Los mejores kebabs de Barcelona

En este local esquinero de la plaza Letamendi despachan kebabs sublimes. Los hacen con pan de obradores buenos, carne de calidad, condimentos y salsas caseras, brasa y leña de haya. La combustión de madera natural transfiere a la ternera y el pollo un sabor intenso, profundo e irresistible. La carne blanca la enternecen con yogur y la roja, con leche. Los adobos se elaboran con especias y hierbas aromáticas caucasianas. Además, entre los filetes de ternera intercalan grasa de cordero. Otro hecho distintivo; las parrillas son horizontales. En la carta, tres kebabs fijos y el del mes, con pan döner o dürum, en formato bocadillo (entre 8 y 10 euros) o en un cuenco (entre 12 y 14 euros).

Mustafa's Gemüse Kebap es para muchos entendidos en la materia el mejor kebab de Berlín. ¡Casi nada! Cerca de plaza España y a través de una pequeña ventana a la pared, ofrecen 'dürums' que sorprenden por su gusto auténtico y diferente. Además de la habitual lechuga iceberg y la salsa picante suave, añaden patatas y una generosa cantidad de verduras a la brasa como calabacín y pimiento. El resultado es una pieza grande, con un sabor de brasa vegetal excepcional y carnes bien cocinadas y ligeras. También ofrecen la versión vegetariana con falafel. Un imprescindible para los amantes del kebab y dürum.

El nombre del local hace referencia directa a sus intenciones; hacer buenos kebabs con pan de masa madre, vaca vieja de Girona de cuatro semanas de maduración y contramuslo de pollo de corral halal con un toque de tikka massala. La carne se pincha a diario y se corta a cuchillo. Va con pan pita o dürum y se rellena de lechuga de hoja de roble, col lombarda, cebolla roja, pico de gallo, salsa tahini y salsa de yogur. Valen entre 6,95 y 8,5 euros. Atención también a los entrantes (hummus, 'labneh', berenjena frita con crema de queso feta, croquetas de kebab con salsa de mango), los postres (helados artesanos, 'cheescake de pistachos y flan de almíbar de leche de La Dramerie) y en los vinos naturales. Los dueños del Bien Kebab son Mani y Majhid Alam, propietarios también de The Fish & Chips Shop, Baby Jalebi, Antonia's Burger y Acha'ar Bar.

Un clásico 'kebabero' del Raval y, a estas alturas de partido, también de la ciudad. ¿Qué tiene el Bismillah que no tengan la mayoría de los locales de la competencia? Pues que todo lo hacen ellos desde cero; los adobos para la carne y las salsas. Además, cuecen el pan 'naan' en el horno 'tandoor'. Si vais con prisa, pedid el 'durüm' para llevar y a volar. Si disponéis de tiempo, optad por el kebab en formato de plato acompañado de arroz. El servicio va a lo que va y es rápido. El local es humilde, los cubiertos son de plástico. No venden alcohol. Es habitual ver colas, especialmente en las noches del fin de semana.

De la carne utilizan solo las partes más tiernas y jugosas; culata y solomillo de pobre de ternera, pechuga y contramuslo de pollo. La maceran durante 24 horas. Elaboran cuatro tipos de salsas caseras; yogur, picante, blanca de tahini y 'mojo' verde de cilantro, menta, perejil y cítricos. Rellenan con lechuga, tomate, cebolla con especias 'sumac', pepino, pepinillo y cilantro. El pan es de estilo libanés. ¡Dos minutos de plancha y voilà! ¡Un buen kebab! Para los vegetarianos tienen falafel. Los kebabs ―de ternera, pollo o mixto― cuestan 8,99 euros. El menú 'combo' con patatas fritas y bebida, 13,99 euros. Si os quedáis con hambre, algo improbable, ofrecen crepes y helados de postre. El local tiene terraza.

Abierto en 2006 y capitaneado por el incombustible Salem Kahbbaz, este es probablemente el mejor local de kebabs del Gòtic. Cerca de la plaza Sant Jaume, es un lugar donde los shawarmas saben a autenticidad; la carne utilizada es de cordero y pavo y se marina con canela y distintos tipos de pimientas. Combinación poco habitual en los shawarmas, son más saludables porque su cantidad de grasa es menor. Se rellenan con tomate, pepinillo, salsa de yogur y picante al gusto del consumidor. La clientela es de lo más ecléctica; vecinos, turistas y funcionarios de la zona dispuestos a hacer cola.

Hace ya más de una década que el sirio Mustafa Chreiki, el dueño del local, hace feliz a una buena legión de noctambulos famélicos de Gràcia. La carta es corta, pero hay de todo para todos; 'shawarma' de cordero, 'xixtawak' de pollo, 'kafta' de ternera picada y, nuestro preferido; 'arayes' de ternera y queso feta (5 euros). Para los vegetarianos, otras cinco opciones más (4,5 euros). Podéis optar por llevaros la comida o degustarla en plato en el comedor del fondo.

Local especializado en las gastronomías de Oriente Medio. Todos los panes que sirven son caseros; probad el 'Jerusalén bagel'. Dividen la carta en mezze (hummus, labne, baba ganoush, etc.), ensaladas, panes pita rellenos con cordero, 'shawarma' de pollo o 'arayes' de ternera y opciones más contundentes en plato, como el kebab. Aquí lo sirven roto, adobado con multitud de especias, y se acompaña de yogur libanés, tahini blanco, menta fresca y limón fermentado. La mitad de la carta son opciones vegetarianas y veganas. Es un bistrot ubicado en Enric Granados; los precios son más bien elevados, pero totalmente justificados. Abren todos los días. Con terraza.

Choripa, en Gràcia, destaca por su artesanía y calidad. Fundado por Pablo Lagrange (ex Noma), Lucía Aguilar (ex Enigma) y Ricardo Mateo, el producto estrella de su local es el choripán, un bocadillo clásico latinoamericano hecho con chorizo ​​criollo, pan francés y chimichurri casero. Pero es que resulta que el trío también hace un delicioso kebab vegano; setas, seitán, verdes y salsas 'huacatay' (base de hojas comestibles y chiles) y 'anticuchera' (base de chile 'ají panca'). Es tan bueno que hace que el comensal se replantee el tema de comer carne. Postres como el 'dulce de leche' ahumado completan la oferta. ¡Y todo a precios asequibles!

Este establecimiento de 'street food' es conocido por sus kebabs veganos que hacen la boca agua. Con el objetivo de eliminar de una vez por todos los prejuicios hacia la cocina vegana, los de Good Shit han elaborado un menú de varios bocadillos, todos ellos elaborados con productos hechos sin crueldad animal. Escoged el preparado proteínico que queráis: puede ser de Hiedra (en un panecillo de trigo) o de seitán (en una tortilla de trigo). Ellos afirman que es un kebab muy simple, pero con un poco de conciencia. Como dice su web, "es buenísimo y respeta el planeta, ¿qué más quieres?".