¿Hacen falta más sitios de tapas? Sí. Quizá muchos se han tirado a la rusa (¡la ensaladilla!), pero hay zonas de Barcelona muy necesitadas. Una es Poblenou, casi huérfano de tapa buena y no grasienta (para ser justos, hay que nombrar la espléndida labor que está haciendo El 58, Rbla. del Poblenou, 58). Y un 'player' de primera división de la ración desembarca en el barrio: Xavi Jovells, el Xavi de Can Pineda y uno de Els Tres Porquets (tasca gastro de primera magnitud), acaba de plantar el Floreta en la esquina de Marià Aguiló, donde había un gallego de interiorismo de ciencia ficción retro, el A'Rogueira.
Pero tanta flor y cuento infantil despista: el Floreta es un bar-restaurante de tapas y medias raciones de toda la vida, una tasca con mucho oficio gastronómico donde pasan de historias. Reconforta ver un nuevo sitio que no está hecho a golpe de interiorista VIP y talonario ("como nos hemos visto sin espacio para colgar la pizarra, damos la carta en tableta digital", dice). El otro socio no es ningún lobby; es Jamones Rodríguez. ¿Por qué has abierto un restaurante solo, Xavi? "Necesitaba hacerlo. Tengo los conocimientos, el producto, la cocina... Y por internet encontré este lugar, en un barrio que crece".
Jovells, hijo del Clot y de Can Pineda, solo se va unas esquinas más abajo de Els Tres Porquets. Después de un año y medio trabajando en Sevilla. Vuelve con una carta donde encontramos ajoblanco y un salmorejo sustancioso, canónico, que cuesta de encontrar por aquí.
Pero también cocina de cuchara, como 'capipota' y albóndigas con setas al estilo de la casa madre. "Tengo el bagaje que tengo y no reinvento nada -dice Pineda-. Y me gusta todo tipo de cocina, però prefiero comer claro", añade. Podría hacer un pulpo a la gallega con espuma, pero lo hace con patata hervida y pimentón. Sin olvidar la perspectiva de alta cocina ¡eh! "Son tapas y medias razones, pero con menaje de hilo y cristal". Ríe mucho: "Las críticas en internet dicen 'nos clavaron 60 euros y ni tenían mantel'. A nosotros estos no nos pasará". Entre otras cosas porque los precios son muy, muy contenidos. Producto de temporada, fenomenal, a precios -casi- homologables al cutre bar esquinero.
Sí, encontraréis ternera gallega (23 €), pero mandan en el tono general de la carta tapas como unas bravas (3,50 €) -patatas de la Cerdanya, muy bien tratadas- o unos buñuelos de bacalao (5,50€) que son pura crema salada. El ajoblanco va con dados de atún rojo, marinado con sake y soja. Y la brocheta (5 €) de lejos parece la típica moruna de feria, pero en boca es carne de cordero macerado durante dos días, con hierbas del sur. Estremeceos de placer: cocina ininterrumpida, de 9 a 23 h. ¡Almuerzos de Floreta!