Un ciprés alto como el campanario flanquea la entrada de la iglesia de Santa Eulalia de Vilapicina, un santuario neoclásico bonito, sencillo y soleado, construido en el siglo XVIII y apareado al Centre Cívic de Can Basté. Como tantas iglesias de la ciudad, sufrió saqueos y muertes durante la Guerra Civil y el culto no se restableció hasta finales de los 60. A principios de los 2000, los vecinos volvieron a recaudar fondos para rehabilitarla.
Conocemos la Sagrada Família, la catedral de Santa Eulàlia y la basílica de Santa Maria del Mar, pero aparte de estos iconos arquitectónicos, hay casi 200 iglesias distribuidas por la ciudad. Y aunque no seamos de misa, hay que admitir que si uno quiere admirar la belleza de la ciudad, comete un gran error ignorando las iglesias de Barcelona. Templos románicos, góticos o neoclásicos, antiguos y más recientes, cristianos y dedicados a otras creencias. Algunos guardan en su interior magníficas obras de arte, otros presiden plazas con encanto e incluso algunas tienen claustros llenos de paz. Si os hemos convencido, id preparando la nuca, que os dolerá de tanto mirar hacia arriba. Quizás os estéis preguntando: ¿Cuáles son las iglesias más bonitas de Barcelona? Y aunque sabemos que la belleza es subjetiva, hemos elegido una quincena que destacan por hermosas, históricas y particulares.