Llegó la hora en que por fin Óscar Velasco y Montse Abellà salen de nuevo a escena. Tras dos décadas en las cocinas subterráneas de Santceloni (dos estrellas Michelin), tras su consiguiente salida abrupta y su obligada transición, ve la luz su gran proyecto personal. El nuevo restaurante refuerza el lujo clásico y de mercado que, heredado de su maestro Santi Santamaría, siempre marcó al tándem en un lugar ahora inundado de luz natural –insistamos en ello casi como metáfora– y cargado de ilusión
ENERO 2025. Hay intocables pero vamos refrescando la selección para que siga habiendo de todo y para todos los bolsillos. Arrancamos el año, se instala el frío y el ritmo de aperturas no cesa. Y lo que viene. Porque la ciudad vivirá la vuelta del reconocido chef peruano Gastón Acurio y la nueva vida de Ramón Freixa lejos de Hotel Único. Acaba de abrir Arnanz (con un menú degustación firmado por el segoviano Rubén Arnanz) y hacia marzo lo hará Bakko (que cuenta entre sus socios con el influencer gastro más polémico de la villa). No dejan de estrenar conceptos el dúo más activo del momento, Joaquín Serrano y Jorge Velasco; esta vez se llama Boral (en el ABC Serrano). Y hablaremos de lo que se cuece culinariamente en Nuga Castellana y el Santiago Bernabéu. Por ahora tenemos desde grandes grupos de restauración con un interiorismo de relumbrón a un puesto de mercado con una única mesa. Tenemos todo un año por delante para reservar aquí y allá, para comer y beber en una mesa con mantel de hilo o sin mantel, en una cómoda silla acolchada, un taburete alto o una barra pero, sea como sea, hagámoslo en buena compañía.
Algunos restaurantes entran en esta lista en constante renovación al tiempo que otros salen o se consolidan. No hay orden. No tiene por qué ser mejor el puesto 2 que el 16. Cada una de estas 50 direcciones puede ser igual de emocionante y atractiva según la situación, el momento, el presupuesto... Un escaparate donde caben las famosas estrellas Michelin, jóvenes chefs, alguna casa de comidas de nuevo cuño, japonismos, casquería de altos vuelos, gastronomía peruana, frances o afrancesada, vasco-navarra, brasas... y nunca puede faltar un italiano.