Los mejores menús de Navidad en Barcelona

Los hermanos Sergio y Javier Torres, con tres estrellas Michelin por Cocina Hermanos Torres, han inaugurado en otoño de 2024 su tercer restaurante en Barcelona: Eldelmar. Situado en el Port Olímpic, ofrece vistas al Mediterráneo y tiene capacidad para 150 personas. En colaboración con el grupo Pantea, apuestan por la esencia de la cocina mediterránea con toques propios; tapas, ensaladas, arroces, pasta, pesca del día, carnes a la brasa y una carta de 400 vinos. Alta calidad gastronómica en un ambiente distendido.

En Navidad os proponen un menú de base tradicional, pero con el sello Torres; cinco aperitivos, sopa de 'galets', canelones de carne asada con trufa y pintada a la brasa en salsa Périgueux y crema de raíces (155 euros). En Nochevieja, menos tradición, pero la misma sofisticación más un DJ; dos aperitivos, tres principales de pescado, un txuletón y postres (385 euros).

El restaurante Sintonía del hotel Gallery, como dice su chef Pablo Tomás, hace una cocina “de cocinar. De guisar, actualizada pero con una base sólida”. Una cocina imaginativa, juguetona y con las técnicas del lujo, pero sin los productos que encarecen una cena hasta límites insospechados.

En Navidad sigue esta filosofía punto por punto, con propuestas que ofrecen lujo de cuatro estrellas con mucha calidad, encanto y variaciones diversas; Nochebuena y San Esteban (70 euros), Navidad (80 euros), Fin de Año (155 euros), Año Nuevo y Reyes (67 euros). Disponen de diferentes menús que se ajustan a cada fecha, con clásicos como la 'escudella' navideña con su 'carn d'olla' o el pollo de payés relleno a la catalana con orejones, ciruelas, piñones y vino rancio.

El Bar Vint-i-Quatre significa el regreso de Carles Abellan, uno de los inventores del bar de tapas moderno de Barcelona, a la primera línea. La reconversión del segundo Tapas24 en Bar Vint-i-Quatre significa que ha vuelto por la puerta grande y haciendo lo que mejor sabe hacer: platitos para compartir, que en realidad son platazos, por el acierto de los sabores, un producto fantástico y la ruptura de algún convencionalismo (sin pasarse de heterodoxo). ¿La diferencia con Tapas24? Pues que aquí prima más el factor de plato de temporada que no el tapeo (aunque, por supuesto, se puede practicar con solvencia con algunos clásicos como el bikini o la tortilla trufada o sus maravillosas croquetas de rostit de pollo), y que el carácter es de bar restaurante muy arreglado pero informal, donde puedes cenar con o sin americana.

¿Algunos ejemplos de plato entero? Unas exquisitas setas de otoño, salteados y con yema de huevo de Calaf, un plato que por potencia organoléptica absoluta y sensata ausencia de artificio no necesita nada más. O recetas que el chef ya se trae Formentera, como el atún 'akami' –la parte interior del lomo– a la manteca negra, piñones y 'kizami' wasabi, un plato muy goloso que se te clava en la parte del placer del cerebro con la primera mordida. Es un lugar para todas las horas: desayunos de tenedor y cuchillo a base de huevos de Calaf y pan como Dios manda, pasando por la hora del vermut y la tapa clásica, y también cocina de mayor elaboración, donde podrás comer ligero –¿recuerdas el tartar de tomate marca de la casa?– o darte unos macarrones del cardenal un sábado al mediodía, con la siesta a la vista. Y tiene una terraza resguardada por arquitectura modernista que es de las más bonitas de la Diagonal.

Italia planta bandera en este restaurante frente a Arc de Triomf con una carta italiana que intercala antipasti, pasta y pizzeta. Eso sí, sin perder las ganas de probar cosas nuevas ni olvidarse de la tradición de nuestras tierras, tal y como manifiestan las croquetas y el pescado fresco que se vislumbran en la carta. Pizzeta de mortadela, stracciatella y pistacho o pappardelle con ragú de ossobuco y gremolata son algunos de los platos estrella.

Y para Navidad han ideado una oferta ideal para grupos –ya sean comidas familiares o de empresa– que celebra las fiestas sin traicionar su espíritu italiano y a precios amigos. Por tan solo 45 euros, incluyen un picoteo con 'vitello tonnato', 'pizzeta', croquetas y canapé de 'steak tartar', y segundos emblemáticos de la casa, como los mencionados 'pappardelle' o unos 'spaghetti carbonara' como debe ser. Además, con una botella de vino para cada tres personas.

En el restaurante Fauna del hotel Kimpton trabajan de manera modélica. Al frente está el chef Jordi Delfa, un cocinero con mucha experiencia y una personalidad marcada. Como él mismo dice: "No soy de los que hacen tártares en serie, pero tampoco de construcciones y espumas". Ha optado por una tercera vía llena de carácter: llevar a un contexto de cinco estrellas una cocina catalana modernizada, con platos tan aptos para mostrar al turista qué se come en Barcelona –sin adulteraciones ni populismo– como para el local que quiera comer bien y catalán en pleno centro (¡incluso tienen arroz a la milanesa, clásico barcelonés!).

Para el día de Navidad –y también por la noche– han preparado un menú por 75 euros que incluye entrantes, principales, todas las bebidas, postres, barquillos y turrones. Por este precio, y con platos como arroz de pato azul con alcachofas o ternera blanca confitada con carbonara de setas, no se puede pedir más.

