paraíso termal en la Provenza española. 

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  • Transportes y viajes

En el barrio más cool de Valencia, El Carmen, hay un callejón minúsculo, prácticamente invisible para quienes caminan por la zona, que esconde el que posiblemente sea uno de los lugares más fascinantes de toda la ciudad. Uno de esos secretos que merece la pena conocer, y que te recomendamos si tienes pensado hacer una escapada (el viaje a Valencia en tren desde Madrid es de apenas dos horas). Se trata de una iglesia con tantos frescos en las paredes y en la bóveda central que se la compara con una de las capillas más famosas de la historia del arte: la Capilla Sixtina del Vaticano. Y no es para menos. 

¿Dónde dormir? Puedes pasar la noche en el nuevo hotel Only You Valencia

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19. Benitatxell. Alicante

La Costa Blanca también tiene su versión escarpada. En este rincón de Alicante el litoral se salpica de barrancos, fallas, karst... y de ‘les covetes’, unas cuevas de piedra en seco construidas por los pescadores de antaño para protegerse durante sus jornadas de pesca. ¿Un baño? Se puede tomar en la cala Moraig, una zona de playa conocida por su cueva submarina, llamada la 'cova dels arcs' por las torres que forman las rocas. Importante: no os dejéis llevar por sus aguas turquesas porque esta no es una zona de aguas tranquilas: no olvidéis los escarpines.

¿Dónde dormir? En una finca que mira al mar rodeada de viñedores, olivares, cactus y palmeras. Es Finca Klara

20. Lanjarón. Granada

Bienvenidos a una de las ciudades balneario más importantes de España. De ahí que sea conocido como el pueblo del agua y que, gracias a las propiedades beneficiosas de sus manantiales, se ha convertido en uno de los más longevos del mundo (lo dice la OMS). Además de sumergirse en las aguas de su balneario y del manantial –la fuente de su eterna juventud–, dejarse acariciar por su clima de alta montaña y saborear la dieta mediterránea, merece la pena perderse por los jardines de la Alpujarra.

¿Dónde dormir? Hotel Alcadima, un alojamiento con vistas a Sierra Nevada.

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21. Calella de Palafrugell. Girona

Es la perla de la Costa Brava, un reducto bohemio del masificado Mediterráneo del que es imposible no enamorarse en cualquier época del año, aunque el verano es el momento en el que más bonito está (también en el que más gente vamos a encontrar, pero sin exagerar). Si queréis un plan de baño tranquilo en Calella, id en busca de la cala del Golfet (la más tranquila y apartada). Al atardecer, el cuerpo y el alma te pedirán un paseo por los jardines botánicos de Cap Roig (las vistas que se tienen de la costa desde sus senderos son sencillamente inolvidables) y a la hora de cenar, una propuesta marinera a pie de playa.       

¿Dónde dormir? En Mas de Torrent, una masía boutique con spa en el corazón del Empordá miembro de la exclusiva red Relais & Chateaux.

22. Candeleda. Ávila

¿Es esete el pueblo más bonito de Ávila? Posiblemente. situado en el húmedo valle del Tiétar y a los pies de la Sierra de Gredos, son muchos los que saben del potencial que tiene esta zona cuando el calor aprieta en la ciudad (sus gargantas naturales son motivo de peregrinación entre los vecinos y algún que otro turista bien informado). Pero su casco histórico bien merece una visita: para comprobar si es verdad lo que dicen de él, basta con buscar la casa de las flores (pista: está en la plaza Mayor) y echar a caminar sin rumbo por sus callejuelas.    

¿Dónde dormir? En la Finca San Cayetano, la casa de campo perfecta con servicio de hotel cinco estrellas.

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  • Fuera de Madrid

Cáceres es la ciudad más bonita de Extremadura, y cuenta con uno de los centros históricos mejor conservados de EspañaAdemás de increíble destino gastronómico de España, y cuna del mejor cerdo ibérico (sus dehesas son un espectáculo), desde el punto de vista cultural es oro puro. En un mismo territorio se encuentran uno de los museos más excepcionales del arte de vanguardia, Museo Vostell, con la colección privada de arte contemporáneo más importante del continente, y todo ello en un escenario medieval tan bien conservado que parece de película (o de serie, porque el casco viejo de Cáceres ha sido en varias ocasiones escenario de Juego de Tronos). Para nosotros es, desde hace mucho, uno de los lugares de España que hay que visitar al menos una vez en la vida), y ahora, la excusa para una escapada de fin de un día o dos, sobre todo para los amantes de la cultura, gracias a las iniciativas de una mujer: Helga de Alvear. Coleccionista, enamorada de la ciudad y un imán, para el arte y para los garitos de moda. Así que vamos a seguir sus pasos en estviaje para urbanitas al interior de Cáceres.

¿Dónde dormir en Cáceres? Date el gustazo de reservar en el tres estrellas Michelin Atrio, el único Relais & Chateaux de Cáceres

24. Frigiliana. Málaga

Este pueblo blanco malagueño es, por derecho propio, uno de los más bonitos de España y con un entramado arquitectónico tan auténtico que su casco histórico está considerado Conjunto Histórico Artístico. Con sus paredes encaladas, sus calles estrechas y sinuosas, todas empedradas y la mayoría de ellas escalonadas. Es el encanto del ‘Barribarto’, el barrio más pintoresco de este municipio de la Axarquía conocido por la artesanía en esparto, la producción de aguacate y la miel de caña. Si queréis descubrir su sabor, deberíais probar la arropía.

¿Dónde dormir? En la Posada Morisca, un hotel con encanto que, además de piscina, acaba de estrenar un restaurante dedicado al aguacate.

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25. Olivenza. Badajoz

Si os gusta recorrer mundo, es más que probable que este verano echéis de menos viajar al extranjero. O no, porque podéis daros una vuelta por el casco histórico de Olivenza, uno de los llamados pueblos de la Raya (como se conoce a los municipios españoles que hacen frontera con Portugal). Está en la provincia extremeña de Badajoz, y apoco que miréis a vuestro alrededor, no os costará convenceros de que estáis (casi) en el Alentejo. El suelo de adoquines (tan típicamente portugués), las paredes de cal blanca o el estilo manuelino de la iglesia de la Magdalena son solo algunas pistas. El resto, tendréis que descubrirlas (y saborearlas) vosotros. 

¿Dónde dormir? Como reyes de otra época en el Palacio Hotel Arteaga.

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