Tras el éxito de Fat Barbies –un restaurante de carne hecha con brasa y humo– hay unas guarniciones vegetales extraordinarias. Tanto, que ahora tienen su propio 'spin-off' en Fat Veggie: el mismo principio aplicado al mundo vegetal. Pero con matices: "La verdura tiene más temporalidad que la carne. Y también te permite trabajar más el tema de encurtidos y fermentados ", explica Juan Martini, chef y socio propietario. Podrían "haber hecho verduras a la brasa, vinagretas y tira millas", pero se han complicado la vida con una cocina vegetal compleja y sabrosa, con mucha influencia de Oriente Medio.
Los platos son abundantes pero complejos. Por ejemplo, una coliflor hecha con tres puntos de cocción diferentes, sobre un puré de coliflor -hecho del tronco de la verdura- con chocolate blanco; es crujiente, cremoso, delicioso, cambia tu percepción de una verdura aburrida. O una crema de pimientos con espárragos a la brasa, que se convierte en un estudio de la combinación del pimiento con el rábano, y que rebano con un pan de patata violeta fermentada brutal. La chef residente, María Inés, viene de la pastelería y su brownie vegano es un punto y aparte en el mundo del brownie, sea vegano o no. Alta cocina vegetal a precios asequibles. Un 'must'. Como dicen ellos, el vegetal es un principal, guarnición de nadie.