“El futuro de la comida popular es la fusión del street food de todo el mundo”, dice Carlos Gremone, un cocinero venezolano que con la publicista Debora Schneider reconvirtió en 2014 un bar de menú en bocatería top. Gremone ha viajado por medio mundo –20 años de experiencia en restaurantes de Italia y Michelin– y cada uno de sus tiros –doce bocadillos y once hamburguesas– nace de horas de afinación. La cita podría ser vacía si no hiciera diana: un bocadillo de cerdo desmenuzado (EUA) que pasa por Perú –albahaca y cilantro– y se aposenta en la boca con una salsa dulce-picante con chile y jengibre (thai) tiene toda la coherencia del mundo. Todo lo hacen desde cero y bien.
A pesar de Trump, las tendencias de bocadillos miran hacia Estados Unidos más allá de la hamburguesas. Es la época del pastrami, el queso fundido y el cerdo desmenuzado a brasa lenta. ¡Y nos encanta!