Kokka
© Ivan Giménez
© Ivan Giménez

7 restaurantes japoneses diferentes de Barcelona

¡Pasemos de una vez de la típica fórmula gyoza-yakisoba-sushi!

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Gyoza, yaksioba y shushi. Gyoza, yakisoba y sushi. Y así hasta que el sol engulla al planeta. ¿No estáis cansados de ir siempre a los mismos japoneses y de pedir siempre lo mismo en los mismos japoneses? Afortunadamente, en Barcelona hay restaurantes nipones comandados por chefs que buscan otras vías y esquivan tópicos mal asumidos. Algunos lo hacen con brasas, hay quienes buscan la pureza, otros mezclan influencias, pero todos son japoneses nuevos, buenos y diferentes. Los exploradores de la gastronomía japonesa están de enhorabuena: parece que en Barcelona por fin hay vida más allá del 'greatest hits' gyoza-yakisoba- sushi.

  • Japonesa
Ubicado en el sótano del Palosanto, el Kokka seduce con una mezcla colorista de cocina peruana y japonesa. El tiradito de pulpo y el ceviche son una delicia. El gua bao de tocino desaparecerá del cesto en menos de 10 segundos. Hacen unos nigiris de atún deliciosos, pero el maki de carne acabará ganando la partida. Y olvidaos del vino: solo un psicópata diría que no al pisco sour con sake del Kokka.
  • Japonesa
Evitaré la broma de 'shoronponpero', porque lo que hacen en este restaurante de Gràcia es muy serio. La mecánica no puede ser más sencilla: coged el shoronpo y mojadlo en el vinagre. Ponedlo en una cuchara sopera. Agujereadlo con los bastones y sorbed el caldo que hay dentro. Comeos el shoronpo. A partir de ahora tendréis una nueva adicción. Estos saquitos nipones al vapor son celestiales. Mi favorito es el de foie gras, una explosión de sabor que os dejará las papilas como los árboles de Tunguska. Pero no dejéis que os deslumbren a las estrellas de la casa; el tocino al vapor es una oda a la sencillez y cuidado con lo que diré: aquí hacen el mejor ramen de Barcelona... Pero, por favor, ¡no se lo digáis a nadie!
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  • Japonesa
Hisako
Hisako
'Izakaya' premium, factura platos de inspiración japonesa que te dejan KO cuando esquivan los tópicos. Aquí se impone la elegancia y la delicadeza. Atención al huevo espumado con infusión de ventresca ahumada. Ojo con la ventresca de atún con salsa de erizo. Mucho cuidado con el 'okonomiyaki': com ellos dicen, el ‘trinxat’ japonés. Y os aviso: si pedís el nigiri de ventresca de salmón con 'ikura', tendréis que recoger el cerebro con una pala. Han abierto local en Castelldefels.
  • Izakaya
Kak Koy
Kak Koy
Una barra en forma de L. Parrilla a la vista. Un formato agresivo para adaptar los misterios de la cocina 'robatayaki' al paladar mediterráneo. La parrilla nipona es el altar que da sentido a la carta del nuevo hijo de Hideki Matsuhisha. En el Kak Koy hay que exprimir el carbón: será imposible que seamos amigos si no pedís las navajas con sabor de brasa, la ostra pasada por la parrilla, la parpatana de atún, las brochetas de secreto y cualquier cosa que lleve la palabra 'wagyu' escrita: no es carne, es mantequilla.
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  • Sant Gervasi - Galvany
Wagokoro
Wagokoro
El Wagokoro es un trozo de Japón en la frontera de Sant Gervasi- Gràcia. Del Japón que huye del ojo desentrenado del turista y se mete en la piel de sus incondicionales. Este restaurante tiene una misión: dar a conocer la cocina tradicional nipona –recordad el término 'kaiseki' y quedaréis muy bien– con un respeto máximo por el producto. Olvidad sushi y sashimi por una vez. Explorad. La carta va mutando, pero la sensación siempre es la misma: en el Wagokoro, no solo se come, también se viaja.
  • Japonesa
  • precio 2 de 4
Cerca del Wakasa –el mejor japonés casero de BCN– encontramos el Aiueno, hermano del legendario Can Kenji. A medio camino entre el restaurante y la 'izakaya', aporta una dimensión creativa de aire mediterráneo a la gastronomía japonesa y llena una carta que redimensiona la filosofía Can Kenji con una relación calidad-precio muy atractiva. Pedimos un menú de degustación de 28 euros y aplaudimos la merluza con salsa tártara, la vichyssoise de berenjena, las ostras y el delicioso 'yakiniku', o entrecot.
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  • Japonesa
  • El Raval
  • precio 2 de 4
Después de pasar por el Kotoro, he cambiado mi apellido: llamadme Òscar Brocheta. ¿Por qué? Nunca hubiera dicho que sería capaz de comer lengua de buey, pero una amiga me recomendó esta nueva 'izakaya' y me pasé al lado oscuro. En el Kotoro hacen una brocheta de lengua colosal. Sería un error que no la acompañarais con una brocheta de huevos de codorniz rebozados y una brocheta de piel de pollo (el crujiente es casi sexual). Más allá de la brasa japonesa, en el Kotoro también se hacen cosas importantes. El huevo cocido a baja temperatura con foie gras es de babero. Si trabajáis cerca del Raval, no faltéis a la hora de comer. Hacen un menú de mediodía rabiosamente japonés que debería ser ilegal: la droga dura no se puede vender a tan buen precio.
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