¿De qué va? Italia no es un país que asociamos al pollo. Y el cocinero y empresario lombardo Nicola Buizza –con mili con Ducasse, por ejemplo– nos saca del error en The Yard Gallito, una brasería en la que exporta el gallito alpino.
¿Y a qué sabe? Sabor rotundo, con el pequeño milagro de poca grasa: la carne es fibrosa, pero sin el hierro de la sangre de caza. El de la casa va preparado con hierbas del norte de Italia, pero también lo encontrará abonado con teriyaki, con curry amarillo o con salsa de cacahuetes (os recomiendo los chips de polenta como guarnición). Lo cocinan todo desde cero –marinados, salsas...–, y de entrantes encontramos placeres básicos –que hacen sentir cero culpable– como nachos con pico de gallo y muslitos de pollo confitados, en formato piruleta: verdaderas golosinas para a adultos.