Celerí
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Los mejores restaurantes de 2015

Los fogones que han brillado con más fuerza este 2015

Ricard Martín
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Que nadie se me ofenda: esta lista de veinte sitios excelentes no está ordenada ni por orden de importancia ni por precio. Ahora bien, sí que encontramos algunas de las mejores direcciones en las que se ha podido comer en 2015. Hay casas de estricta novedad; otros son lugares que han confirmado una trayectoria ascendente. Y no todo es alta (y cara) cocina: en Barcelona se comen muy buenas tapas, bocadillos, o cocina japonesa, por ejemplo. Hay para dar y vender. Y si todavía hay algún lugar que aún no hayáis visitado... ¡ponedlo en la lista!

De visita obligatoria

  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 4 de 4
Cerrado ElBulli, sus antiguos jefes de cocina, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, ofrecen en Disfrutar una cocina de matriz bulliniana, tecnoemocional pura. Son platos de una imaginación y precisión tremenda, como por ejemplo los ya famosos macarrones a la carbonara, hechos con gelatina de jamón. Aquí viviréis una bacanal de los sentidos ejecutada a una velocidad perfecta.
  • El Poble-sec
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La casa es pequeña pero el corazón es grande, como dice el refrán castellano, y el corazón de Marc y Raquel debe ser muy grande. Después de la intensa experiencia vivida en China y de vivencias sabrosas y duras vividas juntos, se han casado y han montado esta pequeña joya gracias a la complicidad de un tercer elemento, Esteve Puertas, amigo de la infancia y un profesional del buen servicio. Los largos viajes de Marc y Raquel en busca de sabores y placeres hacen que la carta del restaurante Casa Xica sea como un pasaporte goloso para viajar desde una cómoda silla en Poble-sec. Lo más fácil sería decir que hacen cocina de fusión. Pero esto de la fusión se está prostituyendo, y en este caso se trata más de la recolección de gustos aprendidos en tierras lejanas, convertidos en platos que gustarán al paladar más exigente. Como un tabule diferente, sabroso, sano, de proximidad y enriquecido con un pescado casi sin manipular, que fue un acierto. El día de mi visita era el plato del día, una fórmula acertada, poco utilizada lamentablemente por ser sinónimo de vasto: aquí por menos de 10 euros puedes comer el plato del día más bebida y postres. La carta invita al comensal a plantearse etapas y volver muy pronto para continuar probando las bellezas que nos proponen, con productos de extrema proximidad, en la orilla del Mekong, o al sol naciente de Japón.
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  • Bar de bocadillos
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
Los hermanos Alam, paquistaníes con fuerte tradición de restauración en Barcelona (tienen el background de restaurantes familiares en el Raval, Shalimar y Flor de Maig) regentan un fish and chips de alta calidad: es sólo una tienda con barra y dos mesas, pero los cucuruchos los llenan de merluza de palangre con un rebozado suavísimo, ahumado con leña de castaño. Las patatas llevan cuatro especies, chutney de mango y salsa de yogur. Saben lo que se hacen: el café es buenísimo, los bocadillos también, tienen buen vermut casero y cerveza bien tirada. El cielo del hipster! Cuidado, que por la tarde descansan de fish and chips y vuelven a retomar la freídura al atardecer. Los lunes cierran, no hay pescado fresco.
  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Una sorpresa. El DID Platets es un restaurante que me ha sorprendido. Sí, sirven platitos pero son platitos con una gran entidad. La carta recomienda que se tomen tres de las delicias de la lista de recetas y yo, siempre obediente, lo hago, y sumo a la obediencia tres raviolis crujientes de puerros y gambas como entrantes.Los tres platitos que pido son unos rollitos de ensalada tibia de lentejas con jamón de pato, un pulpo a la plancha con patata con romero y aceite de oliva y un secreto de cerdo ibérico con hummus y aceite de harissa. Debo decir que las tres recetas tienen algo en común, sutileza y frescura, que se agradece en estas épocas calurosas.La cocina de DID Platets no llena, en el sentido trágico de la palabra, sino que entra en el paladar con suavidad y va a parar al estómago con el 'airbag' incorporado. El crujiente de los raviolis es magnífico, los rollitos merecen ser imitados en casa, el pulpo a la plancha es aromático, el secreto de cerdo ibérico, carne por la que tengo una especial predilección y mi carnicero lo sabe, marida muy bien con un hummus bien preparado. Me hubiera gustado probar otros platos de la carta, como unos boquerones marinados con cítricos, o unos huevos fritos con patata trufada y foie gras, o tuétano con arroz de azafrán y jugo de carne, pero me he reservado para otro día y me he decantado por un postre, un pastel de queso hecho con idiazabal que no reniega de la buena pastelería barcelonesa.
