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En el barrio más cool de Valencia, El Carmen, hay un callejón minúsculo, prácticamente invisible para quienes caminan por la zona, que esconde el que posiblemente sea uno de los lugares más fascinantes de toda la ciudad. Uno de esos secretos que merece la pena conocer, y que te recomendamos si tienes pensado un viaje a Valencia en Fallas o una escapada en Semana Santa (el viaje en tren desde Madrid es de apenas dos horas). Se trata de una iglesia con tantos frescos en las paredes y en la bóveda central que se la compara con una de las capillas más famosas de la historia del arte: la Capilla Sixtina del Vaticano. Y no es para menos.
La Capilla Sixtina valenciana se oculta en el interior de una pequeña parroquia medieval cuya entrada principal se encuentra al final de un callejón que arranca en la calle Caballeros, una de las calles más emblemáticas de Valencia (y eje central del barrio del Carmen). Frente a la fachada, que apenas llama la atención, su interior es un 'horror vacui' total: un templo que es puro barroco, abarrotado de suelo a techo de pinturas que dan como resultado un impresionante y bellísimo mural (que, por cierto, narra la vida de sus patrones, San Nicolás y San Pedro Mártir).
Ahí, en el interior de la iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, y bajo los extraordinarios frescos que cubren la bóveda, es inevitable pensar en los que decoran la Capilla Sixtina. Y las comparaciones, aunque odiosas, en este caso son inevitables, más teniendo en cuenta que la de Valencia suma casi dos mil metros cuadrados de pinturas. O lo que es lo mismo: ¡el doble que la de Miguel Ángel! ¿Es o no es un gran descubrimiento?