Tomoe Raval (CERRADO)

La gran novedad de este inquieto barrio, que no deja de parir nuevos establecimientos, es la 'robata' (parrilla japonesa) que acaba de abrir Sebastián Merlet en lo que era Kotoro. El local tiene licencia de galería de arte, por lo que, además de disfrutar de veladas con excelente cocina japonesa, nos pueden distraer las neuronas con coloridas muestras de arte. Su cocina, ya iniciada en Tomoe de la zona alta, suma algunos platos bien resueltos a la original manera japonesa de concebir carnes, verduras y pescados a la brasa.

Las piezas se asan rápidamente sobre una parrilla abierta a alta temperatura que mejora eficazmente los sabores naturales de los ingredientes.

Nos sorprendió el pulpo a la brasa con salsa teriyaki y quinoa tostada, un plato que se está convirtiendo en la estrella. La 'izakaya', taberna japonesa, propone platos para compartir: se sirven en el centro de la mesa, como una invitación al intercambio de ideas y mantener un buen debate sobre cuál es el mejor.

Las vainas de soja ( 'edamame') vienen en dos versiones, la normal y la picante, sabrosísima. Las 'gyoza' van rellenas de vieiras y langostinos y el pato con naranja es un magret con salsa del cítrico refrescado con jengibre, que lo hace diferente y fresco. Volviendo a la 'robata', es recomendable probar el 'ishiyaky', un filete de pobre de buey del norte con foie gras micuit, con sake y salsa 'unagi'. El capítulo sushi es lo que conocemos del Tomoe de la calle de San Delfí, con algunos valiosos añadidos. Vale la pena dejarse aconsejar.