Con Les bàrbares, Lucía Carballal pretendía colocar un micrófono oculto en medio de una conversación entre su madre y sus amigas para saber qué pensaban realmente del feminismo y de la vida que habían vivido. Y consiguió un retrato extraordinario sobre la generación de mujeres que se encuentran en los sesenta (y más allá) a través de tres personajes muy diferentes, unidos por la amistad y Bàrbara, una arquitecta de 40 años víctima del cáncer, sobrina de una de ellas y confidente de las otras.
Las tres, Carmen (Cristina Plazas), Susi (María Pujalte) y Encarna (Francesca Piñón), se encuentran en un hotel con decoración de otra época por petición expresa, última voluntad, de Bàrbara. En el escenario, las acompaña una cantante, Berta Ferrer, que entonará melodías de su juventud. La idea es que hablen sobre sus vidas, sobre las renuncias que han hecho y, sobre todo, que vuelvan a encontrarse. Son tres mujeres que tienen poco en común: una es arquitecta y no ha tenido hijos, otra es ama de casa rica con dos hijos y la última es una mujer trabajadora que ha tenido tres hijos. Tres universos y una sola coincidencia: son mujeres. Además, son (o fueron) muy amigas.