Joaquín Méndez es un ex-diseñador argentino que dejó la ropa y los logos para abrir un restaurante de pollo frito al estilo del sur de EE.UU. "En el 2019 detecté que había una carencia en la ciudad", dice. Si se te sientas en el Dr. Beer & Mr. Fried, en una luminosa esquina del Raval, el pollo tarda 20 minutos en llegar. Porque lo rebozan (con cereales) y lo fríen al momento, y antes pasa 24 horas marinado en limón y especias cajún.
El resultado es óptimo, con el codiciado binomio de crujiente/tierno (y las patatas son buenísimas). Te llegan tres piezas y una ración de patatas gigantes por poco más de diez euros. También encontrarás hamburguesas con todo lo que se le puede hacer (de bueno) a un pollo frito. Con 'coleslaw', con chipotle... Y todo un apartado de gofres con pollo.