Fundado en aquella época mágica, a mediados de los años 70, La Venta se ha ganado con el tiempo el mérito de ser un lugar emblemático de la Barcelona de siempre. Su presencia es icónica e imponente: situado en lo alto de la Avenida Tibidabo, entre torres burguesas, el edificio abrió en 1903 como el restaurante Viñas, que servía de parada y fonda para los carruajes que subían al punto más alto de la ciudad. Con el tiempo, se consolidó como un lugar ideal para banquetes de bodas y comuniones, sentando las bases de su tradición actual.

En ocasiones tan señaladas como las fiestas, La Venta se luce con menús navideños que destacan por su cocina clásica ejecutada a la perfección. Ofrecen dos menús, por 72 y 81 euros, que incluyen clásicos infalibles como los canelones de asado, la escudella con galets, la pularda con trufa, y entrantes que conquistan con solo mencionarlos: erizo de mar gratinado, jamón ibérico de bellota, foie con escalivada… ¡Reserva ya!

El Hotel Claris recupera la esencia de Navidad con una cocina tradicional, clásica y basada en la temporalidad. Pedro Salillas firma una cocina de pura esencia navideña en una terraza que es un 'must' en Barcelona y única en invierno. La escudella tradicional con galets rellenos, hombro de cabrito confitado 24 horas, rodaballo a la meunière como platos principales, y unos entrantes que reafirman el clasicismo de alta gama de esta cima de la cocina de hotel en la ciudad: jamón ibérico, croqueta de pato y foie y tostada de anguila. Todo ello por 99 euros por cabeza, con tronco de Navidad, turrones, vinos y cava. Esto la noche y el día de Navidad y San Esteban. A fin de año el precio asciende a 375 euros.

Os-kuro es un restaurante japonés diseñado por Joaquim Clos con el objetivo de ofrecer la excelencia de Japón gastronómico en Barcelona. Liderado por el chef galaicoirlandés Brendan Ferrero, destaca por sus nigiris impecables, una robata de nivel con carne wagyu de Kobe, un pescado excelente y platos creativos como el bogavante con 'shisho'. Aunque tiene personal occidental, el servicio es erudito en cocina japonesa, con un estándar de alta calidad.

Para las fechas festivas, este restaurante de los bajos del Hotel Claris os ofrece diferentes menús que combinan creatividad y productos premium a partir de 60 euros. ¡Un regalo!

Rodrigo de la Calle tiene una merecida reputación mundial como chef experto en vegetales. Y un talento especial para crear platos llenos de sabor, saludables y ligeros. Apúntate a una Navidad verde, con un fabuloso menú donde los canelones de fiesta mayor tienen todo el sabor de tu infancia, pero adaptados a sistemas digestivos con más pasado que futuro.

Esta Navidad, los días 24, 25 y 26 de diciembre, propone tres menús entre 65 y 80 euros que dan protagonismo a los vegetales –empanadillas de kimchi y col china, por ejemplo–, pero sin olvidar los clásicos navideños como los canelones de fiesta mayor o un suquet de langostinos, todo ello tocado por la mano maestra de un chef que en castellano tiene una definición precisa: "disfrutón". Con vinos, postres, barquillos y turrones incluidos.

Esta meca del lujo tiene una potencia gastronómica de alto voltaje: reúne a cuatro estrellas Michelin –tres en Lasarte y una en Oria– y dispone de una oferta navideña a la altura de las circunstancias. Los chefs de la casa, Paolo Casagrande (Lasarte), Xabier Goikoetxea (Oria) y Gabriele Milani –el chef de Glass, un espacio situado en la sexta planta, resguardado por cristal y con unas vistas privilegiadas– han diseñado una oferta de 10 menús navideños, bajo la dirección de Martín Berasategui.

Claro, la cosa va desde el altísimo lujo –una cena-fiesta de fin de año en Lasarte, a 830 euros– y la opción de celebrar los días festivos con menús en Oria de Nochebuena (195 euros), Día de Navidad (225 euros) o un Sant Esteban dorado a 175 euros. La oferta más inclusiva y asequible es la de Glass, con un menú de Nochebuena con seis pasos (95 euros), un Sant Esteban a 75 y un día de Navidad a 100 euros. Y por supuesto, un 'brunch' de Año Nuevo a 95 euros, con delicadezas frías y platos calientes que son puro Berasategui, como el changurro en la donostiarra.

Ubicado en plena Rambla de Barcelona, el restaurante del Hotel Le Méridien es una apuesta segura, tanto por su calidad -gastronomía trabajadísima y directa- como por su precio. Y que puede decirse de este fabuloso comedor acristalado, desde donde se domina todo el movimiento del paseo en una burbuja de paz.

Navidad es un buen momento para acercarse al centro de la ciudad, y ver cómo el resto del mundo aprecia lo que a veces denostamos. El restaurante del hotel Le Méridien tiene una oferta variadísima de menús de todos los tamaños y tendencias para los días señalados: desde menús de grupo navideños, por menos de 50 euros, hasta un brunch de Año Nuevo que no llega a los 60, con todas las bebidas incluidas y sin límite: vinos, aguas y refrescos.

Este hotel de diseño extraordinario –ya es un clásico de la ciudad, del todo integrado en el barrio– se caracteriza por tener una oferta gastronómica de gran calidad precio: el lujo de comer en un 4 estrellas emblemático a precios que no pican. Y para el día de Navidad han dispuesto una oferta de lo más apetitosa: un primero de canelones de asado y foie y segundos a escoger. De postres, perla de chocolate, turrones y barquillos incluidos, así como las bebidas. Todo por 48 euros: por ser el día de Navidad, es un regalazo.