El pollo frito campa en Barcelona en versión rebozado made in USA. A contracorriente, el Piel de Gallina ha optado por una receta cercana al 'karaage' japonés: un sencillo enlucido de agua, sal y harina, frito en dostandas, y que consigue el codiciado crujiente externo y la ternura interna (que utilicen pollos que han tenido una vida ancha y feliz también ayuda).
La receta base del pollo principal de la casa viaja con salsas internacionales, y que pasa por Argentina, con salsa chimichurri, Perú (con mayonesa de ají amarillo), o incluso un híbrido entre pollo y cachopo: el cachopollo, relleno de jamón serrano y queso edam. El asturiano Daniel Viejo ha llevado al éxito sideral un proyecto que ya cuenta con cuatro locales en Barcelona: también están en Magalhães, 35 (Poble-sec), en Sèquia Comtal, 7 (El Clot), y en la planta 2 de La Farga de L'Hospitalet. Sabe lo que se hace: tiene un currículo que abarca desde el bar paterno en Oviedo hasta ser jefe de cocina en el Guggenheim, y en Barcelona ha estado en los fogones de Ugot y Lando.