Bailarín e interiorista, Jorge Alcover vino al Poblenou para montar una escuela de danza vertical y acrobacias. “Necesitábamos encontrar un local de una altura de pared excepcional y esto aquí, por el pasado industrial del barrio, era posible”, explica. Así nació Onair, en un antiguo taller de reparación de barcos que todavía tiene un emblema naval esculpido en la fachada, con una estructura de vigas ultraresistents, pensadas para sostener el peso de una embarcación. Ahora tienen trapecios, teles y anillas. La puerta es enorme, con franjas azules y amarillas. Entrad, que encontraréis la felicidad.
No descubrimos nada. El Poblenou ya hace tiempo que es una de las áreas más codiciadas de la ciudad. Pero ¿quién hace que miles de barceloneses se deleiten para ir a vivir o a trabajar ahí? Hemos hablado con algunos responsables de este boom. Algunos han abierto negocios en locales y espacios singulares, mientras otros regentan comercios de toda la vida e intentan resistir el embate gentrificador. Todos impulsan el barrio.