Día 1: Ruta por la Ronda Verde de Palau-solità i Plegamans
El primer día vamos a Palau-solità i Plegamans, municipio formado por las antiguas parroquias de Plegamans y Palau-solità, y que hasta hace pocos años se llamaba Palau de Plegamans, nombre que se popularizó mucho gracias a un programa de televisión, Filiprim, que incluso tiene una calle dedicada en la población. Pero bueno, dejémonos de televisiones, porque aquí hemos venido a disfrutar de la naturaleza que rodea Palau-solità i Plegamans, y en concreto la de la Riera de Caldes.
Debéis buscar en primer lugar el Espacio Joven del Matadero (paseo de la Carrerada, 57), punto propuesto para la salida, y a partir de ahí seguir un vial muy cómodo y asfaltado para admirar la fauna y la flora relacionada con la vida del río. Como ya hemos comentado anteriormente, si en vez de ir a pie queréis hacerlo en bicicleta, ¡no hay problema! Si el calor aprieta o las piernas os pesan, o las dos cosas a la vez, los bancos del camino os ayudarán a reponer un poco, mientras que los paneles informativos os permitirán interpretar el entorno. La garza real, el martinete, el martín pescador o el ánade son algunas de las aves que con un poco de suerte podréis ver. El lugar de llegada es el parque del Hostal del Fum, un espacio verde extenso, de 35.000 km2, con vegetación autóctona y que también dispone de varios caminos por descubrir. Ahora bien, si queréis conocerlo sin cansaros demasiado y de manera muy divertida, sabed que hay un trenecito, el Tren de Palau, que hace un recorrido de poco más de tres kilómetros. Una guinda ideal a la excursión. Cuando sea la hora de comer, el parque también es un lugar ideal, porque dispone de área de picnic, con mesas de madera y servicios.