Un espacio claroscuro hecho al gusto de su entregado propietario, un aficionado al queso (luego un loco de bacterias, mohos y levaduras) que pasó un par de años formándose y visitando decenas de queserías y cuevas en mitad de la montaña para llegar a este local semiescondido entre una hilera de casas pegadas a Madrid Río. Hace apenas una semana que levantó la persiana de su volantazo vital (su larga experiencia profesional nada tenía que ver con lo lácteo) pero aquí vais a encontrar a partir de ahora a David Hermoso... bien cortando al otro lado del mostrador una gran pieza de parmesano o una rareza manchega o quizás ande metido en la espectacular cava recogiendo los quesos elegidos por el cliente.
Pocos placeres más irresistibles que un buen queso (solo o acompañado... el queso y uno mismo, vamos). Decir queso ya es un chute de felicidad. Hemos seleccionado las tiendas en las que podréis llenar la bolsa de la compra hasta arriba y los restaurantes donde encontraréis una espléndida tabla de quesos o platos donde el lácteo se vuelve coprotagonista.
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