Blue Wave
© Adrià Goula Blue Wave
© Adrià Goula

¡Los bares más bonitos de Barcelona!

Recorremos algunos de los bares más bonitos de la ciudad

Ricard Martín
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Tomarse una copa aquí siempre es un espectáculo: de hecho, disfrutas tanto con el continente como con lo consumido. Son lugares donde el interiorismo es fronterizo con el arte, y es mejor que vayas con alguien muy atractivo, porque si no te pasarás el rato embelesado y bobo, con la mirada fija en las paredes.

  • Pastelerías

Una preciosidad de lugar ante el que no funcionan las posturas cínicas: Ugot es como el salón de té de la tía francesa que nunca tuvisteis. La israelí Adi Nachson ha llenado un antiguo almacén de alma, con una vajilla recopilada durante años, un suelo primorosamente restaurado y una miscelánea de muebles de anticuario. Lo llama bruncherie: podéis hacer desayunos potentes y buenos (huevos en todas las modalidades posibles), platos del día curiosos y de calidad y pastelería casera hecha por Adi ('Ugot' es pastel en hebreo). Y también encontraréis algún plato israelí, como la shakshuka, potentes huevos al plato especiados.

  • Coctelerías
  • La Barceloneta
Blue Wave
Blue Wave

La terraza no es lo único que destaca de este bar del Puerto viejo, ya que además, el bar, está reconocido con el The Restaurant & Bar Design Award, que premia a los locales con mejor diseño del mundo, el Blue Wave del Puerto Viejo es una moderna coctelería de tonos azulados que recuerdan el reflejo de la luz en el mar. El estudio Equipo Creativo es el creador del diseño de este bar, uno de los más bonitos del mundo. Acercaos a tomar unas buenas tapas y cócteles en su terraza: merece una visita!

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  • Eixample
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Cosmo Café y Galería de arte
Cosmo Café y Galería de arte

Abrieron hace cinco años y han marcado un estándar: el de bar estilo nórdico con galería de arte. Luminoso hasta decir basta, muy espacioso (ideal para ir con niños y aceptan mascotas) y de techos altísimos, la transición entre cafetería y galería es armoniosa. Y no hay mejor decoración que una programación de arte pop comisariada con criterio.

  • Latinoamericana
  • precio 1 de 4
Viniendo de las estrecheces del Raval, entrar aquí te cambia el ánimo al instante. Tiene un patio interior que absorbe toda la luz de la isla y la rebota en un espacio inmaculado, amplísimo, en el que rompe la blancura una pared de piedra en obra vista presidida por un mapamundi gigantesco de yeso blanco en relieve, como una maqueta de arquitectura.
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  • Británica
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4
El Federal de Sant Antoni es precioso pero pequeño: casi le metes el boli en la nariz al moderno de la cerveza de jengibre que mira con desprecio tu no-Mac. Ahora bien, en el Federal Gótico –escondidito, amplísimo– encontraréis la misma estética: acabados de obra en construcción combinados con piezas de diseños suaves, con suficiente espacio para hacer 'jogging'.
  • Cafés
  • Sant Antoni
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Es cuando duerme el hipster que veo claro. Ahora que este concepto tan cuestionado descansa tranquilo y va camino de desaparecer asimilado por las nuevas tendencias, es el momento de comprobar qué locales adheridos al movimiento tienen suficiente madera para superar etiquetas y reivindicar su singularidad fuera de barbas, camisas de cuadros y gafas de pasta. El Café Cometa aterrizó en el epicentro hipster de Sant Antoni como la nave de abastecimiento de la invasión moderna, y el paso del tiempo, lejos de desgastarlo, lo ha reafirmado como uno de los espacios más interesantes de Parlamento.

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  • Cafeterías
  • La Nova Esquerra de l'Eixample
  • precio 1 de 4

Seguro que cuando entréis en el Orion su aspecto os resultará familiar. Os recordará a otros lugares que quizá no acabéis de precisar, con su aire cuqui-nórdico con personalidad propia, hasta que descubriréis que, evidentemente, el Orion tiene genes del Cosmo, en Enric Granados, y del bar Cometa, en Parlament. 

  • El Poble-sec
  • precio 1 de 4

Este bar es, sin, duda, una de las grandes joyas modernistas de Barcelona. Abrió en 1912 como confitería, claro, y ha pasado por muchas etapas. La encarnación que muchos recordaréis es la de bar normal y corriente de finales de los 90: sin carisma especial, pero el brutal encanto de la madera y espejos del antiguo escaparate hacían que tomar una cerveza normal y corriente fuera toda una experiencia. En 2017 el grupo de restauración especializado en alta coctelería La Confitería -fanáticos del sitio, ya veis qué nombre tienen – asumió la gestión y le lavó la cara.

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  • El Raval
  • precio 1 de 4
Caravelle
Caravelle
Antes bodega Fortuny, este local minimalista de una inglesa y un australiano se define como un gastropub. Podréis encontrar receteas originales y deliciosas, con influencias británicas, italianas o catalanas, pero siempre muy originales. Buenos desayunos, dulces y salados, e imaginativos platos como el fried rabbit, es decir, conejo frito y rebozado al estilo norteamericano. Excelentes postres caseros.
  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Nada peor que el amor platónico a la roña. Viví trece años en el Raval y iba al Muy Buenas –emblemas modernista inaugurado en 1896 como bacaladería, abierto en 1924 como bar- una vez por semana. Y nunca pasé del café con leche, o el ron con cola. La negrura sucia –en el ambiente y los muebles– tenía encanto pero no invitaba a comer. Ahora, Enric Rebordosa y Lito Baldovinos –arqueólogos experimentales de bares y restaurantes: rehabilitaron La Confitería y abrieron el Paradiso y Dr. Stravinski– acaban de reconvertirlo en casa de comidas. Con mucha peripecia. 

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