La terraza del Calders, en un pasaje sin circulación, es una de las más cotizadas del barrio. Y la ponen en juego con todo lo que tienen. A pesar de abrir al 50%, tendrá capacidad para unas 24 personas, y la oferta gastronómica priorizará las raciones individuales (y sigue siendo buena y muy variada). Tienen dos nuevos platos: un bocadillo de pastrami con 'coleslaw', y la 'muscletà', mejillones en escabeche sobre un lecho de patatas. Y ojo, que llega una oferta imposible de rechazar: el Gin-tonic del Confinado. ¡A cinco euros! Uno se destinará a la ONG Vecino a Vecino que trabaja para los más vulnerables de Sant Antoni. El horario será de 17 a 24 horas entre semana y de 11 a 24 horas los fines de semana. Id tranquilos: tendréis una hora y media para comer.
Han sido dos meses y pico de reclusión forzada: pero por suerteBarcelona ya se encuentra en la fase 2 y permite reuniones con familiares y amigos y que la hostelería reprenda su trabajo, esta vez incluso con consumiciones en el interior de los locales. Pero la gracia de la primavera seguirán siendo las terrazas y su plus de poder disfrutar del aire más limpio que se recuerda en la ciudad. Solo tenemos que mantener las normas de higiene y distancia física. Y por favor, desterrad de vuestro léxico esa chorrada imprecisa de 'distancia social'. La distancia es física ¡pero se trata de socializar!
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