Al final de la calle Marquès de Barberà, se abren unos bajos inundados de luz que remiten más bien a una cafetería fina de estilo nórdico que a una taberna de Barranquilla, de la que es uno de sus propietarios. El Trópico se llama así porque su carta coge sobre todo recetas de
el llamado cinturón del café, la franja tropical que va de Sumatra a Guatemala, con arepas, cachapas, panqueques, tacos, cuencos dulces y salados y pasteles (la tarta de queso al estilo neoyorquino con coulis de maracuyá merece un monumento). ¿Y para beber? Batidos muy tropicales, zumos, kombuchas, tés y cafés. Abren solo para desayunos y almuerzos.
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