Croquetes
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Las mejores croquetas de Barcelona

Desde las recetas clásicas a las más originales: los mejores bares y restaurantes de Barcelona para comer croquetas

Ricard Martín
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Barcelona es una ciudad 'croquetizada': aunque la croqueta congelada ha perdido terreno, gana la croqueta del pensamiento único, uniforme y en serie. Os proponemos un pequeño recorrido por los mejores mordiscos crujientes de la ciudad, con croquetas únicas, intransferibles y muy personales. ¿Queréis saber dónde hacen las mejores croquetas de Barcelona? En esta lista encontraréis los 15 bares donde la reina de las tapas –con permiso de las patatas bravas– os desharán de placer.

NO TE LO PIERDAS: Los mejores bares de tapas de Barcelona

  • Eixample
  • precio 3 de 4
Bodega Sepúlveda
Bodega Sepúlveda

“Coge una croqueta congelada. Recién frita, con aceite de oliva virgen, será una buena croqueta”. Esto lo dice Joan Solà en la Bodega Sepúlveda. Si aplicamos este tratamiento a una masa impecable, el resultado es fantástico. Sobre todo en el caso de la de chipirones: líquida, negra, la tinta inseparable de la bechamel. Tanto cuidado le dedican a las croquetas que, según el relleno, las rebozan con un pan diferente. Poned en fila la mencionada de chipirones, la de cocido, la de setas de burdeos y la de Cabrales y será el mejor aperitivo caliente de vuestra vida. Y sí, la croqueta congelada, si es buena y bien frita, no tiene nada que envidiar a una croqueta recién hecha.

  • Bares de tapas
  • El Raval
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La historia del Suculent es larga y complicada: para resumirla, diremos que el chef Toni Romero se ha convertido en único cocinero y principal propietario. Y ha fusionado todos sus apéndices (La Taberna del Suculent, 4 con 5 Mujades, coctelería Sol y Sombra) en un único restaurante: ¡El Suculent! Bajo la apariencia de bar afable donde te espera la acostumbrada reversión de bravas y rusa, te encuentras una oferta de tres menús de degustación. "Hemos optado por potenciar el menú, porque facilita el ritmo de la cocina y como experiencia es mejor. La gente no entendía que tenían que comer cuatro o cinco platillos entre dos ", razona Romero. Cuando empiezas a comer y pruebas la croqueta de rabo de buey con trompetas de la muerte, puedes pensar que esto irá del rollo de cocina de la abuela y cuchara. Sí y no. Romero es un cocinero que a la hora de hacer sus platos busca secuencias que hagan reflexionar sobre qué estás comiendo. Con humor y gadgets, sí. Pero a diferencia de otros recorridos de alta cocina, este no marea sino que reconforta. Una secuencia de dos: un consomé de liebre servido en copa de brandy, con un raspado de nuez moscada y chorrito de armagnac. Se bebe para acompañar pedazos de filete de liebre curados con sal y eneldo. Un falso mar y montaña que parece mojama, y ​​que rompe el círculo con unas más ortodoxas albóndigas de liebre con foie-gras. Seguimos con un pecho de paloma untado con pasta de miso, y con un pequeño punto de curación, que llega a la mesa con e

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  • Les Corts
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Sergi Amor, excelente cocinero del no menos excelente Leku, ama la croqueta. Para él, es la tapa reina: un plato difícil de hacer bien y que siempre que puede pide. La respeta y la cuida en sus diferentes formas: la suprema es la de rabo de buey; su forma alargada mimetiza el referente. Sale con una bechamel breve, cremosa, que no ahogue un guiso de rabo de buey que ha hecho chup-chup cuatro horas. Hacen la masa 24 horas antes, y antes de freírlas las vuelven a pasar por pan rallado para expulsar la humedad excesiva. El resultado es extraordinario, así como las muy intensas croquetas de setas.

  • Catalana
  • Les Corts
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Hablar de Gaig es hacer referencia a la mejor cocina tradicional. Pocos como él respetan tanto las recetas clásicas y dedican especial atención al producto para obtener combinaciones que magnifiquen sus características. Y tanto tiene una dimensión autoral, como de cocina de fiesta mayor: en esta última categoría encajan un trío de croquetas de pollo asado a la catalana que deben pedirse con la idea de no compartir. Qué rebozado, qué cremosidad.

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  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Ni se trata de una pollería, ni está tan cerca de la parada de Fontana, sinó que es un bar de tapas hecho restaurante cercano a Joanic. Aquí Nil Ros (cocinero-propietario) y su equipo apuestan por la cocina catalana tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platillos clásicos como tapas muy bien hechas. Y sus croquetas de pollo, morrocotudas, no son una excepción. Largas, generosas y de rebozado suave, van rellenas de un asado de pollo (aunque si aquí hay algún otro tipo de croqueta en carta, pedidlas sin problema).