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  • Mexicana
Malpaso. Este simpático y algo amenazador sustantivo, en Barcelona remite a un desaparecido –y pegajoso– antro punk de la plaza Real. Más recientemente, a una exquisita editorial con tirada por la cultura pop y el ensayo heterodoxo, que desentierra joyas poco conocidas de autores que van de Neil Gaiman a Kingsley Amis. Malpaso también es el restaurante (mexicano) de la editorial, que como quien dice está puerta con puerta."Si nos tienen que poner una etiqueta, que sea la de restaurante mexicano", explica Salvador Barba, director (mexicano) del restaurante, que cuenta que el proyecto nace "inspirado en las antiguas casas editoriales francesas, donde convivían todas las unidades de negocio en la casa del editor". No parece un sitio mexicano, más bien nórdico, impoluto, anguloso. De hecho, el toque multicolor lo ponen las portadas de sus libros, al alcance del comensal en una repisa para que los hojee mientras come, y si quiere compre. Todo muycool, pero ¿se come bien? El chef, Eduardo González, es del DF, y explica que primero querían hacer "cocina de todos los países, pero optaron al final por hacerlo 100% mexicano". En la carta conviven clásicos de la ortodoxia azteca, como la sopa de tortilla de trigo crujiente (un plato de resaca), con éxitos propios de la casa, como el atún Moctezuma (un pez ajeno a México), rebozado con especias, con pico de gallo, aguacate y salsa de menta.
  • Cocina de los nativos americanos
  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4
Pronunciad Chivúos, con acento en la 'u'. Este bar, todo de madera y acogedor, es el invento de dos cocineros barbudos y venezolanos, con experiencia en Estados Unidos y en la alta cocina catalana. El concepto es sencillo, pero llevado a cabo con talento y personalidad: cinco bocadillos de recetas norteamericanas que van más allá de la hamburguesa, y cinco tiradores de cerveza artesana local. Un ejemplo: el portentoso bocadillo de 'Pulled pork', cerdo asado y especiado durante doce horas, con salsa barbacoa y cebolla confitada. Su cheesecake, servido en un tarro de mermelada, vale una cata y dos. Lo hacen bien: hay que apartar a la clientela yanqui para sentarse.
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  • Cocina creativa
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
Tapas clásicas muy bien elaboradas y platos de cocina catalana de toda la vida con un giro de creatividad. Esto es lo que ofrece el Tapeo, y la verdad es que en un lugar como la calle Montcada, epicentro guiri, lo hace a un precio que cuesta de creer. Esto no es una trampa para turistas: es un bar de tapas de primera: al frente hay Dani Rueda, quien fue jefe de cocina del Tapaç24. Canelones de morcilla, calamares a la catalana, judías de Santa Pau ... Pedid por el comedor, más tranquilo que la barra, claro.
  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4
Marc Gascons, el patrón de Los Tinars, alta cocina en Llagostera, dirige el restaurante del hotel The Serras. En el nombre está el estilo: se come de una manera desenfadada y compartiendo, aunque los platillos tienen mucha sustancia. Como por ejemplo, unos ñoquis con salsa de mantequilla y trufa negra. La barbacoa juega un papel importante en platos como el rodaballo al pil-pil y puerro asado.
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  • Cocina creativa
  • Fuera de Barcelona
  • precio 2 de 4
No todos los bares de l'Hospitalet se dedican a la fritanga y a la tapa tradicional. This & That Co. es un soplo de aire fresco entre el asfalto de la ciudad judicial y Ikea. Juan Pablo Carrizo, un chef que ha pasado por ElBulli, o el Celler de Can Roca, entre otros, pone en juego una carta de tapas y platos enteros llena de imaginación que demuestran un talento indiscutible. Un ejemplo: recetas como la del tártar de pescado mantequilla con aguacate y mayonesa de jengibre -umami total, pasa como el agua fresca- los distingue de las decenas de tártaros en serie. También tienen un menú de mediodía de lo más cuidadoso y recomendable, a muy buen precio.
  • Izakaya
Kak Koy
Kak Koy
El Kak Koy es la versión en bar de Koy Shunka. Su especialidad es la parrilla japonesa, el sumiyaki, de donde salen especialidades de fusión que son marca de la casa de Hideki Matsuhisa, uno de los grandes animadores del panorama gastronómico catalán. Como por ejemplo, el pulpo con pepino o unas magistrales espardenyes con uvas y grasa de wagyu, o una mucho más directa y buenísima chuleta de wagyu. Espacio pequeño: hay dos barras, y los cocineros hacen también de camareros. Y no tienen teléfono, porque no aceptan reservas.
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