  • Española
  • El Poblenou
Catacroquet
Catacroquet

Catacroquet, un agradabilísimo bar de tapas a medio camino entre el bistrot y la casa de comidas, ha elevado la croqueta a la categoría de pequeña aventura culinaria. Olvidaos de las de jamón y pollo –no están en la carta– y aventuraos a probar la multitud de combinaciones que ofrecen. Podréis encontrar creaciones afortunadas, como las de carrillera ibérica al Pedro Ximénez, las de rape y gambas; y las de tortilla de chistorra, por ejemplo. También hay croquetas de postre. Nosotros nos quedamos con la de pastel de queso envuelto con crujiente de brownie y la de zanahoria dulce.

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  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4
Bar del Pla
Bar del Pla

Sólo entrar ya apetece quedarse. Aquella barra de mármol llena de delicadezas es una maravilla. Platos del día, tapas y platitos clásicos y de factura impecable son la máxima representación del local. Es pecado no probar las croquetas de calamar con tinta, el canelón de la casa o el crujiente de cola de buey con foie gras. O el majestuoso clasicismo de una croqueta de asado y jamón (y también algún fuera de carta, como croquetas de pollo halal con ras el hanout). Buena carta de vinos. 

  • Sarrià - Sant Gervasi
  • precio 3 de 4
Coure
Coure

Albert Ventura ya hace años que dejó de esperar la estrella Michelin. No la necesita, sobre todo si tenemos en cuenta la alta densidad de buena cocina por metro cuadrado que se concentra en Coure, un valor seguro de la cocina de autor en Barcelona.

Sin querer reinventar la sopa de ajo, Ventura juega en esa división de cocineros que solo hay que probar una vez para reconocer y recordar siempre. Y lo mismo pasa con sus croquetas: grandes, imponentes, con rellenos en los que los trozos de chicha, poco triturados, nadan entre bechamel excelsa. El gran clásico croquetero de la casa es la de pollo al curry.  

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  • A la brasa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

Este restaurante especializado en brasa es una experiencia sensorial, gastronómica y musical. La propiedad es la misma que la de 9 Reinas, quizás el mejor restaurante argentino de Barcelona, toda una garantía. Dan prioridad al producto, siempre de la mejor calidad, y basan su cocina en las brasas y todas sus aplicaciones. La carta va llena de platos con personalidad, pero unas croquetas de chuletón –ah, el contraste de una bechamel de las buenas con la potencia de la carne– coronadas por pimiento del piquillo confitado, cumplen todo lo que prometen.

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  • Eixample
  • precio 2 de 4

Las croquetas de Maitea, una suntuosa taberna vasco-catalana, son una maravilla, con un rebozado uniforme y firme que esconde una explosión de bechamel llena de sustancia. Tienen de jamón de bellota, de gamba, de rabo de buey, de 'ceps', de chistorra de Arbizu... Y tienen pastel de queso vasco, el postre de moda en medio mundo. Por no hablar de su excelencia en platos de cuchara y guiso. 

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  • Vegetariana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Tras el éxito de Fat Barbies –un restaurante de carne de  brasa y ahumados– hay unas guarniciones vegetales extraordinarias. Tanto, que ahora tienen su propio 'spin-off' en Fat Veggies.

Los platos son abundantes y complejos, en una cocina donde el chef Juan Martino juega con fuego, ahumados y brasa, pero también con encurtidos, fermentados y germinados. Y esto se aplica a sus croquetas (veganas) de temporada, que son una receta hecha con coherencia y precisión milimétrica: unas croquetas de tupinambo con una emulsión de raifort que son una maravilla.

  • Catalana
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4

El hermano pequeño del Catacroquet -en el corazón del Born– es una versión gastronómica y reducida del primero. Han optado por hacer un resumen de la carta del Catacroquet, privilegiando sus grandes éxitos croqueteros: como la de huevo de corral trufada, la de pollo al curry con leche de coco, pasando por la tradicional croqueta de jamón de bellota, que reinventan continuamente. Los no canívoros también tienen opciones, con croquetas tan interesantes como la de atún y kimchi, la de bacalao con chiles, o la muy original de provolone con espinacas y piñones. 

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  • Eixample

El Llagar de Granda, con su dueña Visi Granda al frente, es el único restaurante asturiano de la ciudad que rompe con el monopolio del Furacu. Pasaos por aquí para probar su cocina de cuchara telúrica y sustanciosa, con platos como el paté de cabracho. Las croquetas también merecen un punto y aparte: probad las de Cabrales o del mismo cabracho, un pez de roca suave y sabroso que merece más predicamento. 

  • Mediterránea
  • El Raval
  • precio 2 de 4

El local es elegante, la amplitud entre mesas suficiente, y el servicio es rápido, amable y eficaz: educado y con un punto informal, sin ser pelota. Pero para pelotas, Eso sí, una bestialidad gastro como las croquetas de osobuco (a 1,90 la unidad) las quiero para mí solo: pelotitas de guiso tierno y poco cremoso, redondeadas con un rebozado con raspadura de limón. Deliciosas. 

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Croquetas de berenjena asada con provolone y miel? De pollo a la parmesana? Sí, existen y las hacen al Croq'n'roll. Las preparan en su obrador con leche sin lactosa y margarina vegetal. En tienen de muchas combinaciones originales y las dividen en carne, Veggie (como la de cepas y castañas) y pescado (calamar en su tinta por ejemplo). Además, ofrecen platillos ¡y tapas y, atención!, hacen menú de mediodía.

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